Proyecciones de demanda para la campaña de soja argentina 2019/20

En las proyecciones para las diversas fuentes de demanda de soja argentina 2019/20, de la mano de una caída en la producción, se espera una disminución de la industrialización y las exportaciones de subproductos. El COVID-19 golpea al biodiesel.

 

De la misma manera que el consumo de maíz, como se comentó en el informativo semanal N° 1.946, se procede a publicar los datos de producción y destino de la soja en Argentina para la nueva campaña de comercialización 19/20 (abril 2020 – marzo 2021).

Respecto al lado de la oferta, según datos de GEA/BCR, se estima una producción de 50,5 millones de toneladas (Mt). Este último valor representa una disminución significativa de los valores que se calculaban al principio de la campaña pudiéndose encontrar una fecha de quiebre en las expectativas a partir del 17 de febrero. Con casi 25 días sin lluvias, el 11 de marzo la estimación de la producción pasó a 51,5 Mt. Ahora, con el 25% de avance de la cosecha, se efectúa un nuevo recorte en abril y la soja resigna otro millón de toneladas. El área sembrada con la oleaginosa se estima en 17,32 millones de hectáreas con un rinde promedio nacional de 30,16 qq/ha. Se espera además importaciones en torno a 4 Mt procedentes principalmente de Paraguay. Este número está en línea con lo reportado por CAPECO a diversos medios de información del país vecino.

En base a las condiciones actuales, se estima que se van a industrializar en las plantas aceiteras 39 Mt de soja. Esta estimación comprende plantas que realizan la molienda de la soja a través de los métodos de extracción por solventes (fábricas más grandes) y plantas que realizan la molienda de la soja a través del proceso de prensado (en general más pequeñas). Se espera un producto de harina de extracción y pellets de cáscara de aproximadamente 29 Mt y expellers por un total de 850 mil toneladas. A la suma de ambos valores se la denomina harina de soja, para mayor simplicidad, y totaliza 29.8 Mt. Se proyectan exportaciones de harina de soja por un total de 27.6 Mt, y un consumo aparente de 1,9 Mt. El consumo aparente está compuesto por expellers de soja en 840 mil toneladas (equivalentes a 1,1 Mt de poroto de soja) y el resto por harina de extracción y pellets de soja (equivalentes a 1,5 Mt de poroto de soja). Se hará un mayor detalle de las características del sector de expellers en otra nota de este informativo.

Además, producto de las 39 Mt de poroto de soja industrializadas, se espera que se obtengan 7,6 Mt de aceite de soja bruto. Se estiman exportaciones de aceite de soja por un total de 5 Mt. El total de exportaciones se arriba considerando un menor procesamiento de soja en esta campaña, pero se espera que también haya una mayor participación de las exportaciones de aceite en la demanda doméstica ya que se proyecta una caída pronunciada en el consumo interno debido a la menor utilización de diesel en Argentina. La capacidad de colocar el aceite de soja en el mercado internacional será todo un desafío por parte de Argentina en un momento en que el petróleo a 20 USD/barril disminuye fuertemente la competitividad del biodiesel. Sin embargo, gran parte de la exportación de aceite de soja de Argentina se destina a consumo humano, por esto se espera que este limitante se extienda sólo a las exportaciones de diesel. La menor demanda proveniente de la caída en la actividad económica se espera que se vea compensada por lo menores precios del aceite de soja. Para tener una referencia, a principios de enero 2020, el aceite crudo de soja cotizaba a 825 USD/t FOB mientras que al día 16 de abril el precio ofrecido había descendido a 603 USD/t.

Para la nueva campaña, se estiman exportaciones de poroto de soja por un total de 7 Mt, considerando que a la fecha se encuentran anotadas 5,5 Mt en el registro de DJVE. Los fuertes envíos de soja que realizó Brasil en la primera parte del año hacia China, las proyecciones de exportación para toda la campaña de ese país y las necesidades de las fábricas de Argentina de materia prima se espera que limite el potencial de exportación de poroto de soja de nuestro país.

