Recomendaciones para prevenir el estrés calórico en el ganado bovino

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) brinda algunas medidas para prevenir el estrés calórico en el ganado. Las altas temperaturas pueden tener efectos negativos sobre la fisiología, la salud, el comportamiento y el estado mental de los animales, lo cual afecta negativamente su bienestar.

Como consecuencia del estrés calórico, disminuye la fertilidad, la producción y el rendimiento de los rodeos, mientras aumenta el riesgo de muerte por golpe de calor. Es por eso que cada día de estrés calórico representa un día de pérdida para los productores.

¿Qué es el ITH?

El índice de temperatura y humedad (ITH) es un número utilizado para evaluar si las condiciones ambientales resultan estresantes para los bovinos. El índice de seguridad climática para el ganado (LWSI) categoriza la intensidad del ITH, estableciendo que en bovinos para carne un ITH ≥ 75 se considera nivel de alerta, ≥ 79 de peligro y ≥ 84 de emergencia (Figura 1). Para los bovinos lecheros un ITH>72 ya se considera nivel de alerta (aunque algunos autores lo consideran a partir de 68). A su vez, el ITH impactará en diferente medida en los animales según la radiación solar y la velocidad del viento.

Figura 1. Nivel de estrés térmico en bovinos para carne según el ITH, empleando la categorización del LSWI.

¿Qué es el estrés calórico?

Se denomina estrés calórico al conjunto de cambios fisiológicos y comportamentales que se desencadenan en los animales en ambientes con elevada temperatura, los cuales llevan a una disminución en la eficiencia productiva. Los signos que con mayor frecuencia pueden observarse en los bovinos son, en primera instancia, el aumento de la frecuencia respiratoria y del consumo de agua, así como la búsqueda de sombra. A medida que las condiciones estresantes se agravan, comienzan a observarse: disminución de los desplazamientos, reducción del consumo de alimentos, disminución del tiempo dedicado a rumia y descanso, jadeo, salivación excesiva y protrusión de la lengua.

Para estimar la severidad de las condiciones de estrés calórico a las que se encuentra expuesto un animal, es de relevancia contemplar no solo la intensidad del ITH (alerta, peligro o emergencia), sino también la duración (cantidad de días con ITH superior a 75) y la frecuencia de exposición a esas condiciones (cada cuanto tiempo se repiten las olas de calor). Para que un animal expuesto a condiciones de estrés térmico pueda perder el calor acumulado a lo largo del día y recuperarse, se estima que la temperatura debe descender por debajo de los 21 °C en la noche durante al menos unas seis u ocho horas.

Factores propios del animal –tales como edad, color y largo del pelo– también influyen en la susceptibilidad al estrés calórico. Los animales de pelaje negro y en etapas de terminación son los más propensos a sufrir ante elevadas temperaturas, entre ellos los más perjudicados los más engrasados.

El tipo de alimentación también se relaciona con el riesgo de golpe de calor. El pastoreo de festucas tóxicas u otras pasturas infectadas por hongos productores de toxinas denominadas ergoalcaloides, así como la administración de raciones hipercalóricas, incrementan el riesgo.

Qué medidas se pueden tomar para prevenir el estrés calórico?

 

En bovinos de carne

•Provea espacios de sombra suficientes para todos los bovinos:
La sombra de árboles es una de las más efectivas, ya que no solo disminuye la radiación, sino que produce menor temperatura del aire por la evaporación desde las hojas. Cuando la provisión de sombra sea artificial, debe colocarse de manera de permitir el movimiento de aire por debajo de la misma (a una altura de entre tres y cuatro metros). Es importante que el ganado tenga suficiente espacio para evitar el hacinamiento, esto implica disponer entre dos y cuatro metros cuadrados por animal.

•Proporcione agua fresca, limpia y abundante:
Considere que un bovino adulto consume diariamente el 7 % de su peso vivo en agua. Además, se recomienda realizar un análisis del agua para determinar las concentraciones de sales y prevenir el rechazo de su consumo.

•Los bebederos deben estar accesibles y cerca de los animales:
Controle el caudal y la presión antes de períodos de extremo calor y asegure espacio suficiente en los bebederos. Tenga en cuenta que el consumo abrupto de agua, luego de períodos de privación de la misma, puede desencadenar un cuadro de intoxicación con signos nerviosos.

