Amaranthus palmeri S. Watson: ¿una nueva maleza que amenaza a los algodones del Area de Riego del Río Dulce?

En nuestras habituales recorridas por los campos de algodón del área de riego del Río Dulce en la provincia de Santiago del Estero hemos detectado en algunos lotes la presencia de una maleza parecida a nuestro “ataco” o “yuyo colorado” (Amaranthus hybridus=Amaranthus quitenses), pero con algunas características diferentes como la de ser más altas y con largas y abundantes inflorescencias. La consulta bibliográfica y profesional además de la observación visual de otras características morfológicas, permitió determinar que podría tratarse de Amaranthus palmeri. También en una reciente recorrida por el oeste de la provincia (Ruta 64) se ha detectado ejemplares sospechosos en Lavalle, Santa Catalina y Los Cerrillos.

Originaria de las regiones desérticas del suroeste de Estados Unidos y el norte de México, es una de las especies de Amaranthus más problemáticas en esos países ya que ha desarrollado resistencia a varios modos de acción de herbicidas, siendo por lo tanto un importante problema en los cultivos de soja y maní (Legleiter y Johnson, 2013). Al día de hoy, es la especie que genera mayores perjuicios económicos en el cultivo de algodón en EE.UU. (Webster y Nichols, 2012). En Argentina fue citada por primera vez en 1984 en la provincia de La Pampa, siendo hallada en cultivos de especies forrajeras cuya semilla había sido importada de EEUU. Luego comienza a difundirse su presencia a partir de la Ejemplar “sospechoso” de A. palmeri en un lote de algodón en el área de riego del Río Dulce, Sgo. del Estero campaña 2010/11 en el sudeste de Córdoba, desde donde se presume se difundió hacia San Luis en el año 2012 (Morichetti et al., 2013). Actualmente se encuentra presente además en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán, Chaco, Salta y Entre Ríos, lo que permite citarla como una maleza establecida y problemática dentro de los sistemas productivos argentinos (Tuesca et al., 2014; Metzler, 2015; Diez de Ulzurrum et al., 2016) Debido a la agresividad demostrada por esta maleza, la resistencia a ciertos modos de acción de herbicidas y las posibles pérdidas que puede provocar su diseminación en la zona de riego, queremos difundir algunos aspectos que faciliten su identificación, así como de su biología y posibles medidas de manejo.

Identificación

1) Es una especie anual, de ciclo primavero-estivo-otoñal, que se reproduce por semillas. Presentan tallos erectos verde rojizos, glabros (sin pelos), ramificados casi siempre en forma angular ascendente y que alcanzan alturas que van desde los 180 hasta los 240 cm.

2) El rasgo más característico de esta especie es ser dioica (flores femeninas y masculinas en plantas separadas) y por eso se diferencia muy bien de cualquier otra especie de Amaranthus que crecen en Argentina, ya que estas, por el contrario, son todas monoicas (flores femeninas y masculinas en la misma planta).

Las inflorescencias femeninas son largas y pueden llegar en algunos casos a los 80 cm, con escasas ramificaciones y brácteas rígidas y agudas (espinosas) que dan una sensación punzante cuando se las toca (“pinchan”), mientras que las masculinas son suaves al tacto y desprenden abundante polen cuando se las mueve. Esto hace que podamos encontrar en el mismo lugar o sitio, plantas con semillas (femeninas) y plantas sin semillas (masculinas), a diferencia del resto de las especies de ataco en donde todas las plantas del sitio, tienen semillas. 3) Otra característica es el largo del pecíolo de la hoja, el cual es igual o mayor que el largo de la lámina. Una manera sencilla de determinar esta característica es extraer una hoja entera y proceder a doblar el pecíolo en la zona de unión con la lamina y comprobar su longitud. Esta característica puede ser interesante de observar en el estado de plántula ya que el amaranto común presenta peciolos cortos en este estado (Legleiter y Johnson, 2013).

