Un genetista especializado en el mejoramiento de cultivos que trabaja en Ucrania, escribió una carta a una empresa argentina de biotecnología, con la que tiene contacto para contar los momentos que vive en Odessa, el puerto ucraniano sobre el Mar Negro, uno de los objetivos rusos en su invasión a su vecino europeo.
En la misiva, a la cual accedió el diario La Nación, AF, tal sus iniciales, relata un presente difícil, acusa duramente a las tropas rusas, pero también tiene esperanzas de una resolución favorable a Ucrania.
“Estoy realmente agradecido por tu comprensión sobre la tragedia que estoy viviendo. Todos los días estamos bajo alerta aérea, cada minuto que pasa estamos esperando un bombardeo; esperando la muerte”, dice en la introducción de su carta.
“Seguramente estarás informado de los últimos acontecimientos de la crónica de guerra entre Rusia y Ucrania. Decir que esto es sólo una guerra, es lo mismo que no decir nada”, le dice al destinatario de su carta y califica a la invasión de “genocidio”.
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“Hay bombardeos constantes a la estructura de la ciudad y a los civiles, por parte de los rusos, están utilizando artillería pesada y reactiva, misiles de crucero y balísticos, tanques, vehículos blindados, fuerzas de aviación y marina, bombas de vacío y de casete. Ya hay miles y miles de víctimas inocentes entre las cuales están incluidas mujeres y niños. Personalmente, no puedo irme de mi casa porque hay un riesgo real de que me maten”, alerta.
Según describe AF, “hay un riesgo real de una nueva explosión en Ucrania de Chernobyl (la abandonada central nuclear ubicada en el Norte del país, que explotó en 1986 y marcó el comienzo del fin de la Unión Soviética, y que está hace una semana bajo control de las tropas rusas), lo que claramente sería un desastre para todos en Europa, y no solo en Europa”.
Junto a otras fuertes críticas a las tropas rusas, el investigador describe el drama que se vive con los miles de ucranianos que huyen del país. “Lo que está pasando es una guerra en Ucrania por su libertad, independencia, y soberanía, una guerra por su libre elección de ser parte del mundo democrático civilizado, por fuera del autoritarismo y la dictadura rusa. La guerra sangrienta aún continúa. La batalla va a terminar sólo después de que el último ocupante abandone el territorio ucraniano. Estoy seguro de que llegará el momento y Rusia tendrá que pagar un precio muy alto por toda su brutalidad en Ucrania”, sostuvo.
“Miles de personas, mis nietos incluidos, abandonaron Odessa y sus hogares y se dirigieron a lugares más seguros. Yo me quedo en Odessa para seguir trabajando. Espero que Dios bendiga a Ucrania para poder mantenernos con vida y así poder evitar un terrible desastre”, indica.
Sobre el final de la carta señala que el presidente ruso, Vladimir Putin, busca “restaurar el antiguo imperio soviético. Putin no va a detenerse en Ucrania. Su plan es capturar al menos toda Europa del Este e incorporarla a su nueva política. Estoy seguro de que lo vamos a detener. Porque todo el mundo civilizado apoya nuestra lucha justa contra Rusia”, concluyó.