Las lluvias de noviembre en Argentina han incrementado significativamente la disponibilidad de agua en los suelos, especialmente en Buenos Aires, el NEA y el centro del país. Este aumento en la humedad del suelo es crucial para mejorar las perspectivas de la campaña gruesa. Según las proyecciones, las probabilidades de un evento de La Niña para el periodo estival oscilan entre el 50% y el 72%, lo que podría influir en el crecimiento y producción de cultivos.
Adela Veliz, docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la FAUBA comentó que en el mes de noviembre dejó lluvias récord en varias regiones de Argentina, particularmente en la región pampeana. En el centro-sudeste de la provincia de Buenos Aires, se registraron precipitaciones notables. Por ejemplo, el 3 de noviembre se reportaron 88 mm de lluvia en Olavarría, alcanzando casi el promedio mensual en un solo día. A lo largo del mes, se acumularon 293 mm, superando el percentil 95 de los valores promedio históricos para noviembre.
A pesar de los beneficios traídos por las lluvias, también hubo consecuencias desafiantes. En el NOA, tormentas severas causaron daños significativos en el cultivo de tabaco. Adela Veliz, docente de climatología, mencionó otro evento en Metán, Salta, donde el 26 de noviembre cayeron 121 mm de lluvia, lo que ocasionó daños en los cultivos de tabaco debido a las condiciones climáticas adversas. Por lo tanto, aunque noviembre trajo alivio hídrico, también mostró los riesgos del clima extremo en la agricultura.
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Por su parte, Gastón Sosa, coautor del informe junto con Adela Veliz, María Elena Fernández Long y Leonardo Serio —docentes de la misma cátedra e integrantes del Centro de Información Agroclimática y Ambiental de la FAUBA— se refirió al estado hídrico de los suelos.
“En el área agrícola de secano de la Región Pampeana ocurrió una mejora en el perfil para los trigos más tardíos, que atraviesan la fase en la que se define el rendimiento. Así también, el contenido de agua útil en la capa arable es muy favorable para avanzar con la siembra y la implantación de los cultivos de cosecha gruesa, como el maíz tardío y la soja”.
Sosa resaltó, además, las variaciones en la humedad de los suelos. “Los mapas muestran mejoras evidentes. Hace un mes, gran parte del este argentino estaba en una situación negativa —es decir, valores inferiores a la media—, que se revirtió con las precipitaciones que antes mencionaba Adela. Hoy, podemos observar valores superiores a la media en el centro de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, la Mesopotamia y el norte del país”.
Sosa resaltó, además, las variaciones en la humedad de los suelos. “Los mapas muestran mejoras evidentes. Hace un mes, gran parte del este argentino estaba en una situación negativa —es decir, valores inferiores a la media—, que se revirtió con las precipitaciones que antes mencionaba Adela. Hoy, podemos observar valores superiores a la media en el centro de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, la Mesopotamia y el norte del país”.
A continuación, Gastón abordó la evolución del almacenaje de agua en el suelo tomando el perfil hasta un metro de profundidad. “A modo de ejemplo, comparamos dos localidades contrastantes. En Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires, la disponibilidad de agua es muy buena. Mientras tanto, Rosario, provincia de Santa Fe, presenta una disminución de la humedad edáfica desde mediados del mes de octubre”.
La temperatura de los océanos y la situación ENOS
María Elena Fernández Long, por su parte, abordó un indicador fundamental del clima: las temperaturas superficiales de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial. “Si bien las temperaturas de la superficie en la zona central del este océano presentan valores menores a la media, ya hacia la costa sudamericana muestran valores superiores. Sin embargo, los demás océanos están más cálidos”.
La docente señaló que, en un contexto de calentamiento global, desde principios de año hasta julio, el promedio de las temperaturas de los océanos superaba el valor del récord hasta ese momento —el año 2023—, continuando luego con valores muy elevados.
Con respecto a la situación ENOS —El Niño-Oscilación del Sur—, María Elena puntualizó que según los pronósticos del International Research Institute for Climate and Society, existe un 50% de probabilidad de ocurrencia de La Niña para diciembre, enero y febrero. En tanto, el Climate Prediction Center indica un 72% de probabilidad de La Niña para ese trimestre.
Verano con mucho calor y lluvias normales
Para Leonardo Serio, habiendo finalizado una primavera particularmente cálida, el 2024 se perfila como el segundo año más cálido de toda la serie desde 1961, con temperaturas 0,6 °C por encima de los valores normales —tomando de enero a noviembre—, un valor solo superado por el 2023.
Por último, Serio profundizó en el pronóstico trimestral que elaboran —en el ámbito del Servicio Meteorológico Nacional— distintos organismos oficiales, incluyendo la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA. “Se espera un verano especialmente cálido en todo el país, mientras que las precipitaciones serían normales en la Región Pampeana, superiores en el NOA y en Cuyo, e inferiores en la Patagonia”.
Fuente: Sobre la Tierra -FAUBA