Bajo el título “Las olimpíadas del campo” durante la tarde de este martes se desarrolló la segunda etapa de la Jornada de las Carnes en la Expo Rural 2024.
Contestando al dilema “¿Cómo nos fue a los argentinos en las olimpiadas del campo?”, los referentes de las comisiones de la Sociedad Rural Argentina (SRA) de Granos, Santiago del Solar, de Carnes, Víctor Tonelli, y de Lechería, Justo Brave, expusieron sobre la situación de cada sector.
Del Solar hizo hincapié en la gran oportunidad que perdió Argentina en el período 2000-2020 en la producción de alimentos, comparando a todo nuestro país con el estado brasilero de Mato Grosso.
“Mato Grosso creció en sus producciones de una manera impresionante, mientras que Argentina se quedó estancada en las producciones de maíz y soja. Ellos partiendo de un lugar mucho más atrás que nosotros, están produciendo más. Hoy entre maíz y soja, un solo estado de Brasil es como toda Argentina”, graficó el técnico.
Puesto en números, Argentina está produciendo entre 45 y 50 millones de toneladas de soja, y Mato Grosso está generando 45 millones, y en maíz el número común es 50 millones de toneladas.
“Este impacto se nota principalmente en las ciudades. Hay ciudades que hace 30 años no existían en Brasil y hoy son poblaciones pujantes de 90 mil habitantes, con alto nivel de vida, con presencia de inmigración interna, y en el fondo lo que hay es agricultura y ganadería, con todo lo que eso derrama en la construcción de escuelas, aeropuertos, fábricas de etanol, frigoríficos. Se han creado ciudades muy pujantes y ricas”, comentó Del Solar.
La comparación es desoladora. En ciudades como Rojas, en provincia de Buenos Aires, el crecimiento fue de 3 mil habitantes en 20 años (de 22 mil se pasó a 25 mil); que “es poquísimo, mientras que hay ciudades que se triplicaron en ese período en Brasil (la ciudad de Sorriso tenía 37 mil habitantes en 2000, y en 2020 ya contaba con una población de 92 mil personas). El punto no es sólo cuántas toneladas más producen, sino lo que significa eso para las ciudades del interior y sus habitantes”, afirmó el asesor de la SRA.
A la hora de analizar lo que hizo Brasil para lograr este despegue, Del Solar fue contundente: “No hicieron nada muy creativo, sólo que no tienen derechos de exportación, las retenciones no existen, ni existieron antes de este período de 20 años. Tienen una política que cuando hay que exportar carne se exporta todo lo que se puede, no tienen cierre de exportaciones de carne y maíz, que eso frena mucho la producción y una macro ordenada. Con estas medidas alcanza, luego el sector privado hace el resto”.
Por la Comisión de Carnes de la SRA, el vocero fue el asesor Víctor Tonelli, quien al igual que sus pares de Granos y Lechería, planteó la necesidad de impulsar medidas macroeconómicas que brinden equilibrio al sector: previsibilidad, reglas claras y fin de las retenciones.
“Si bien en los últimos 15 años los índices muestran un leve crecimiento, es un crecimiento del 2,1% anual, contra un aumento en el sector porcino del 5% anual. Lo peor es que en realidad ese crecimiento del 2,1 nos lleva a alcanzar el volumen de producción que teníamos en 1990, con lo cual, estamos recuperando lo perdido, pero no hemos pasado de lo que producíamos 34 años atrás”, razonó Tonelli.
Paralelamente, marcó que lo importante es destacar que “la tendencia es buena” y la apuesta es a seguir creciendo y “explotar como país productor de carne, con un producto que está valuado en todo el mundo de muy buena forma”.
Teniendo en cuenta que aumentó el consumo de sustitutos como las carnes aviar y porcina, el asesor consideró que se podrían utilizar para exportación los excedentes que están quedando de carne bovina.
“Lo primero que hay que hacer en Argentina es sacarle la pata de encima al productor, darle confianza, credibilidad, previsibilidad, retirar impuestos como las retenciones, y otros impuestos distorsivos como ingresos brutos interprovinciales, además de una serie de medidas que hay que liberar”, planteó el analista.
Destacó en este punto que el actual gobierno nacional impulsó algunas medidas favorables al sector, como eliminar la prohibición de exportación de siete cortes, los cupos de exportación y algunos fideicomisos, “algunas trabas se fueron sacando, pero faltan las mayores, y a partir de ahí, dándole previsibilidad, el productor crece enseguida. Debemos pasar de 3 millones, a por lo menos 4 millones o 4,5 millones, con lo cual aún falta crecer bastante, y para eso necesitamos recuperar los índices de productividad que hemos perdido”.
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La lechería al borde del abismo
Costos de producción y de industrialización de la producción láctea, fueron el eje de la exposición de Justo Brave, miembro de la Comisión de Lechería de la SRA, durante su exposición: “En la leche tenemos problemas con los sindicatos, problemas con las tasas e impuestos, hay problemas con la energía. Los costos de producción son muy altos porque falta inversión en el sector, entonces todos los costos por los que está siendo ineficiente la industria, los estamos pagando los productores de materias primas, que tenemos otra serie de problemas, como falta de infraestructura, no contamos con un sistema de comercialización confiable y todo eso lleva a que cuando bajan los precios internacionales no nos dan los costos”, describió el cuadro de situación el técnico.
Optimista, Brave destacó que “hoy tenemos la suerte de que el nuevo gobierno no nos va a poner más palos en la rueda, no se va a meter más en los negocios entre privados, y nos facilitará todo lo que sea exportación”.
Logrado este ordenamiento quedaría en manos de los productores e industriales “lograr un sistema de comercialización que nos permita que la lechería crezca como un agronegocio. La lechería debe pasar de ser una actividad a ser un negocio, y cuando el negocio sea completo y rentable en toda la cadena, ahí se darán todas las condiciones para el sector. Hoy esa ecuación no se da en toda la cadena”.
Para pasar en limpio, el asesor de la SRA informó que “en los últimos doce meses el margen le dio positivo a los industriales y muy negativo a los productores”, y afirmó que “todos los productores están con mochilas, no hay financiamiento y todo eso hace que la lechería argentina no avance, que esté estancada e, incluso, cayéndose en el abismo”.
Como dato gráfico de la situación, Brave puntualizó que, de haber llegado a producir 11 mil millones de litros, se pasó a poco más de 6,8 mil millones de litros de consumo interno y otros mil millones de exportación.
Otro punto preocupante es el importante porcentaje de evasión existente en el país: “La economía argentina está 50% en blanco y 50% en negro, entonces cuando se pide formalidad, nosotros pedimos que se requiera la formalidad en la demanda y no en la oferta”.