Por último, se estima un consumo de 6,5 Mt de soja para elaboración de balanceados, semillas y otros usos. En la Argentina, la mayor disponibilidad de maíz y soja sobre el resto de los cultivos hacen de estos granos la base de las dietas de la gran mayoría de las unidades productivas ganaderas y avícolas. Sobre este conocimiento y en base a una metodología establecida, en el informativo N° 1.946 se realizó una aproximación al consumo de maíz para los sectores avícolas, bovinos y porcinos en Argentina.

En el caso de la harina/pellets de soja, se tiene una mayor complejidad ya que entre los diferentes sectores existe una amplia variabilidad en las dietas suministradas. Estas diferencias pueden responder a los nutrientes necesarios para cada especie, la disponibilidad de los granos por campaña, la escala de los establecimientos, la tecnología aplicada y el precio de la materia prima, entre muchos otros factores. En consecuencia, las diversas composiciones en las dietas dificultan una estimación del consumo animal de soja, en su presentación como soja desactivada, harina, pellets o expellers. Por ejemplo, para la campaña 18/19 se encontró que el consumo residual del sorgo fue de 1,1 Mt; la harina/pellets de girasol 415 mil toneladas (mT); y la cebada forrajera fue de 100 (mT). Sin embargo, si aplicamos el mismo método para el maíz con porcentajes de dietas de: 30 % de harina de soja para pollos parrilleros y gallinas en postura; 30 % de harina de soja para la producción de cerdos; y 10 % en la producción de leche y carne de vaca se obtiene un consumo interno de harina de soja de 3,8 Mt, equivalentes a 5 Mt de poroto soja. Este consumo interno calculado se supone que en parte no alcanza los canales comerciales tradicionales y se mantiene bajo la oferta y demanda de economía circular, es decir, se produce y consume en la misma unidad productiva. Como ejercicio, se puede restar al total mencionado, el consumo aparente de harina de soja de extracción y pellets (equivalentes a 1,5 Mt de poroto de soja), la soja utilizada para la elaboración de balanceados reportada por Agroindustria (0,4 Mt de poroto de soja), lo que nos arroja un número de 3,1 Mt de consumo interno de poroto de soja que sería un valor levemente superior a la industrialización de soja por parte de las plantas productoras de expeller. El valor que reportan muchos actores del mercado para el sector se encuentra entre 2,8 y 3 Mt anuales. De esta manera, el último rubro se compone de la utilización de balanceados, declarados al MAGyP; de poroto de soja guardado para la utilización de semillas de la próxima campaña; y de soja desactivada o poroto de soja utilizado como insumo de plantas de expeller en unidades productivas de autoconsumo.

A continuación, se procede a exponer el balance de oferta y demanda de harina de soja. El detalle del sector de expellers y biodiesel se expondrán en otras notas de este informativo.

Anexo: Estimación del consumo aparente de harina de soja

La demanda doméstica de soja proviene principalmente de la alimentación animal y se puede separar según el método primario para su obtención. Por consiguiente, en este grupo de subproductos podemos encontrar: harina de soja de extracción, expellers de soja, pellets de cáscara de soja y soja desactivada.

Según datos reportados por el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca junto con datos estimativos, para la campaña 2018/19, en el país se habrían industrializado 41 millones de toneladas (Mt) de soja, marcando un valor similar a lo obtenido en la campaña 2016/17. La producción de harinas/expellers de soja en el país alcanza en dichos años un total aproximado de 31,2 Mt. En el desagregado, se obtiene que un poco más de 860 mil toneladas de esta producción habrían sido expellers y 30,57 toneladas habrían sido harinas de extracción. Respecto a los destinos de esta producción se estima que se exporta un 93 % del total, resultando 29,2 Mt para la campaña 18/19.

Si tomamos en cuenta los stocks finales reportados para cada campaña, se obtiene un consumo aparente de un poco más de 2 millones de toneladas de consumo de harinas/pellets de soja. Este consumo aparente toma en cuenta tanto los pellets de cáscara, la harina de extracción como los expellers de soja. Si se repite ese ejercicio para el consumo de harina de soja de cada campaña, se observa cómo la misma tuvo un incremento muy correlacionado al aumento en la faena de pollos y cerdos en nuestro país.

 

Fuente: Federico Di Yenno – Emilce Terré  BCR

 

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