Efecto de diferentes niveles de fertilización sobre el estado físico del suelo en una rotación intensiva

Los suelos agrícolas de la región presentan un importante deterioro en su estructura que se manifiesta por la formación de costras superficiales (planchado) y de la aparición de sectores subsuperficiales densificados, que provocan disminución de la infiltración afectando, además, el normal desarrollo de las raíces y su capacidad de absorver agua y nutrientes.

La siembra directa continua, con rotaciones que incluyan cultivos gramíneos como trigo, maíz y sorgo generan, a través de los años, un sistema poroso continuo y estable, provocado por el efecto de raíces y la actividad biológica. Esta estructura nos permite obtener una excelente permeabilidad, a los efectos de acumular la máxima cantidad de agua aún frente a precipitaciones intensas. La continuidad y la estabilidad son aspectos importantes ya que la presencia de un sistema poroso continuo es mucho más eficaz para conducir el agua que una porosidad generada
por el laboreo, que consiste en la presencia de grietas o espacios aislados que desaparecen frente a la primera lluvia importante.
En suelos cercanos a capacidad de campo, aún con buena cobertura, el tránsito de equipos provoca sectores densificados cuya duración va a depender de la capacidad del suelo para regenerar su estructura. En caso de realizar tránsitos sucesivos de maquinaria con suelo húmedo, estos sectores densificados pueden ocupar importantes sectores del perfil afectando el desarrollo normal de raíces y la infiltración de agua.

 

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Fuente: INTA por Guillermo Raúl Gerster, Alberto Malmantile, Ricardo Pagani

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