Sistema Chacras: una década de articulación virtuosa

En el XXVII Congreso de Aapresid, en el Salón Metropolitano de Rosario, celebra sus 10 años esta alianza público-privada creada en colaboración con el INTA para responder a las demandas concretas de los productores, a la vez de transferir los conocimientos generados y formar recursos humanos.

Un grupo de productores de Chaco, en Gancedo, una zona semiárida donde el factor agua es una de las principales limitantes, pidió asistencia para mejorar la salud del suelo, manteniendo el balance de la materia orgánica, y a la vez ser más eficientes en el uso del agua. Esa fue su cuna, antes de que alguien pudiera imaginar el nacimiento del Sistema Chacras, esta virtuosa alianza público-privada creada en colaboración con el INTA ahora está celebrando sus 10 años en, en el Salón Metropolitano de Rosario.

Así, en el año 2009 nació este programa de Aapresid, creado en colaboración con el INTA y articulación con las universidades para dar respuestas concretas a las demandas de los productores agropecuarios en sus ambientes y sistemas, transferir los conocimientos generados y formar recursos humanos.

Rodolfo Gil, investigador del INTA quien es parte del programa desde el 2007, cuando se empezaba a gestar a partir de aquella demanda chaqueña, expresó: “Chacras es un sistema de trabajo que busca encontrar respuestas a las demandas del sector y que tiene como principal protagonista al productor”.

Precisamente, una de sus principales características es la horizontalidad, el productor aporta su experiencia y conocimiento empírico, que pasó la prueba del tiempo, junto con el de la ciencia que proyecta en el tiempo y la institucionalidad acompañando y apoyando el crecimiento.

Para el especialista, lograr eso requiere de un trabajo articulado, en red, donde la ciencia y el investigador tienen un rol preponderante. “Para acercarle una respuesta a la demanda del productor con calidad, con rigor científico, necesitamos de ese protagonismo de la ciencia, pero también de la empresa”, resaltó.

Además, destacó el rol de catalizador de la institución y aseguró que “esa es una de las principales fortalezas que acompaña al programa Chacras”.

De acuerdo con Ramón García, director adjunto del Sistema Chacras de Aapresid, “Sistema Chacras es una metodología de trabajo” que surge de un acuerdo entre el INTA y aquella entidad, “en la cual un grupo de productores se junta con una inquietud común y contratan a un técnico que es el encargado de llevar adelante todos los ensayos para responder a esa problemática”.

Por su parte, Gil observó que “las chacras se crean en la medida que haya necesidades u objetivos, incluso hasta sueños y necesidades que emanan del productor mismo”. Entonces, aparecieron en la medida en que se fueron viendo los resultados que iban cubriendo o dando respuestas a las necesidades que les dieron inicio. “Empezamos por una y así, sucesivamente, podemos decir que en estos 10 años se crearon 16 chacras a lo largo de todo el país, desde Salta hasta la Patagonia”.

Siendo una estructura muy flexible, como la caracterizan ambos especialistas, algunas cumplieron su ciclo, sus objetivos y se dieron de baja, mientras en otros casos los productores quisieron seguir con otro tema. Incluso en algunos casos, no hubo una necesidad o un problema concreto, pero sí un objetivo, por ejemplo, agregar valor a la producción con tecnología.

En este sentido, García expresó: “El programa es muy dinámico porque cada chacra, cuando se funda, tiene un proyecto, como mínimo, de tres años, un problema a resolver en el cual se empieza a trabajar junto con la ciencia y las instituciones”. Cumplido ese período, “puede ser que el problema haya sido resuelto y se decide cerrar la chacra, como ha sucedido con algunas, o la chacra decide que el problema todavía amerita otro ciclo más o se reinventa con otro”.

A partir de la premisa de que el ritmo de la generación de los conocimientos debe ser compatible con la demanda, con los cambios tecnológicos y con el proceso de adopción que permita contar con las soluciones oportunamente, e incluso para prevenir posibles problemas que aún no se conocen, el programa cuenta con el valor de que los protagonistas y beneficiarios del saber aprendan produciendo. Además, el programa tiene una fuerte componente de difusión.

Según el director adjunto del Sistema Chacras, “toda la información que genera el sistema, la idea es que se aplique. Por eso se comparte y esa difusión es la que incentiva a otros a iniciarse el sistema. Al ver resultados de calidad, que solucionan problemas concretos, los anima a dar el paso”.

Para el investigador del INTA, en tanto, las chacras sirven para mitigar las limitantes que obstaculizan el proceso de aprendizaje, los vacíos de indecisión por falta de información. En este sentido, ejemplificó: “Sé que los cultivos de servicio son muy buenos porque aportan a la salud de los suelos, son muy eficientes con el uso de los recursos y hasta producir más, pero no sé cómo hacerlos ni cómo se van a adaptar a mi zona; entonces lo que permite Chacras, a partir de los mecanismos de experimentación, de articulación, de contacto con otros experimentadores o productores que lo están haciendo es salir de ese espacio de indecisión”.

En el marco de estos 10 años del programa, el congreso ofrece un espacio dedicado a mostrar cada una de las chacras, con exposiciones de algunos actores que durante las tres jornadas compartirán sus experiencias.

Reconocimiento a Mario Bragachini

En el marco del acto de apertura del el XXVII Congreso de Aapresid hubo un momento emotivo dedicado al reconocimiento de aquellas figuras que ya no están, pero dejaron una fuerte impronta en el sector.

Así fue que el nombre de Mario Bragachini, profesional de larga trayectoria en el INTA Manfredi y referente nacional en materia de maquinaria agrícola y agregado de valor, dejó una sala colmada de aplausos mientras el locutor oficial afirmaba que “fue en un referente de la innovación agroindustrial y un impulsor de la siembra directa en el país y en el mundo; Siempre con la convicción del compromiso y colaboración como camino”.

Un justo reconocimiento para el mejor embajador que tuvo el organismo promoviendo la tecnología en los cinco continentes.

 

Fuente: INTA

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