En los últimos diez años, la superficie de siembra del sorgo granífero en la provincia de Santa Fe fue declinando hasta alcanzar casi un 46 % menos en la última campaña (SAGyP, 2019).
En la actualidad, uno de los factores principales en la disminución de la siembra de este cultivo en la zona es el incremento de la producción de maíz tardío, que se ha impuesto como una práctica en el productor por ser más estable comparado con un maíz de primera (Cirilo, 2015).
A esto se le suman problemas en la comercialización del grano y la ausencia de políticas de incentivo que permitan una mayor diversificación de los cultivos en la región. El sorgo es un cultivo que se enmarca dentro de un sistema de producción sustentable, ya que es de bajo costo, con un menor requerimiento de insumos a la siembra, y una vez bien establecida la planta, es altamente competitivo con las malezas, se adapta a zonas marginales y deja un gran aporte de carbono al suelo mejorando su estructura y calidad.
Con este enfoque es que se continúan haciendo este tipo de experimentos, cuyo objetivo es evaluar el comportamiento agronómico de los distintos híbridos comerciales de sorgo granìfero y su interacción con el ambiente en la localidad de Oliveros, sur Santa Fe.
Materiales y métodos
El ensayo comparativo de rendimiento (ECR) se llevó a cabo en el campo experimental de la Estación Experimental Agropecuaria Oliveros INTA durante la campaña 2017-2018.
La siembra se realizó el 23 de noviembre de 2017, con una sembradora experimental de siembra directa con 5 surcos espaciados a 0,52 m, sobre un suelo Argiudol Típico serie Maciel de mediana fertilidad. En pre-siembra (20 días antes) se aplicó 0,2 l ha-1 de Picloram + 3 l ha-1 de Atrazina + 3 l ha-1 de glifosato + 0.5 l ha-1 de aceite mineral. En pos emergencia se aplicó 0.8 l ha-1 de S-metolacloro y 0.15 l ha-1 de Nabis (lambda-cialotrina) para control de spodóptera frugiperda. El diseño experimental fue en bloques completamente aleatorizados con 4 repeticiones, el tamaño de las parcelas fue de 2,6 m ancho x 10 m largo.
La densidad de siembra fue de 14 semillas por metro lineal de surco. A la siembra se fertilizó con 90 kg ha-1 de superfosfato Triple (STP), en el estadio de 4 hojas expandidas se aplicó 115 kg de N ha-1. Se registró la fecha de floración cuando el 50% de las panojas de la parcela estuvieron florecidas hasta el tercio medio de la misma (Vanderlip, 1972). La cosecha se realizó manualmente el 15 de abril de 2018. Se determinó el rendimiento (kg.ha-1), el peso de mil granos (g) y número de granos por unidad de superficie.
Los datos de rendimiento se ajustaron al 15 % de humedad, peso de mil granos y el número de granos fueron analizados estadísticamente mediante un análisis de la varianza y las comparaciones de media por LSD (Test de Fischer) al 5 % utilizando el programa Infostat v. 2008 (Di Rienzo et al, 2008).
Resultados y discusión
Datos climáticos
Durante el ciclo del cultivo (desde fines noviembre 2017 a fines abril del 2018) llovieron 424.5 mm en total, esto representó un 35 % menos respecto al promedio histórico de más de 40 años. Los mayores aportes de precipitaciones se dieron alrededor de fines de diciembre, en plena etapa vegetativa del cultivo y en la segunda semana de enero (Figura 1). Posteriormente, hubo un período de sequía en febrero, coincidiendo con el período crítico del cultivo alrededor de floración (20 días previo y 7 días pos floración, Gerik et al., 2004), afectando el rendimiento en algunos genotipos. Sin embargo, al momento de la etapa de llenado de granos tuvieron buena disponibilidad de agua, superando al promedio de la serie histórica (abril 2018, Figura 1).
En cuanto a las temperaturas, las máximas fueron elevadas; desde fines de noviembre hasta fines de febrero, en promedio, rondaron los 32.6 ºC coincidiendo con el período de floración y 26º C durante el llenado de los granos. Las máximas temperaturas de esta campaña estuvieron todo el ciclo por encima del promedio histórico de temperatura en un 10%. La misma tendencia se observó en las temperaturas mínimas, estando por debajo del registro histórico desde mediados de febrero a fines de marzo (Figura 1).
Rendimiento
El promedio general de esta campaña fue de 7315 kg ha-1 (Tabla 1), un 11 % inferior a la campaña anterior. Los rendimientos variaron entre 6645 y los 8000 kg ha-1 según el híbrido. Los híbridos SAC 100, NUGRAIN 44T, SUMMER II, SPRING T 60, GEN 417, GEN 311 T, Malón, Arg 110 T, ACA 558 y ACA 152 conformaron un grupo homogéneo, sin diferencias significativas entre ellos, pero superaron al promedio del ensayo en un 3,3 %. Destacándose ACA 152 con 8080 kg ha-1 (Tabla 1)
El peso de mil granos (PMG) presento diferencias altamente significativas (P< 0.01) entre los híbridos, al igual que en el número de granos por metro cuadrado (NG). El rango de los PMG fue de 18.6 a 28.6 g. El híbrido Arg 110 T presentó el mayor valor de PMG compensando en parte un menor NG.
En tanto que en el NG se obtuvieron valores desde 22674 hasta 36936 granos por metro cuadrado. Los híbridos con los máximos valores de NG fueron GEN 417 y GEN 311 T, correlacionándose con el rendimiento.
En la Figura 2 se observa que el rendimiento obtenido en estos últimos 5 años supera al promedio de rendimiento para el Departamento Iriondo (Sta. Fe) que es de 5000 kg ha-1 (SAGyP, 2019). El menor valor se registró en la campaña 2014-15 con 6500 kg ha-1, en tanto que el máximo fue en el 2012/13 con 8300 kg ha-1. Esto demuestra que existe una brecha entre el rendimiento del productor (que destina al cultivo a lotes marginales o de baja productividad, con un deficiente control de malezas y de nutrientes) y el rendimiento posible de alcanzar con un manejo adecuado del cultivo, con una variación del 25% al 40 %. Se concluye que esta campaña fue buena ya que los rendimientos obtenidos estuvieron por encima del promedio de la zona.
Fuente: INTA por Amalia Graciela Manlla, Julio Manuel Castellarin, Ricardo Pagani
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