En el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC, se evaluó el comportamiento de cinco cereales de invierno bajo condiciones de estrés hídrico.
En el otoño-invierno del año pasado, las condiciones de cultivo estuvieron caracterizadas por un barbecho estival paupérrimo, que de no ser por los 100 milímetros de agua caídos en mayo, el grueso de los productores de la región central de Córdoba hubiese desistido de sembrar.
Ni que hablar de las precipitaciones de la campaña pasada (62 milímetros), muy por debajo de la media histórica.
En este marco, durante 2018 se realizó un ensayo comparativo de rendimiento de cinco cereales de invierno en el Área Experimental del Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (FCA-UNC).
Se evaluó un cultivar por cada una de las cinco especies implantadas: Mana (avena), Alfa (cebada cervecera), Buck Esmeralda (trigo para fideos), Klein Guerrero (trigo para pan) y Juntos (triticale hexaploide para grano).
Se usaron dos densidades de siembra: 100 y 200 semillas viables por metro cuadrado. Los materiales se implantaron el 18 de mayo sobre un lote que provenía de un barbecho estival.
Previo a la siembra, y para determinar la disponibilidad hídrica del perfil, se tomaron muestras de agua con un barreno hasta los dos metros de profundidad. El agua útil almacenada en el suelo, al momento de la implantación, fue de 199,2 milímetros.
Resultados
A partir de la cosecha del surco central, de cada unidad experimental, se midieron o estimaron las siguientes variables: rendimiento en grano y en biomasa aérea (kilogramos por hectárea), índice de cosecha (porcentaje), peso de 1000 granos (gramos), número de granos y espigas por metro cuadrado y número de granos por espiga.
También se estimó el porcentaje de espigas afectadas por el fenómeno denominado Haying off: es decir, cuando el cultivo se ve imposibilitado de completar el llenado de sus granos (granos chuzos) debido a estrés hídrico o a un exceso de fertilización nitrogenada.
Haciendo la salvedad para el poco difundido cultivo de triticale, que logró un rendimiento en grano de casi 25 quintales por hectárea, los restantes cereales de invierno, excepto el trigo para fideos, superaron los 15 quintales.
La importante merma en el rendimiento del trigo para fideos se relaciona con que fue el cultivo más afectado por el fenómeno del Haying off, ya que si bien el 70 por ciento de sus espigas cuajaron, los granos no completaron el llenado.
Entre los cereales de invierno “tradicionales”, la avena se destacó por su rendimiento en grano pero también por haber resultado el cultivo que no vio disminuido el peso de su grano debido a una senescencia foliar anticipada, por efecto del estrés hídrico que aconteció en pleno periodo crítico para la determinación del rendimiento en grano (septiembre).
Junto a los cultivos de triticale y cebada, el cultivo de avena espigó en primer término (14/09), seguido por el trigo para pan (25/09) y finalmente por el trigo para fideos (29/09).
Densidades
En lo que respecta al efecto de la densidad de siembra, solo para el número de espigas por metro cuadrado y el número de granos por espiga se constataron diferencias estadísticas significativas en las dos densidades probadas. Como era de esperar, se presentó una compensación entre ambos componentes del rendimiento: cuanto más alta fue la densidad de siembra mayor resultó el número de espigas pero menor el número de granos por espiga.
En conclusión, luego de las escasas precipitaciones durante la estación de cultivo, el triticale fue el que más grano produjo y el más eficiente en el uso del agua (eficiencia en el uso del agua de 13,8 kilos de grano).
El efecto del fenómeno Haying off fue más ostensible en el trigo para fideos ya que no completó el llenado de sus granos. Respecto a la densidad de siembra, no se observaron diferencias significativas entre medias para rendimiento en grano y sus dos principales componentes: número y peso.
Fuente: Agrovoz
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