Sobrevivió solo el 20% de los productores de aceite de oliva de Catamarca

La baja se debe a que el costo energético se duplicó y piden al Gobierno que facilite el uso de energía renovable. Podrían quedar en pie el 30% de las plantaciones.

Ocho de cada 10 productores de aceite de oliva en Catamarca se quedaron afuera del mercado en los últimos cuatro años, según fue dado a conocer por la Federación Olivícola Argentina (FOA). Su presidente, Julian Clusellas, detalló que esa caída se produjo en el marco de una crisis del sector profundizada en el último año.

El principal escollo para la industria, dijo Clusellas en diálogo con El Cronista, es el costo energético, debido principalmente a que los sistemas de riego son electro intensivos. “Se llevó el kilowatt de u$s 0,40 a u$s 0,80”, criticó el directivo. Según datos de FOA, el valor de la energía por hectárea ronda los u$s 900 anuales, por lo que piden que el Gobierno los ayude a reconvertir a los regaderos para que funcionen con energía renovable solar, que sería producida en las fincas.

“Necesitamos que la energía cueste menos de u$s 400 anuales por hectárea”, agregó Clusellas.

Los productores pidieron a las autoridades un crédito a 20 años y con 3% de tasa anual para realizar las inversiones solares, al mismo tiempo que requirieron una compensación del 50% sobre el precio de la energía eléctrica que se continuaría demandando a la red (un 40% del total).

El directivo destacó que el nuevo tipo de cambio tras la devaluación los benefició en los costos de la mano de obra (usada en la recolección de aceitunas de mesa). Sin embargo, advirtió que en los precios de los componentes de producción el pass through se dio rápidamente.

“Los proveedores de insumos fijaron un dólar a $ 40, mientras que nosotros tenemos uno de $ 38 menos el 12% de impuestos”, opinó.

Según FOA, la matriz de costos de una hectárea promedio de aceite de oliva hoy es negativa.

Los ingresos anuales, de u$s 3213, están contrarrestados por los gastos de mano de obra (u$s 802), de energía (u$s 900), de cosecha (u$s 1260) y otras amortizaciones (u$s 442), que dan un negativo de u$s 547. Con los pedidos de reconversión, el resultado sería positivo, de u$s 197, dicen.

De todas maneras, la situación es diferente en el caso de una hectárea que produce aceitunas de mesa, cuyo precio por kilo, que ronda entre los u$s 0,50 y u$s 0,60, duplica al del aceite de oliva.

Cerca de 90.000 hectáreas en la Argentina se dedican a la ovicultura.

Algunos de los mejores lugares están en La Rioja, Catamarca y en partes altas de San Juan. Las zonas óptimas representan cerca del 30% de la producción total, mientras que las subóptimas y las malas -aquellas que corren mayor peligro- representan el resto. “Son los lugares que se están abandonando y van a seguir abandonándose en la medida en que los costos no bajen”, dijo Clusellas.

Los costos, además, se profundizan debido a que la producción local se genera en nueve provincias que están alejadas de los puertos. La Rioja (28,9%), Mendoza (23,8%), San Juan (21,1%) y Catamarca (17,6%) son las provincias con mayor superficie plantada, según datos de 2017 de la Secretaria de Agroindustria.

La Argentina produce anualmente 95.000 toneladas de aceitunas de mesa y 35.000 toneladas de aceite de oliva. “Si de una hectárea el productor saca 10.000 kilos al año para aceite, pierde plata”, dijo Clusellas, quien indicó que no son mayoría aquellas tierras que generan esa cantidad anual. “Para aceitunas de mesa, los productores todavía pueden ganar algo”, agregó.

Además, habló de la injerencia de la situación internacional: “Los precios de los commodities de aceitunas y el aceite de oliva, desde 2017 y hasta ahora, hacen que la cuenta dé peor”.

La facturación anual media del sector es de u$s 230 millones, según datos de 2017 de la Secretaría de Agroindustria. Actualmente, se exporta el 77% de la producción y el 33% restante se destina al mercado interno.

 

Fuente: El Cronista Comercial

Más información agropecuaria clickea aquí