Recomendaciones para el manejo del maíz en escenario climático Niña

La Agencia de Extensión Rural 25 de Mayo, en función de la escasez de precipitaciones y de humedad en el suelo, brinda información sobre prácticas de manejo que pueden mitigar los efectos climáticos.

La actualización de los pronóstico de mediano plazo indican que las precipitaciones continuarán por debajo del promedio histórico por los próximos tres meses. Frente a este déficit hídrico es importante tomar medidas preventivas, que está repitiéndose por tercer año consecutivo.

Este fenómeno climático, denominado Niña tiene incidencia en los rendimientos de los híbridos de maíz, observándose mayores diferencias entre aquellos de mayor y menor potencial, que en los años Niño (con lluvias superiores al promedio). Si bien la adquisición de semillas ya ha sido realizada por parte del sector productivo, es conveniente priorizar los materiales que tienen un mejor comportamiento frente a la escasez de agua, como los que desarrollan sistemas radiculares de mayor profundidad.

En relación con el control de malezas, se sugiere realizarlo lo más pronto posible, priorizando el uso de herbicidas y manteniendo el suelo sin remoción y con cobertura de rastrojos. Esta práctica de manejo permite conservar la humedad en el suelo por más tiempo, sin malezas que consuman humedad y la cobertura del rastrojo que ralentiza la pérdida por evaporación.


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La fecha de siembra es el factor de manejo de mayor impacto en el rendimiento del cultivo, más aún que la elección del híbrido, el ajuste de la densidad y la fertilización. En general, en el partido de 25 de Mayo se verifica que hay entre un 30 y 40 % de agua útil en el perfil (hasta 1 metro) que, sumado al pronóstico de Niña durante toda la primavera (86 por ciento) y posiblemente el verano (60%), prácticamente sería inevitable la postergación de la siembra hacia fechas tardías. En caso de hacerlo luego del 10 de diciembre se sugiere utilizar materiales de baja madurez relativa.

La densidad de siembra es otro factor a considerar. Los híbridos muestran un comportamiento diferencial de rendimiento según el número de plantas por hectárea y el ambiente. Ante la posibilidad de transitar un ambiente de condiciones restrictivas desde el punto de vista hídrico, se sugiere acercarse a las menores densidades según el material.

La fertilización nitrogenada deberá ajustarse a un ambiente de escasez de agua y menor número de plantas. En la medida que la capacidad de trabajo de los equipos disponibles para fertilizar maíz sea suficiente, reducir al mínimo necesario la aplicación del fertilizante nitrogenado a la siembra y diferir la mayor proporción a etapas más avanzadas (con 6 hojas expandidas). Esta estrategia permitirá tomar la decisión únicamente en cultivos bien implantados.

Dentro de los procesos de pérdida de fertilizante que podemos atravesar en un ciclo seco, la volatilización es el más importante. Por ello, y principalmente si se retrasa la siembra a fechas tardías donde hay mayores temperaturas, se sugiere aplicar el nitrógeno incorporado en el suelo o utilizar fertilizantes que prácticamente no se volatilizan como el nitrato de amonio. En caso de tener que aplicar urea al voleo, será conveniente emplear inhibidores de la volatilización para protegerla hasta que se produzca alguna lluvia.

Fuente: INTA por Jorge Luis Zanettini

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