Promoción de raigrás en la Cuenca del Salado

El raigrás anual es un recurso forrajero importante en la Cuenca del Salado ya que ofrece una elevada producción en una época crítica del año. Por su crecimiento invernal produce un forraje de calidad cuando las pasturas perennes y el pastizal natural disminuyen su tasa de crecimiento. Existen poblaciones naturales presentes en la vegetación existente y sus semillas normalmente son parte del stand característico de cada potrero. Este stand no desarrolla su elevado potencial por falta de condiciones favorables para la germinación y la competencia por agua, luz y nutrientes que ejercen otras especies. La semilla puede estar presente hasta siete años sin germinar y cuando las condiciones climáticas son apropiadas, nace y produce una abundante biomasa.

Promoción

La técnica, llamada promoción, se fundamenta en la eliminación de la competencia favoreciendo la disponibilidad de nutrientes solubles, que a su vez aumenta como resultado de la fertilización. Factores a considerar:

  • Presencia natural de semilla de raigrás criollo (Lolium multiflorum Lam.) y/o
    semilla agregada.
  • Herbicidas y/o pastoreo, para eliminar la competencia. Es importante no
    perjudicar o eliminar las especies naturales de valor forrajero.
  • Fertilización con fósforo y/o nitrógeno.

La alta presencia de semillas de raigrás es clave para aumentar la probabilidad de éxito. La apreciación visual de la primavera anterior, aunque aproximada y subjetiva, permitirá vislumbrar el potencial de respuesta a la aplicación de la práctica. Igualmente se pueden identificar las distintas semillas presentes de diferentes especies, incluyendo las malezas, mediante una prueba de germinación de una muestra representativa. La aplicación de glifosato en particular o en mezclas, o la de herbicidas selectivos, es factible de reemplazarse por un intenso pastoreo luego de dos a tres años de aplicación de los herbicidas. A partir de allí es posible lograrlo mediante desmalezado mecánico o aplicando un herbicida específico y luego continuar en base al manejo del pastoreo. La fertilización fosforada y/o nitrogenada es el otro elemento para obtener altas producciones de forraje. La eliminación de la competencia determinará que los nitratos que se produzcan por mineralización de la materia orgánica sean mejor aprovechados, aunque en un bajo porcentaje y comience su activación en primavera. Es por ello que el aporte de fertilizante nitrogenado debe ser significativo para que la producción no sea marginal y tardía.

Consideraciones finales

La técnica es estratégica en relación a la época y calidad del recurso ofrecido. Las tierras agrícolas con limitaciones moderadas a graves y suelos de capacidad de uso ganadero sin problemas de salinidad ó alcalinidad, admiten este tipo de manejo que aumenta sustancialmente la oferta de forraje entre mayo y noviembre. Las dosis y fuentes de nitrógeno a aplicar dependerán de consideraciones agronómicas, comerciales y logísticas A diferencia de la respuesta al nitrógeno, normalmente lineal en un amplio rango, la aplicación de fósforo resulta en aumentos de rinde proporcionales a la respuesta al N, y en general el máximo rinde se da con una dosis unívoca de P; a un nivel dado de N, aplicaciones más allá de esa dosis, no resultan en aumentos de productividad. Dosis de trabajo iguales a 20 kg de P y de 80 kg de N por hectárea son un buen comienzo si no se tiene experiencia previa. Es importante continuar con ensayos determinando la presencia y densidad de otras especies, algunas de valor forrajero y aquellas consideradas malezas. Evaluar la posibilidad, al cabo de varios años, de utilizar el pastoreo para lograr el efecto deseado. Es entonces que la promoción de raigrás anual permitirá mantener una vegetación espontánea durante el verano y principios del otoño.

 

 

Fuente: INTA

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