Monitoreo e insectos benéficos

Soy asesor de Agroestudio Viento Sur SRL, socio de la Regional Aapresid de Necochea y de Aappce. En la campaña en curso, en nuestra zona los cultivos de girasol y soja suman el 45% de la superficie agrícola (30% y 15%, respectivamente), siendo el resto de la superficie sembrada con maíz, trigo y cebada (20, 26 y 9%, respectivamente). En girasol y soja, la plaga fitófaga más importante suele ser la isoca medidora ( Rachiplusia nu), que causa un daño indirecto en el rendimiento por defoliación de la planta.

La herramienta más importante para el manejo de la isoca es el conocimiento, esto es de la biología de los cultivos, de la plaga, de las condiciones ambientales, los umbrales de acción, del estado del cultivo y de la presencia y evolución de las poblaciones de la plaga y de sus controladores biológicos, y de las herramientas para su control, culturales y químicas. Una vez que ya estamos en la cancha jugando el partido, con un cultivo establecido, el monitoreo se vuelve imprescindible para la mejor toma de decisiones.

Un monitoreo preciso y periódico que nos permita ir viendo la película del cultivo (no una foto puntual), de la dinámica poblacional de la plaga, del daño que está causando y de los benéficos presentes para ponerle números a todo esto y seguir su evolución. Es muy importante esto último, no podemos dejar de ponerle número también a los benéficos, entre los cuales solemos encontrar parasitoides ( Cotesia bourquini, Casinaria plusiae, Copidosoma floridanum, etcétera), entomopatógenos ( Nomuraea rileyi, virus, bacterias, etcétera) y predadores (arañas, crisopa, Orius insidiosus, Geocoris sp, Nabis sp, Podisus nigrispinus, vaquitas, etc).

Fuente: La nación | Por: Esteban Bilbao