Testimonio de productores desesperados por las inundaciones: “Es como un mar de agua”
Las precipitaciones acumuladas superaron los 400 mm en algunas zonas productivas. Campos bajo agua, caminos intransitables y cultivos en riesgo. “Esto no se parece a nada que hayamos visto antes”, advierten desde Buenos Aires.
Una nueva alerta climática encendió las alarmas en la región núcleo. En plena cosecha gruesa, un temporal sin precedentes dejó un rastro de destrucción y paralizó la actividad en uno de los momentos más críticos del calendario agrícola. Las lluvias intensas, que comenzaron a fines de la semana pasada, transformaron campos enteros en verdaderos espejos de agua, provocando un freno forzoso en la recolección de soja y generando pérdidas millonarias.
“A donde mires, hay agua. Nunca vimos algo así. Es una imagen impactante”, relató el productor Martín Vivanco desde San Antonio de Areco. En diálogo con la agencia Reuters, describió una situación dramática: zonas bajas anegadas, lotes que ya no se podrán cosechar y caminos rurales convertidos en barriales intransitables. “Es como si la campaña se hubiera detenido de golpe”, resumió.
Lluvias fuera de escala: hasta 400 mm en pocas horas
El fenómeno climático dejó registros inéditos: en regiones como Salto, en el norte de la provincia de Buenos Aires, las lluvias acumularon hasta 330 milímetros, inundando más de 171.000 hectáreas productivas, según estimó el productor Esteban Plazibat. Otras localidades también reportaron cifras alarmantes, con acumulados que triplican o cuadruplican los promedios históricos para mayo.
El meteorólogo Germán Heinzenknecht, de la Consultora Climatológica Aplicada (CCA), fue contundente al evaluar la magnitud del evento: “La cantidad de agua que cayó fue absurda. Con 150 milímetros ya habría habido complicaciones, pero en algunos casos llovieron más del doble en pocos días. Era imposible que el suelo pudiera absorber semejante volumen”.
Este escenario no solo compromete el presente inmediato de la cosecha de soja, sino que amenaza con impactar en la producción futura de maíz, y en menor medida, en la siembra de cultivos de invierno, si no se recuperan rápidamente las condiciones del suelo.
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Silobolsas anegadas, animales aislados y más pérdidas
Las lluvias no solo afectaron a los cultivos. También pusieron en jaque a la infraestructura de almacenamiento y producción ganadera. “Tengo silobolsas en zonas altas, pero esta vez incluso esas áreas quedaron bajo agua”, contó Plazibat, que también alertó sobre los daños en granjas porcinas y avícolas, muchas de ellas con acceso comprometido por los caminos intransitables o anegados.
Las imágenes publicadas por la asociación CARBAP en redes sociales muestran el dramatismo del momento: maquinaria inmovilizada, tractores varados, cultivos sumergidos y caminos rurales literalmente desaparecidos bajo el agua.
El avance de la recolección de soja, que venía rezagado por las lluvias anteriores, ahora enfrenta un nuevo obstáculo: la imposibilidad de ingresar con maquinaria a los lotes saturados y el riesgo agronómico de esperar más tiempo. “Retrasar la cosecha puede provocar la apertura de vainas o enfermedades que comprometan el rendimiento y la calidad del grano”, advierten los técnicos.
Cosecha 2024: números en suspenso
Hasta antes del temporal, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimaba que la campaña de soja alcanzaría 50 millones de toneladas, mientras que la de maíz se proyectaba en 49 millones. Ambas cosechas están en curso y cualquier pérdida en volumen o calidad puede tener un impacto directo en los ingresos del agro y en las exportaciones del país.
Por el momento, no hay una evaluación precisa del daño total. Se necesitarán varios días —o semanas— de buen clima para que los suelos drenen y se pueda retomar la cosecha. Pero el tiempo apremia: con cada día que pasa, aumenta el riesgo de pérdida.
En paralelo, los productores también miran el pronóstico con preocupación. Si bien hay una breve mejora climática en los próximos días, no se descarta que nuevos frentes húmedos puedan complicar aún más la situación hacia el próximo fin de semana, especialmente en el centro-este de la región pampeana.
Un nuevo golpe del clima al campo argentino
Este nuevo evento extremo vuelve a poner sobre la mesa la vulnerabilidad de la producción agropecuaria ante fenómenos climáticos intensos y cada vez más frecuentes. En solo unos días, miles de hectáreas quedaron inutilizables, y los productores enfrentan no solo pérdidas económicas, sino también la angustia de no poder entrar a sus campos, recoger la cosecha o proteger a sus animales.
“Todo está afectado. Las zonas bajas, las medias y hasta las altas. No hay precedentes”, insistió Vivanco. La frase no es menor: en una campaña que venía con buenas perspectivas tras una sequía histórica, el clima vuelve a poner el pie sobre el acelerador… pero esta vez, para frenar.
Fuente: Reuters