A pesar de que nuestro “ataco” local presenta pecíolos mas cortos que el largo de la lámina, algunos autores mencionan que esta característica de mayor largo de A. palmeri es posible encontrarla también en ejemplares de A. hybridus (Diez de Ulzurrum et al., 2016). Esto podría explicarse por la gran capacidad de hibridación (cruzamiento) de A. palmeri con otras especies del género, lo que posibilitaría la transferencia de genes con algunas caracteristicas morfológicas como el largo del pecíolo a las especies “locales”. 4) Las láminas de las hojas de A. palmeri son anchas de formas ovaladas a elípticas, sin pelos y no terminan en puntas. Las nervaduras son prominentes en el enves de la hoja. Por último las hojas están dispuestas en forma alterna y asimétrica alrededor del tallo, estrategia que es el resultado del patrón de crecimiento del meristema apical, con el objetivo de captar la mayor cantidad de luz posible (Metzler y Papa, 2015). 5) Los tallos y hojas son en su mayoría suaves y carentes de pelos. La falta de pilosidad de A. palmeri es otra de las características distintivas de las demás especies dentro del género Amaranthus que presentan pelos a lo largo de todo su ciclo. 6) Produce abundante cantidad de semillas de pequeño tamaño, de color marrón rojizo y es capaz de producir entre 100.000 y 200.000 semillas por planta. Germinan rápidamente ante la presencia de pequeñas lluvias en los primeros centímetros de suelo con temperaturas mayores a 18°C, alcanzando su máxima tasa de germinación con temperaturas fluctuantes de 32/38°C con lo cual puede germinar por un largo período de tiempo. Necesita de luz para germinar por lo que es importante lograr una rápida cobertura o cierre de surco en los cultivos para disminuir su presencia. 7) Es una especia C4 anual de rápido crecimiento, algunos individuos llegan a crecer más de 2-3 cm/día en óptimas condiciones. Posee una alta tasa de fotosíntesis incluso bajo condiciones de altas temperaturas, alcanzando su máxima tasa entre los 36 y 46°C, lo cual es bastante peligroso en nuestras zonas cálidas (Ehleringer 1983). Soporta altas temperaturas y sequía. Puede soportar temperaturas de suelo mucho mayores que el cultivo de soja. Posee además un sistema radicular muy extenso y profundo. Si bien las características anteriormente descriptas permiten diferenciar las especies del género Amaranthus, se debe recordar que las características también pueden ser variables dentro de una especie, incluso dentro de una misma población en el lote. Debido a esta variabilidad, para la identificación correcta de las especies de amaranto en el campo siempre hay que evaluar varias plantas en el campo, ya que pueden coexistir más de una especie del género Amaranthus en el lote (Metzler, 2015).

Prácticas culturales

– Rotación de cultivos: Aunque no es un concepto nuevo, la rotación con gramíneas (maíz, sorgo, moha, etc.) permite utilizar herbicidas hormonales con modos de acción que controlan Amaranthus palmeri. La rotación también ayuda a que el proceso de resistencia sea más lento y preserva las herramientas herbicidas actuales. En lotes con alta infestación, hay que considerar el cultivo de gramíneas durante al menos dos años para maximizar el control.

– Labranzas: En campos muy infestados, la acción de una rastra de disco puede reducir la población de Amaranthus palmeri hasta un 50% (Legleiter y Johnson, 2013), ya que al enterrar las semillas a una profundidad superior a los 3-4 cm se estará evitando su germinación debido a que necesita luz para emerger. Por otra parte, debe evitarse el uso excesivo de esta herramienta, ya que la semilla al permanecer viable en el suelo hasta cinco años, con las sucesivas labores pueden volver a ser depositadas en la superficie del suelo. En caso de infestaciones severas y con cultivos que no cerraron el entresurco, se puede recurrir al pasaje de un carpidor para cultivar el entresurco, lo que puede ser complementado con la contratación de cuadrillas de personal para terminar el desmalezado en forma manual. El objetivo fundamental de esta estrategia es impedir que la maleza siga creciendo y genere semillas viables.

– Cultivos de cobertura: Un cultivo de cobertura proporciona una supresión de la emergencia de A. palmeri antes de la siembra, además de los beneficios a la estructura de suelo que brinda este tipo de cultivos.

– Limpieza de Maquinarias: Debido a que la semilla de A. palmeri es tan pequeña, se dispersa y se propaga rápidamente, fundamentalmente por la maquinaria agrícola. Las cosechadoras son uno de las mayores contribuyentes a la propagación de semillas, por lo tanto, hay que considerar cosechar al final, los lotes con fuertes infestaciones de esta maleza. Esto ayudará a mantener las semillas en el área. Después de la cosecha, se debe limpiar la cosechadora de la mejor manera posible para asegurar que la semilla no se propague durante la cosecha del próximo lote.

