Cuatreros intentaron matar a un productor en el campo

Jorge Pinelli, quien relató el brutal ataque que sufrió su hermano el miércoles pasado a manos de un cuatrero que estaba carneando un novillo en su campo. “Llamate a la Policía y a una ambulancia porque me pegaron un tiro”, fue el llamado que Jorge recibió de su hermano Luis el pasado miércoles. Inmediatamente, Jorge se dirigió al campo que su hermano alquila, ubicado cerca de la localidad de Beazley, e ingresó al mismo utilizando la llave que tiene. Una vez dentro del campo, encontró a su hermano sentado en el estribo de la camioneta, y al puestero todavía atado.

Según relató Luis, cuando regresaba a su casa en la ciudad, pasó por el frente del campo y vio a unas personas que no conocía recorriéndolo. Luis, a bordo de su camioneta, ingresó al campo, pero rápidamente recibió un disparo de una persona que “estaba apostada”. “El disparo pega en el vidrio de la camioneta, traspasa la bala y le pega en la axila. Le perforó los pulmones y le tocó, dice el médico para que entendamos nosotros, la grasita del corazón. Fue un tiro mortal. No se murió porque no le llegó la hora nomás. Y se alojó en una costilla el proyectil”, contó Jorge.

Por el momento, todo parece indicar que Luis no necesita ser operado, ya que la bala quedó alojada en una costilla. “Tal vez sea más grande el riesgo operar que dejar la bala ahí”, explicó Jorge.

Previo a esto, los delincuentes, que eran dos, sorprendieron al puestero del campo, “lo encañonan con un arma y lo dejan atado”. Además, se robaron el rifle del puestero y, de hecho, esa fue el arma que utilizaron para dispararle a Luis en cuanto entró al campo, hecho que se produjo mientras los cuatreros estaban despostando un ternero. En la noche del jueves, la Policía descubrió que también habían matado dos vacas, las cuales fueron encontradas en otra parte del campo.

“Yo pienso que han entrado a cazar y preparar todo y después irían a entrar con algún vehículo. Por el modo de actuar, son conocedores de todo el movimiento del campo. Estudian antes de hacer las cosas”, opinó Jorge, señalando que después de herir a su hermano, los hombres escaparon a pié.

De igual manera, antes de escapar, uno de los cuatreros se acercó a Luis, quien a pesar de la herida había logrado bajar de la camioneta. Al parecer, quería rematarlo, pero al ver que el dueño del campo también tenía un rifle, el delincuente salió corriendo. “Salió corriendo en zigzag, así que era un tipo prevenido”, comentó Jorge.

Después de ocurrido el hecho, Pinelli destacó la actuación de los servicios de salud, señalando que la ambulancia que acudió al campo estaba completamente equipada y que ahora Luis está recibiendo una excelente atención en el Hospital San Luis, donde permanece internado en el área de terapia intermedia.

Y si bien destacó el rol de la Policía el día del hecho y todas las tareas que, “hasta altas horas de la madrugada”, realizaron en el campo; Jorge también señaló la creciente inseguridad que se vive en la zona, lo cual lo condujo a abandonar completamente esta actividad económica. “Me robaron varias veces. La última vez me mataron una vaca y después me robaron un ternero y más atrás me robaron 5 vaquillonas. Y así siempre te falta alguno. Así que yo me puse y vendí todo, porque encima yo estaba rodeado por caminos sobre la ruta. Entonces me digo, ‘¿qué hago acá? Un día me van a meter un balazo’. Y bueno, desgraciadamente le ocurrió a mi hermano”, contó Pinelli.

“Es un desastre. Esto de abigeato y cuatrerismo está ocurriendo permanentemente. Yo vivo en Cruz de Piedra, provincia de San Luis y acá frente a mi casa, un muchacho, un vecino, encontró a unos carneando y le tirano de una. No es que se escapan y se van. Ahora te tiran. Es la nueva modalidad. No les importa, te matan. Vos si tenés hambre vas a ir a matar un animal, no vas a matar a una persona ni 10 animales. Yo creo que con uno que mates para comer es demasiado. Pero 10 ya no es por hambre, 10 es para negociar. Aparte van con camionetas y acoplados, y esa no es gente pobre”, concluyó Jorge, señalando que cada vez se reduce más la presencia policial en la zona, con menor número de puestos de control.

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