Historia de la lechería en Trancas, Tucumán

Luego de años de desazón debido a la pérdida de su capacidad de comercialización, la región de Trancas, provincia de Tucumán, se anima a apostar fuerte en la lechería. Las dificultades pasadas ayudaron a descubrir la potencialidad del trabajo en conjunto.

Un poco de Historia

La provincia de Tucumán tiene una larga historia lechera. A comienzos del siglo pasado se registraban fincas de gran importancia, con producciones de leche que sorprenderían aún hoy en día. En la década del 20 disponía de leche pasteurizada y en los años 40 su “Granja Modelo” producía más de 20.000 litros diarios.

Al principio, como en casi todas las lecherías del mundo, sus tambos se mezclaban con la ciudad y luego, a medida que se hizo incompatible con la vida de la metrópoli, la producción se fue corriendo a zonas más periféricas, surgiendo así regiones más especializadas en lechería. Regiones que no participaban de la principal actividad provincial (caña de azúcar) por razones técnicas económicas, comenzaban tímidamente a producir leche con miras al abastecimiento local.

Una de esas zonas que se destacó fue Trancas, en la región central norte de la provincia.

Encerrada en un valle entre las Sierras de Medina y las Cumbres Calchaquíes, de poca lluvia (unos 400-500 mm anuales mal distribuidos y por lo tanto amarrada al riego) se desarrolló una cuenca de importancia por los volúmenes producidos y por la cantidad de familias involucradas.

Buscando caminos…

La zona se caracteriza por un conjunto de sistemas de riego que toman agua del dique nivelador del sistema del Río Tala, y de tomas rústicas a lo largo del Río Salí. Allí conviven chacareros; criadores; horticultores grandes, medianos, pequeños; y pequeños productores de leche. Todos ellos empadronados en las juntas de regantes, condición ineludible para desarrollar la actividad.

Poco a poco, superando múltiples inconvenientes, se fue especializando e incrementando su importancia; en el año 1951 dos cooperativas de tamberos fundan COOTAM (Cooperativa de tamberos de Trancas con el objetivo de canalizar hacia el mercado consumidor la producción de 400 familias tamberas de Trancas; en el periodo de los años 70-80 la cooperativa llegó a producir más de 100.000 litros diarios, abasteciendo la provincia y parte de la región. No obstante, en la década del 90 esta cuenca sufrió las consecuencias de las políticas implementadas y de sus propios errores organizativos llevaron a que su principal empresa compradora, la cooperativa COOTAM, quebrara dejando a la deriva a los tamberos que no tuvieron donde entregar la leche.

Algunos de ellos encontraron salida a su producción a través de empresas de la región o de la zona central, que se animaron a recolectar los volúmenes más importantes. Otros no tuvieron otra alternativa que reducirla drásticamente hasta hacerla compatible con la venta local y de productos artesanales. En el proceso, muchos decidieron abandonar para siempre la producción buscando nuevos horizontes.

Esta situación explica la paradoja: luego de la gran deserción de productores y una drástica reducción de la producción, insuficiente para abastecer el mercado local, un porcentaje cercano al 50% de la misma se “exporte” a la región central de Santa Fe-Córdoba para ser procesada. Una situación poco entendible si no se conoce algo de su historia reciente.

Quien se quema con leche…, sin embargo…

Indudablemente fue una situación de alto impacto en la región, ya que la actividad láctea tiene incidencia en un amplio espectro de la comunidad y el efecto de su crecimiento o retroceso se siente en toda la vida local. Por eso, a pesar del golpe sufrido, tempranamente hubo interés en recomponerla.

Los paulatinos cambios en la lechería nacional, que dan aires de cierta estabilidad a la producción, y de precios alentadores, apuraron el proceso de restauración de la cuenca. Proceso complicado y difícil ya que estas experiencias dejan tremendas huellas sobre aspectos productivos, económicos y sobre todo sociales de la comunidad afectada.

En los últimos años, instituciones dependientes del Gobierno Provincial, de la Universidad Nacional de Tucumán, de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, el INTA, se unieron a la iniciativa local (oficial y privada) para coincidir en conformar la Mesa Lechera Provincial y promover la reconstrucción de la cuenca. En ese ámbito, y apuntalados por el Proyecto de Apoyo a la lechería extra-pampeana, se reúnen los profesionales de esas mismas instituciones para coordinar acciones en conjunto, ahorrando esfuerzos y ganando en eficacia.

Pero hoy se está haciendo mucho en Trancas

Así se fortalecieron grupos de comercialización como el de APROLECHE, resurgieron trabajos en el ámbito cooperativo con pequeños productores, se constituyeron dos nuevos grupos Cambio Rural, se organizó la capacitación de la mano de obra del tambo a través de dos cursos del Profesional Tambero, se organizó la distribución a la población estudiantil del YOGURITO, alimento probiótico desarrollado por el CERELA y se están implementando sistemas de manejo de efluentes en algunos establecimientos.

Aspectos de la organización local que fueron generando nuevamente confianza en aquellos que no abandonaron la producción y que volvieron a recomponer su estructura productiva creciendo cerca de un 50 por ciento en los últimos dos años.

Hacia mediados de noviembre del año 2010, y como muestra del entusiasmo que consistentemente se manifiesta en la zona, se organizó la primera ExpoLáctea del Norte. Como consecuencia de su éxito local y regional organizó la segunda versión para el 27 y 28 de mayo del 2011. Una ambiciosa propuesta con charlas técnicas, presentaciones de stands, jura y venta de ganado lechero. Una tradición que se renueva y sigue presente en la zona y que cuenta con el apoyo del Gobierno Municipal, sabedor del impacto que tiene la lechería en la vida comunitaria.

En síntesis…

Trancas no es la única zona productora de leche en la provincia, pero es la que manifestó mayor desarrollo en un pasado no muy lejano y que, a partir de estas acciones entre todos los que tienen intereses genuinos en la lechería, vuelve a creer y manifestar su optimismo en acciones concretas como para que el resto también se anime.

 

Fuente: INTA por Juan Chimicz, Francisco Ayudarte

Más información agropecuaria clickea aquí