– Control químico: en la actualidad han sido determinados biotipos resistentes a los inhibidores de la fotosíntesis (Atrazina, Diuron, etc.), otros a los inhibidores de la ALS (Imidazolinonas, Sulfunilureas, etc.), algunos otros son resistentes a las Dinitroanilinas (Pendimentalin y Trifluralina), también biotipos resistentes al Glifosato y en los últimos años aparecieron biotipos con resistencia múltiple a los ALS y Glifosato (Horak y Peterson, 1995; Culpepper et al., 2006; Jha et al., 2008; Fugate, 2009). Esto ha ocasionado complicaciones en el control y ha incrementado considerablemente los costos de control. Según REM (2015) y Diez de Ulzurrum et al. (2016), los individuos detectados en Argentina, aparentemente presentarían resistencia a herbicidas inhibidores de ALS (sulfonilureas, imidazolinonas, triazolpirimidinas), la cual habría sido adquirida en otras latitudes. En tanto, en Estados Unidos se han detectado casos de resistencia múltiple a herbicidas del grupo de inhibidores de EPSPS (glifosato), inhibidores de la enzima ALS (imidazolinonas, sulfonilureas), e inhibidores del fotosistema II (triazinas, ureas sustituidas) (Heap, 2015). En nuestras pruebas a campo, los pocos ejemplares detectados en el área de riego son susceptibles (por el momento) a glifosato. Los herbicidas residuales y pre-emergentes deben ser la base para el manejo de A. palmeri en algodón y soja. Debe hacerse un excelente control de todo lo nacido antes de la siembra del cultivo y utilizar pre-emergentes para comenzar el cultivo limpio, ya que una vez nacido el número de herramientas químicas disminuyen considerablemente. Estos herbicidas son eficaces sobre su punto más débil, la emergencia, reduciendo sustancialmente el número de plantas que demandarán la aplicación de un herbicida postemergente. Además, es menor la presión de selección que se ejerce sobre las pocas opciones de herbicidas postemergentes. La aplicación de estos herbicidas residuales debe ser lo más cerca posible de la siembra como para maximizar la actividad del producto en el cultivo, ya que las aplicaciones muy anticipadas (en otoño o principios de la primavera) de un herbicida residual proporcionan muy poco control sobre A. palmeri (Metzler, 2015). Cuando el problema aparece en postemergencia temprana del cultivo y debido a que el glifosato tiene antecedentes de resistencia tanto en el extranjero como en nuestro país, la opción de usarlo en mezclas es inevitable para disminuir la posibilidad de generar resistencia. Al respecto en la EEA Santiago del Estero hemos empleado en el estado de 4ta hoja verdadera, la combinación de glifosato con S-metolaclor con excelente control de la emergencia de A. hybridus/quitensis, aunque no ha sido probado en A. palmeri.

Sugerencias

– Monitorear los lotes: es prioritario la correcta identificación de cual especie de amaranto está presente en nuestros lotes y anotar cuál es su estado de desarrollo (altura, presencia de inflorescencias, etc.)

– Diseñar una estrategia integrada de control: emplear rotaciones de cultivo; generar condiciones para un rápido crecimiento del cultivo mediante siembras tempranas, buen riego de presiembra, semillas certificadas con alto PG, surcos estrechos y mayor densidad que permitan el rápido cierre del entresurco, ya que Ward et al. (2013) observaron que la emergencia de A. palmeri creciendo dentro de un canopeo de soja se redujo en un 73% con respecto al suelo desnudo; empleo de herbicidas rotando principios activos y grupos químicos; malezas de pequeño tamaño [según el Dr. Papa mencionado por Gianni (2016), la eficacia de los herbicidas se reduce drásticamente una vez que las plantas de esta especie superan los 10 cm de altura].

– Evitar la introducción y producción de semillas: el hombre es el principal responsable por la dispersión de las semillas, la que puede ocurrir por el agua de riego, viento, por las maquinarias. Inclusive se detectó que los pájaros y pequeños mamíferos también pueden hacerlo (. Las plantas que escapan al control deben ser eliminadas inmediatamente mediante control manual. Hacer una exhaustiva limpieza de maquinarias antes del ingreso al campo, especialmente cuando provienen de lotes infestados.

– Asesoramiento profesional: recurra a la ayuda de un Ingeniero Agrónomo matriculado, los que se encuentran capacitados profesionalmente para asesorarlos en la lucha contra esta peligrosa maleza.

 

Fuente: INTA  Por: Ing. Agr. Mario Hugo Mondino

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