Con ciertas dudas en el horizonte la ganadería cierra un año histórico

José Lizzi, referente de Aacrea, ponderó el récord de exportaciones pero advirtió sobre la caída en el consumo interno, la falta de agua y los precios que llegan al productor.

“El 2019 cierra como un año de récord histórico para la carne vacuna argentina, con 830.000 toneladas exportadas (el techo anterior había sido 2005 con 771.000 toneladas), pero también con un consumo interno deprimido que se quedó en el piso de 51 kilos por habitante por año”, manifestó José Lizzi -líder del área de ganadería de Aacrea-, durante el Outlook Ganadero 2020 organizado la pasada semana por la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola.
“Tenemos muchas incertidumbres sobre el futuro, pero también algunas certidumbres y caminos posibles, veremos algunas señales a seguir para tomar decisiones”, explicó Lizzi como puntapié inicial de su disertación.
Lo primero que hay que ver, mirando toda la película es que a pesar de la caída de consumo de carne vacuna, Argentina cierra 2019 con casi 110 kilos por habitante por año de proteínas animales ocupando el segundo lugar en el mundo. A los 51 kilos de vacuna, se le suman 43 de pollo y entre 14 y 16 kilos de cerdo.
“Así las cosas, se espera terminar el año con 3,13 millones de toneladas/res con hueso faenadas, lo que nos pone en el nivel más alto de los últimos 5 años”, expresó Lizzi de acuerdo a lo informado por Clarín Rural.

CUESTION DE DATOS
Según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, durante los primeros tres trimestres del año 2019, la faena bovina alcanzó las 10,2 millones de cabezas, un 1,8% superior al periodo enero-septiembre 2018. El leve incremento observado en la faena bovina es cercano a las 185.000 cabezas, y se explica por una suba de la faena de hembras de unas 512.000 cabezas, parcialmente compensada por una menor faena de machos (328.000 cabezas menos respecto de 2018).
Según el Ipcva, en los primeros nueve meses de 2019, se faenaron 5 millones de hembras, que representaron un 49,1% de la faena total del periodo, y mostraron un crecimiento del 11,4% en relación a los primeros nueve meses del año 2018. En el mismo período de análisis, la faena de novillos, novillitos y terneros cayó 6,4%.
“La faena de hembras cerraría el año con 46,7% de participación promedio, lo que puede ser tomado como una fase de liquidación dependiendo de lo que esté pasando con el resto de las categorías”, advirtió Lizzi, quien cuantificó que “de 2018 a 2019 se espera una reducción del stock de vacas, no de hembras totales, de 1,26 millones de cabezas (un 5,34% menos), y esto es casi un escenario de liquidación”.

PARA MIRAR CON
DETENIMIENTO
José Lizzi explicó que “es cierto que no es algo impulsado por productores que quieren salirse del negocio, pero sí es algo para mirar con muchísimo detenimiento”. Y agregó que “esta caída en el stock es algo que se va a manifestar en los próximos tres años, con una menor oferta de terneros, podrían ser unos 500.000 terneros menos por zafra”.
Para compensar ese número, habría que mejorar en eficiencia productiva, subir la relación terneros vaca de 62% a 66%, “lo cual, en un contexto productivo complejo por sequía, costos altos y falta de financiamiento, es difícil de imaginar”.

PRECIOS: MANDA EL
CONSUMIDOR
El referente de ganadería de Aacrea también hurgó en la formación de precios y cómo se distribuyen a lo largo de la cadena cárnica. “Es cierto que la carne se origina en la cría y pasa por todos los eslabones hasta llegar al consumidor, pero la retribución económica es lo que convalida el consumidor final en la góndola y de allí se distribuye hacia atrás”, explicó Lizzi, y sentenció que “si el consumidor no tiene mucho poder de compra, la cantidad de plata que entra desde la punta de la cadena es menor, y hay menos para repartir”.
Como para reforzar esta idea del poder de compra de los consumidores, Lizzi mostró que el valor bruto del negocio desde 1990 hasta ahora copia bastante de cerca el PBI. “Entonces, mientras nosotros tengamos una estructura de negocios que depende en un 65-70% de lo que suceda en el mercado interno dependemos mucho de cómo nos vaya como país”, apuntó, y lamentó que “hoy el poder de compra de los consumidores está por debajo de todas las categorías, sea novillito consumo o vaca conserva.

LA EXPORTACION
En este contexto de formación de precios doméstica, entra a jugar la exportación como un “jugador disruptivo”.
“En 2018 y 2019 el precio de la vaca se movió de a saltos al ritmo de las devaluaciones, está copiando el dólar y eso es lo que está pasando producto de la exportación y la alta demanda de vacas aún con una faena fuerte”, explicó Lizzi.
Si, como pareciera ser el propósito del gobierno de Alberto Fernández, toman las medidas para fortalecer el consumo interno, fortaleciendo el poder adquisitivo de los argentinos, entonces la plaza local retomaría el impulso.
Por otra parte, Lizzi describió tres escenarios posibles para faena y exportación, según cómo se den las cosas: el primero, con una faena de 3,4 millones de toneladas res con hueso y 1,2 millones de toneladas exportadas, lo que sería ocupar la capacidad de faena casi al 100%; un segundo escenario con 3,13 millones de toneladas faenadas (así cierra 2019) y 960.000 toneladas (capacidad del 75%); y un tercer escenario con 2,9 millones de toneladas faenadas que sería lo que teníamos hasta 2018 y 750.000 toneladas exportadas, que es el escenario Usda.
“Tomando el escenario medio, con una oferta que se mantenga en 3,13 millones de toneladas como este año, para 2020 el consumo interno bajaría nuevamente, de 51 a 48 kg/hab/año”, advirtió Lizzi. Si hubiera un evento extraordinario (profundización de la sequía, problemas financieros o intervenciones) podría acelerarse la fase de liquidación, con una oferta extraordinaria inicial que haría bajar los precios pero con un rebote posterior y una difícil remontada.
“Esto ya lo hemos vivido, esperemos no pase”, dijo Lizzi.

CAMBIAR PARA
QUE CAMBIE
“Si queremos que nos vaya mejor vamos a tener que hacer algo diferente”, dijo Lizzi, simple y real como suena, pero complejo como es en realidad. Y “si no trabajamos en una agenda sectorial a nivel institucional vamos a estar supeditados a las determinaciones del Gobierno de turno”, apuntó el referente de ganadería de Aacrea.
Todo en un contexto macro que luce complicado, con un país que tendrá vencimientos de deuda que pagar, con financiamiento escaso en el exterior. Intrasectorial, con lluvias por debajo de la media en varias regiones, productividades acumuladas complicadas y una oferta de granos que puede verse complicada.
“En este contexto, es importante que la demanda mundial sigue firme y que, si se hace un poco más fuerte el poder adquisitivo podría aumentar la demanda interna, aunque sea momentáneamente, porque consideramos que el consumo interno va a seguir cayendo, porque hay un tema estructural: aumentaron las exportaciones y no aumenta la producción. Punto”, expresó finalmente Lizzi.

 

Fuente: Diario La Opinión

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