En la zona núcleo pampeana la fecha de siembra recomendada para maíces tardíos se extiende desde el mes de diciembre hasta mediados de enero. El éxito y expansión de esta modalidad de cultivo se debe a la reducción de los riesgos climáticos ya que ubica al período crítico en una época con altas probabilidades de precipitaciones y menores chances de sufrir un golpe de calor durante la definición del número de granos. Si bien el potencial de rendimiento es menor al de un maíz de primera, la reducción de los riesgos climáticos hace que el rendimiento mínimo potencial sea mayor (Manlla, 2018).
Las siembras tardías en general exponen al cultivo a altas temperaturas diurnas, frecuentes precipitaciones y ambientes con alta humedad relativa sobre todo durante el período vegetativo. A medida que avanza el ciclo, la duración de los días se acorta, disminuye la oferta de radiación, las noches son más frescas y las hojas permanecen mojadas por más tiempo. Estas condiciones generan un ambiente propicio para patógenos como Roya (Puccinia sorghi Schwein.) y tizón foliar (Exserohilum turcicum Pass.) que son prevalentes en los maíces de fecha tardía. Adicionalmente, acompañando la expansión de las fechas tardías, se ha registrado un incremento de la incidencia de enfermedades como Mancha ocular (Kabatiella zeae), Roya polysora (Puccinia polysora Underw.), y Mancha blanca (Pheosphaeria maydis Henn.) (De Rossi et al., 2016).
Con el objetivo de evaluar el comportamiento agronómico de los híbridos comerciales, desde 2009 la EEA INTA Oliveros, en conjunto con sus Agencias de Extensión, realiza una Red de Ensayos de Maíz de Segunda que incluye entre 8 y 12 localidades distribuidas en ambientes representativos del Centro Sur de Santa Fe. A continuación, se describen las condiciones meteorológicas de la campaña 2018/19 en el sitio de Oliveros correspondiente a la Red, y se presentan los resultados de la evaluación de enfermedades foliares del set de híbridos participantes, con el agregado de testigos seleccionados por su comportamiento sanitario.
Condiciones meteorológicas durante el ciclo del cultivo
El ensayo se sembró el día 9 de enero de 2019, debido a sucesivos retrasos producto de las precipitaciones registradas a fines de diciembre y principios de enero. El período vegetativo, estuvo caracterizado por frecuentes lluvias (19 registros), en ocasiones como tormentas con altas precipitaciones (más de 60 mm) que totalizaron 545 mm desde siembra a aparición de estigmas (R1). En este período las temperaturas máximas fueron moderadas, sin registro de golpes de calor importantes. Las temperaturas mínimas se ubicaron 2,4°C por debajo del promedio anual, con noches frescas y mañanas con rocío persistente. El período de llenado de granos también se realizó con buena oferta hídrica debido a frecuentes precipitaciones, 13 lluvias que totalizaron 166 mm y que explican una caída de la radiación del 6,5% respecto a los valores históricos. Las temperaturas registradas estuvieron dentro del rango del promedio histórico para el mismo período (Tabla 1).
Caracterización fitosanitaria del set de híbridos
Se realizaron 2 evaluaciones a partir de R1 (floración), en el estrato medio y superior de la planta. Para la evaluación de severidad de roya común del maíz se utilizó la escala visual para roya anaranjada de la hoja en trigo, (Peterson et al., 1948). El porcentaje de tejido foliar infectado por tizón foliar Exserohilum turcicum (Pass.) Leonard Suggs. se determinó mediante la escala elaborada por Bleicher (1988). Para la evaluación de mancha blanca se determinó la severidad (necrosis y clorosis) provocadas por la enfermedad, mediante estimación visual a campo y expresada como porcentaje de lesión cubierta por la enfermedad en la hoja.
Roya común y roya polysora
La roya común (Puccinia sorghi Schwein.) es una enfermedad prevalente en los relevamientos fitosanitarios de fecha tardía realizados en el sur de Santa Fe. Aún en campañas caracterizadas por ambientes secos la incidencia de la enfermedad es 100% del set de híbridos evaluados, aunque la severidad en estos casos se encuentra en torno al ~5%. En la campaña actual la incidencia fue nuevamente del 100% en R2 y en R4 se alcanzó un promedio de 8.1% de severidad en un rango de 5 a 17,5%. El incremento de severidad promedio entre las 2 evaluaciones fue 2,2% en un rango de 0 a 7,2%. Tabla 2 En esta campaña nuevamente se detectó la presencia de roya polysora (Puccinia polysora Underw.), una enfermedad que en esta Red de ensayos fue identificada por primera vez en la zona norte de Buenos aires y Sur de Sta fe en la campaña (2014/2015) (Parisi et. al, 2015) y desde entonces ha estado presente con niveles bajos de incidencia y severidad. En la Tabla 2. se indica los híbridos en los cuales se presentó este patógeno, pero que en ningún caso llegó a niveles importantes de severidad.
Tizón foliar
La prevalencia del tizón foliar es similar a la descripta para roya común. En maíz de primera es muy poco frecuente encontrar signos del patógeno mientras que en las fechas tardías está presente en todas las campañas, aunque con variabilidad entre los híbridos evaluados tanto en incidencia como severidad. En el set evaluado la incidencia de tizón fue del 100% en la primera evaluación, con un rango de severidad entre 3,5 a 20%. Al realizar la segunda evaluación a los 25 días, la incidencia aumentó y el rango pasó a ser de 5% a 21,7% (Tabla 2).
Mancha Blanca
Si bien hace 2 años ya se había detectado en la presencia del complejo causal de mancha blanca (Pheosphaeria maydis Henn./ Phoma maydis; Pantoea ananatis) (Fig. 1) en ensayos comparativos de la INTA EEA Oliveros, esta se observó tardíamente sobre finales del llenado de grano (Ferraguti et. al 2017). En la campaña actual, su presencia se advirtió regionalmente desde mediados de febrero y tuvo un rápido progreso, alcanzando niveles preocupantes de severidad, favorecida por las condiciones ambientales y la susceptibilidad de los híbridos más sembrados del mercado (Tabla 2). En el ensayo analizado, cuando los híbridos alcanzaron R2 la incidencia fue del 100% y el promedio de severidad fue de 15,7%, detectándose híbridos con buen comportamiento (~5%) y otros altamente susceptibles (50%) como se muestra en la Fig.2. En la segunda evaluación, 25 días después (alrededor de R4) la severidad promedio aumentó un 3,9% pero con híbridos que no modificaron los valores de la primera evaluación y otros en los que el área foliar afectada aumentó un 10%. El peso de granos explicó un 33% de la variación del rendimiento en el ensayo (Fig. 3). Se observó que los híbridos con niveles más altos de severidad de mancha blanca, tanto en R2 como R4, fueron a los que les correspondieron los granos de peso más bajo y los menores rendimientos (Fig. 4). Esto puede deberse por un modesto peso potencial establecido durante la fijación de granos en la segunda mitad del período crítico (R1-R2) y/o por la caída del área foliar durante el llenado de granos que produjo una drástica reducción de la fuente de asimilados para los granos en crecimiento, agravado por el contexto de baja oferta de radiación e incidencia de otras enfermedades foliares (Tabla 2).
Fuente: INTA por Facundo Javier Ferraguti, Lucía Miguez, Gerardo Magnone, Lucrecia Alejandra Couretot