Así surge de los comentarios recogidos por el diario La Nación, durante un almuerzo en la el Restaurante Central de La Rural, en la apertura de la Exposición Ganadera. Los más experimentados veían en las medidas cambiarias que empezaron a anunciarse un horizonte de inminente devaluación, y más peligroso aún, comenzaban a manifestar el miedo a un estallido social.
Los hombres de negocios consultados recalcaron que, más allá de lo ineficaz de las iniciativas gubernamentales para frenar la corrida cambiaria, el problema de fondo es político. Sostienen que ese es el principal contaminante de las expectativas argentinas. Para todos, lo que viene será peor, por eso es mejor cubrirse.
No obstante, con una mirada sobre los números finos, los economistas participantes del almuerzo pronosticaron un largo arrastre temporal de las actuales distorsiones, lo que implicará una macroeconomía que empeorará.
“El mensaje que pasaron hoy es llamativo”, dijo un empresario en “off the record”. “Sólo se pueden liberar importaciones bajo licencia automáticas al dólar real, el MEP (dólar Bolsa). Si no, esto lo hubieran hecho antes. Y hoy las reservas son cero”, aseguró sobre la medida anunciada por el Gobierno, a la que se sumó la formalización de un “dólar turista”, también a valor MEP.
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La preocupación social. Otro importante hombre de negocios de una empresa argentina estimó que “el tema social es lo que preocupa, la contención”, sobre todo en función de los ruidos que comienzan a darse en los conurbanos de algunas grandes ciudades. “Hace dos semanas, las dudas eran (sobre el mes de) septiembre”, dijo. Y agregó: “La dinámica se aceleró”, apuntó.
En una de las mesas estaban Luis Betnaza (Techint), Adrián Kaufmann (Arcor), Jorge Rendo (Grupo Clarín) y Jorge Porta (Radio Mitre), quienes compartieron la mesa con el sacerdote jesuita, sociólogo y director del Centro de Investigaciones y Acción Social (CIAS), Rodrigo Zarazaga.
El religioso y experto en el conurbano describió un panorama complejo, pero más benigno que el que observan algunos alarmistas. Les contó a sus circunstanciales compañeros de mesa, que los ingresos que alcanzaban para el día 20 del mes, actualmente alcanzan hasta el 10. No obstante, descartó -por el momento- que haya un espíritu de saqueos. Según su análisis, actualmente las tensiones se generan más entre quienes gobiernan, que entre los que menos tienen, explicó.
En otra mesa estaban los principales directivos de la Cámara Argentina de Comercio, representantes de IRSA, el Banco Comafi, Bodega Rutini, New Holland, Biogénesis Bagó, La Rural S.A., y varias cabañas importantes, como La Pluma de Firpo, de la raza Angus. Allí también estaban Mariano Caucino (ex embajador en Costa Rica e Israel y desde agosto próximo representante diplomático argentino en Catar) y el actual senador de Juntos por el Cambio por Entre Ríos, Alfredo De Angeli.
Adrián Werthein, del Grupo Wherthein dijo que “es una situación confusa. Hasta que las cosas no converjan en el partido gobernante, esto va a seguir así. El problema es político”, sostuvo. Consultado sobre si ese cambio es posible en la actual dinámica, afirmó que todo es recuperable.
Paranoia. Por su parte Mario Grinman, presidente de la Cámara de Comercio y Servicio aseguró que “es la política. Eso es lo que hace que tengamos más líos económicos”, se quejó. Y agregó “el Gobierno no se pone de acuerdo y se acrecientan las diferencias internas. Necesitamos un mensaje más claro. Lo que estamos viendo hoy es un dólar de paranoia”, calificó, e indicó que los comerciantes llaman todos los días preocupados por los saltos en la divisa y porque ya no saben si vender su mercadería y a qué precio hacerlo, por el temor a no poder reponerla en el futuro.
En tanto, el economista Marcelo Elizondo opinó que “la situación es muy complicada”. Acá hay un arrastre de problemas viejos vinculados a lo fiscal, lo cambiario y lo monetario que producen problemas en el presente, como la inflación, la brecha cambiaria y la recesión. Además, afectan en la visión a futuro, generando más desconfianza y eso agranda todo”, explico.
“Hay un componente objetivo, que tiene que ver con las tasas de interés negativas y con la falta de reservas”, agregó. Y completó la idea diciendo que “hay uno subjetivo, con las expectativas, con la sensación de que esto se va a ir agravando”.