El norte santafesino al ritmo del algodón

Santa Fe es la tercera productora nacional de algodón, después de Santiago del Estero y Chaco con más de 73 mil hectáreas esparcidas en cuatro departamentos. Hasta el momento, la cosecha comenzó en los lotes de siembra temprana con rendimientos que oscilan entre 2000 y 3000 kilos por hectárea. Las altas temperaturas y bajo número de llenado de capsulas por planta, permitieron muy buenos resultados de este cultivo que creció en superficie sembrada a nivel nacional en los últimas cuatro años.

El algodón es un cultivo regional de gran importancia en la economía provincial. Santa Fe es la tercera provincia con mayor superficie sembrada, después de Santiago del Estero y Chaco. Su cosecha avanza sobre las 73.650 ha sembradas en los departamentos 9 de Julio (62.500 ha), General Obligado (8050 ha) y Vera (3100 ha).

Según los datos aportados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en la actual campaña se sembraron en el país 460 mil hectáreas, incrementándose la superficie nacional 73.500 hectáreas por campaña en promedio, los últimos cuatro años.  Los buenos rendimientos, la disminución de la rentabilidad en cultivos competidores y la implementación de prácticas de manejo para el control del picudo del algodonero, son algunos de los indicadores de este crecimiento.

Pese al aumento de la superficie cultivada a nivel nacional, las grandes precipitaciones e inundaciones registradas en la región occidental santafesina durante la campaña 2018/19, dejaron gran cantidad de superficie sin sembrar.

En términos ambientales, la campaña presentó buenas condiciones con temperaturas que estuvieron dentro de los promedios históricos y precipitaciones periódicas con buenos milimetrajes.

“En el este de la provincia de Santa Fe, en lotes sembrados durante la primera quincena de octubre, los rendimientos fueron muy buenos con promedios desde 2.000 a 3.000 kilos por hectárea. La calidad tecnológica de fibra, registró también altos valores de micronaire.  Ambos resultados, están asociados a las altas temperaturas durante el período de llenado de cápsulas y el bajo número de cápsulas por planta que aumentaron la madurez de la fibra como la disponibilidad de asimilados por cápsula”, aseguró Gonzalo Scarpin de INTA Reconquista.

Específicamente sobre el manejo sanitario, Scarpin reconoció que el éxito en la implementación de prácticas de control del picudo algodonero se debe a “la continua capacitación y concientización por parte de los productores y técnicos, la utilización de trampas de feromonas y la destrucción de rastrojos en los momentos indicados para evitar la propagación del insecto durante el invierno y lograr así, el vacío sanitario necesario propuesto por los organismos oficiales, como SENASA”.

 

Reguladores de crecimiento y defoliantes: preparar el cultivo para la cosecha

La etapa de madurez fisiológica es la última antes de la cosecha. Para tener una cosecha con fibra limpia con menor cantidad de rastrojo y frenar la aparición del picudo algodonero, el equipo de algodón de INTA Reconquista sugiere la aplicación de reguladores de crecimiento y defoliantes.

Los reguladores de crecimiento evitan la reactivación del crecimiento vegetativo después del fin de la floración efectiva y la generación de rebrotes o nuevas estructuras reproductivas. Los rebrotes y nuevos pimpollos traen consecuencias negativas porque aumentan la humedad al momento de la cosecha, se generan nuevas hojas para defoliar y alimento para el picudo del algodonero que puede seguir reproduciéndose y generando nuevos individuos.

Para preparar el cultivo para una correcta cosecha mecánica, Scarpín recomendó la aplicación de defoliantes y desecantes. “El primero acelera la maduración de la últimas capsulas e induce la caida natural de las hojas, mientras que el segundo provoca el rápido secado de las mismas”

Para determinar el momento correcto de aplicación se debe realizar un monitoreo a campo y observar que entre el 60 al 70 % de las cápsulas se encuentren abiertas en las plantas. Al momento de su utilización debe haber buenas condiciones de humedad del suelo, días despejados y sin vientos para evitar derivas en lotes cercanos.

Los defoliantes como desecantes se pueden usar dos o más veces: para producir una sensibilización de las hojas y luego en una segunda aplicación, lograr una caída más rápida y efectiva de las mismas.

Además, hay evitar la presencia de malezas que aportarán materiales extraños a la fibra.

En la cosecha, se debe tratar que las plantas no tengan cápsulas verdes sin abrir, hojas secas que aportan materiales que contaminen y luego afectan la calidad comercial de la fibra y hojas verdes que manchen la fibra e incrementar la humedad del algodón almacenado.

Picudo del algodonero y destrucción de rastrojos

En esta época y como sucede en las últimas campañas, el número de picudos es alto. Con el objetivo de disminuir su población es fundamental no dejar el monitoreo de bochas, renovación de feromonas e insecticidas en trampas y la aplicación de insecticida junto con los reguladores de crecimiento, defoliantes y desecantes.

Asimismo, luego de la cosecha, es fundamental la rápida y efectiva destrucción de los rastrojos de la cosecha para disminuir la disponibilidad de alimento para la plaga.

 

Fuente: INTA por Cristian Daniel Jesú Asoli, Luciana Margherit

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