La baja calidad de semilla, el mayor desafío para esta campaña de soja

El potencial de la producción agrícola es el resultado de la interacción de una serie de factores fisiológicos y ambientales que actúan sobre el rendimiento de un cultivo y sobre la calidad fisiológica de la semilla. Ambos componentes son los responsables del éxito de un cultivo.

Condiciones desfavorables de la cosecha 2018, como temperaturas superiores a los 32°C durante la madurez del cultivo provocó diversas alteraciones en las semillas, tales como arrugamiento de tegumento y cotiledones y/o presencia de pigmentos clorofílicos en los tejidos seminales. Asimismo, semillas chicas y duras son otras de las alteraciones causadas por el ambiente que presenta una serie de desventajas en el manejo de la calidad de la Simiente.

“En líneas generales, en esta campaña es frecuente encontrar semillas que posean entre 8 y 11% de humedad.  En la evaluación de los ensayos de germinación, las semillas sobre-secas encuentran en el sustrato abundante agua libre, y ello provoca un rápido ingreso de agua al interior de estas produciéndose fracturas en diferentes estructuras que dan origen a plántulas a las que se las clasifica como anormales en la evaluación y claramente el PG se ve disminuido”, explica la Ing. Susana Solá, jefa de Investigacion y Calidad de Semillas de Rizobacter.

 

Especial consideración ameritan los resultados de la Prueba topográfica por tetrazolio en los que se comprueba que los lotes sobre-secos presenten semillas que se fracturan con mucha facilidad durante el proceso de acondicionamiento de la muestra entre papeles húmedos, previo a la incubación en la solución de tetrazolio, agrega Solá

Es, entonces, necesario que el analista esté entrenado para distinguir correctamente la diferencia entre la sintomatología que provoca un daño mecánico y las fracturas que se originan durante el mojado de las mismas. Como es de común conocimiento para el proceso de germinación, las semillas deben estar fisiológicamente maduras.

Si bien al comienzo de la campaña los controles iniciales de poder germinativo (PG) marcaban una calidad aceptable de germinación, notamos que en este último mes la situación está cambiando.  Tanto muestras que expresaron buen PG meses atrás, como otras que se guardaron y se están analizando, presentan una considerable disminución en los valores de PG y Cold Test debido al gran estrés ambiental que estuvo sometido el cultivo durante la campaña pasada, resalta el Ing. Gabriel Mina, jefe de la línea Terápicos de Semillas de la compañía líder en microbiología agrícola.

Nos enfrentamos a un problema muy grande debido a que el estrés fue generalizado en todas las áreas, complicando seriamente la provisión de semilla. No sólo afecto severamente los rendimientos, sino que además impactó fuertemente en el llenado de la semilla, dando como resultado semilla de menor tamaño, con menores pesos de mil, mayor número de semillas duras, inmaduras y/o verdes. Sumado a esto, el bajo contenido de humedad durante la cosecha desencadenó golpes en la semilla y daños en sus tegumentos, cotiledones y embrión disminuyendo drásticamente el poder germinativo y en particular el vigor de estas (este daño que se produzco este año no se detecta con la prueba de hipoclorito, pero si queda evidenciado claramente en la prueba de tetrazolio donde se ven los machucones en las distintas áreas de la semilla).

La calidad y elección del tratamiento son clave

“Semilla con alto daño es mucho más propensa al ataque de patógenos que afectan drásticamente la germinación. Semilla inmadura con bajo vigor es fácilmente devorada por los hongos de suelo causales del complejo damping off (pythium, rhizoctonia, Phytophthora sojae, Macrophomina phaseolina y Fusarium spp.).  No proteger la semilla con un buen terápico es la peor decisión. Un buen tratamiento se basa en formulaciones amigables con la semilla, que permitan lograr mayor uniformidad y promueva un alto grado de protección, garantizando una germinación y desarrollo inicial del cultivo”, sugiere el ingeniero Mina, y concluye, “la única excepción a esta recomendación es sobre semilla que luego de ser curada se reduce el poder germinativo en forma importante según normas ISTA. Para estos casos se sugiere directamente no utilizar la semilla para la siembra, y mucho menos para siembras tempranas”.