•Evite manejos estresantes:
Cuando esto no sea posible, realice los arreos de manera tranquila, respetando el paso de los animales. Los encierres y trabajos en manga deben realizarse a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde-noche. Brinde agua y alguna fuente de alimento, en los corrales donde permanecerán los animales. Consulte el pronóstico del tiempo antes de programar los manejos de la hacienda. Planifique todas las tareas y prepare los materiales necesarios para minimizar el tiempo de los animales en mangas y corrales.

•Adecúe la alimentación:
Es conveniente conocer el nivel de infección con hongos productores de ergoalcaloides presentes en las pasturas. En el engorde a corral, administre entre el 30 y 40 % de la ración por la mañana y el resto por la tarde. También se puede incrementar el porcentaje de fibra en la dieta.

•Cuando se prevean temperaturas elevadas refresque la hacienda:
Se recomienda hacerlo bien temprano a la mañana o durante la noche, utilizando un caudal suficiente para penetrar el pelo. Si se los moja en horas de mucho calor y de manera insuficiente, puede ser contraproducente. También se puede mojar el suelo de los corrales, sin llegar a embarrarlos, para minimizar la radiación indirecta.

En tambo

•Provea sombra suficiente en corral de espera, ordeñe y zona de alimentación:
Se recomienda el uso de malla plástica de mediasombra con 80 % de densidad, orientada de norte a sur, con una superficie cubierta de cuatro metros cuadrados por animal. Todos los animales deben tener acceso libre a la sombra.

•Proporcione ventilación adecuada en sala de ordeñe.

•Asegure abundante agua fresca, cerca del ganado.
Considere que una vaca puede consumir en promedio hasta 107 litros por día, mientras que una lechera de alta producción puede ingerir hasta 140 litros por día. Las fuentes de agua deben estar ubicadas en lugares estratégicos de acceso fácil y rápido.

•Ofrezca dietas de baja actividad fermentativa:
Priorice los pastoreos nocturnos y de madrugada y suministre dietas “frías” (aquellas que por su composición minimizan la generación de calor metabólico manteniendo la oferta de nutrientes).

•Minimice el tiempo de espera en corrales:
Planifique todas las tareas y prepare los materiales necesarios para minimizar el tiempo de los animales en mangas y corrales.

•Utilice ventiladores y aspersores en patios de espera, área de comenderos y túneles de enfriado:

Se recomienda combinar períodos cortos de mojado intensivo con momentos prolongados de ventilación. El tamaño de gota durante la aspersión debe ser lo suficientemente grande como para mojar el animal.

•Evite manejos estresantes durante las horas calurosas:
Cuando esto no sea posible, realice los arreos de manera tranquila, respetando el paso de los animales. Los encierres y trabajos en manga deben realizarse a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde-noche. Brinde agua y alguna fuente de alimento en los corrales donde permanecerán los animales. Consulte el pronóstico del tiempo antes de programar los manejos de la hacienda.

•Permanezca atento al comportamiento de los animales para identificar síntomas de estrés calórico de manera temprana.

Transporte

•Consulte el pronóstico del tiempo antes de programar el viaje y evite el traslado en días de mucho calor.
•Planifique las actividades y prepare los documentos necesarios para minimizar el tiempo de espera de los animales en corrales.
•Cargue la hacienda a última hora de la tarde o primera hora de la mañana, evitando las tareas previas y el transporte de los animales durante las horas de más calor.
•No los corra o aparte inmediatamente antes de la carga, hágalo con tiempo, dejándolos en un potrero a la sombra y con disponibilidad de agua limpia y fresca.
•Utilice vehículos habilitados y adecuados para la especie y categoría.
•Respete la densidad de carga permitida. Cuando las temperaturas sean elevadas brinde mayor espacio en el transporte.
•Evite largas distancias y prevea conflictos de tránsito o atascamientos en rutas.
•Evite realizar paradas durante el viaje. De ser necesario detenerse, busque un lugar a la sombra y por el menor tiempo posible.
•Asegure suficiente ventilación en el vehículo.
•Cuando utilice el cobertor removible en el techo, asegúrese de que el camión se encuentre en movimiento, permitiendo la circulación del aire.
•Planifique la descarga en conjunto con el establecimiento de destino, evitando que los animales queden esperando en el vehículo.

Recuerde que el estrés calórico puede matar a sus animales o desmejorar la calidad de sus carnes. Por eso, consulte siempre a su veterinario.
Bienestar animal, una ventaja para todos.

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