El Gobierno, las agroexportadoras y los productores se desconfían mutuamente ante el rumor de una nueva ventana de exportación a un precio diferenciado como el que rigió en septiembre pasado.
Las cerealeras esperan un “dólar soja” para impulsar la venta de los alrededor de 16 M/t de soja por valor de u$s 9.500 M que quedan en las bolsas para silo, mientras los productores reclaman por una “unificación cambiaria” que mejore la situación de todos los cultivos y el Gobierno rechaza la devaluación, pero nada dice sobre una reapertura de una nueva ventana de cotización diferencial para la oleaginosa, que permita venderse a una paridad de $200 por dólar, menos retenciones, durante diciembre.
Este incierto escenario tiene más ralentizadas aún las operaciones de venta y liquidación del poroto de soja, que registran un ritmo 60% menor al registrado en agosto, previo a la liquidación récord de septiembre a precio diferencial.
El rumor tiene distintos orígenes según quién lo cuente. Para la producción, se trata de una movida instalada por las grandes agroexportadoras. Para estas empresas, de una idea que filtró el Gobierno para alcanzar las metas, fiscal y de reservas, del programa acordado con el FMI. Y el Ministerio de Economía “no sabe / no contesta”, actitud que solo acelera la propagación de las versiones y la indefinición de las decisiones comerciales.
A pique. Tras el éxito de la primera ventana de exportación de “dólar soja” con ventas por u$s 8.126 M, según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), en octubre la liquidación cayó 90% respecto de septiembre.
Por otra parte, entre octubre y lo que va de noviembre, el Banco Central registra ventas netas por u$s 1.500 M. La sequía y su impacto en la cosecha de trigo esperada para diciembre y enero complican el panorama.
Según una fuente de la agroindustria exportadora citada por el diario El Cronista, “parece que el Gobierno lo instrumentaría en diciembre para alcanzar las metas fiscales y de divisas con el FMI”. Mientras que otra, le admitió al mismo medio que “lo malo del rumor es que ahora todos van a esperar a que suceda” para vender.
En tanto, Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), sostuvo que “el rumor está, pero no sé si sale del Gobierno o de los exportadores”. Y agregó: “No queremos un nuevo dólar soja, sino una paridad única. Estos dólares preferenciales están destrozando a todas las economías. La actualidad cambiaria desborda toda posibilidad de tener competitividad”, se quejó.
En el mismo sentido se expresó la Sociedad Rural Argentina (SRA) al pedir “un dólar único. No puede ser que una cubierta se pague a dólar blue y el productor reciba $160 menos retenciones, por la venta de su producción”, sostuvieron. Hay producciones que dejan de ser rentables en este escenario: “Hoy, un productor de corderos deja de exportar y se vuelca al mercado interno”, señalaron.
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Fragilidad. Por su parte, Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro, añadió que “la política cambiaria es de extrema fragilidad y, como creemos que es insostenible, exigiríamos desde Coninagro una explicación de como continúa, pues las problemáticas del sector son gravísimas, como la importación”.
Ni las cerealeras ni las entidades gremiales empresarias del campo que integran la Mesa de Enlace fueron sondeadas para hablar de una nueva edición del dólar soja. La semana pasada, la Secretaría de Agricultura de Juan José Bahillo recibió a los ruralistas para definir la implementación de las medidas para paliar la situación de las economías regionales afectadas por la sequía y las heladas. Entre ellas, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció un dólar diferencial que estaría vigente entre el 20 de noviembre y el 30 de diciembre. Faltando 4 días para el inicio de ese lapso, aún no hubo novedades.
Mientras en la cartera agrícola no confirmaron ni desmintieron que se analice la nueva ventana de dólar soja. Entre las desconfianzas mutuas, lo vinculan con un “globo de ensayo” de la exportación, pero ni lo confirman ni lo desestiman.
Más confusión. Como si no faltaran dudas, por su parte, el secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, mencionó al pasar la posibilidad de volver a implementar la medida, al defender el cepo a importaciones, en una charla en el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF): “Si uno piensa que en algún momento vamos a tener la cantidad de dólares necesaria, sea por dólar soja 1, dólar soja 2 o lo que fuera, más préstamos internacionales, y en algún momento este gobierno o el otro pueden unificar el mercado de cambios, estas restricciones van a haber tenido sentido”, explicó.
En tanto, el Banco Central no considera necesario implementar la nueva ventana. Cree que la meta de reservas se cumplirá (con el fuerte cepo importador de por medio) y celebraron la ampliación del uso del swap con China por u$s5.000 M que Massa anunció desde la cumbre del G-20, en Bali, Indonesia.
La clave, detallaron, será la “libre disponibilidad” de esos yuanes. Es decir, que podrán cambiarse por dólares a una tasa conveniente o implementarse para el comercio bilateral. Massa dijo que quedará listo en los próximos 30 días.