En marzo comienza un nuevo sistema para comercializar caballos que pretende eliminar la posibilidad de que se faenen animales robados

Las autoridades del Senasa implementarán un nuevo régimen para comercializar caballos con destino a faena orientado a eliminar las irregularidades presentes en ese mercado.

El nuevo régimen, denominado “Marco Reglamentario para la Provisión de Équidos para Faena”, entrará en vigencia el 4 de marzo de 2019 y se extenderá por el término de cuatro años, según lo dispone la resolución 893/18 publicada  en el Boletín Oficial.

El nuevo régimen establece que “todo équido que se remita a faena debe estar identificado individualmente mediante caravana electrónica por radiofrecuencia (RFID) de baja frecuencia”, mientras que los establecimientos proveedores de caballos deberán habilitarse como tales ante el Senasa.

“Cuando el interesado haya cumplido con la totalidad de los requisitos documentales, técnicos y de infraestructura establecidos en la presente resolución, el personal de la oficina local del Senasa de la jurisdicción que corresponda procederá a realizar una visita de constatación al establecimiento a fin de verificar y cotejar que la información de la documentación presentada se corresponda con la del establecimiento a habilitar”, indica la resolución.

Todos los équidos presentes en establecimientos habilitados, antes de comercializar caballos, deberán asegurar que los animales estén amparados por el Documentos de Tránsito Electrónico (DT-e) y una Declaración Jurada de Identificación y Movimiento de Équidos (DJIME).

A su vez, los frigoríficos deberán “proveerse de animales debidamente identificados” y “verificar que los équidos a faenar se encuentren amparados por el DT-e y la DJIME con los números de dispositivos de identificación correspondientes a cada animal que compone la tropa”.

“Ante la falta de coincidencia entre la identificación de los animales y la numeración registrada en la DJIME, o la falta de identificación de los animales, se debe denunciar al Servicio de Inspección Veterinaria (SIV) del Senasa y se considerará que dichos animales son de origen incierto”, debiendo mantenerlos en depósito y haciéndose “cargo de los costos y/o gastos del mantenimiento de los mismos, manteniendo las adecuadas condiciones de bienestar animal, hasta tanto la autoridad de competencia disponga de los mismos”.

En la Argentina no existen criaderos de caballos con destino a faena. Por tal motivo, la elaboración local de cortes de carne equina depende exclusivamente de la venta de caballos –criados con fines recreativos o deportivos– desechados por sus propietarios a causa de lesiones, discapacidad o edad avanzada.

En los hechos, debido a que la oferta de caballos de descarte es insuficiente para abastecer a la demanda del producto, la industria faenadora de equinos suele abastece regularmente de caballos robados. En el país existen diversas organizaciones dedicadas a fomentar la búsqueda de equinos sustraídos (uno de los más conocidos es “Caballos Robados República Argentina”, donde todas las semanas se informan delitos al respecto).