Los esfuerzos del Gobierno para bajar el precio de la carne y facilitar su compra a la población fracasaron. Un estudio realizado por Néstor Roulet, productor, consultor y ex secretario de Agregado de Valor comparó el precio del producto con el salario mínimo vital y móvil en 2019 y en el mes pasado.
Los resultados muestran que, en 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, se podía comprar 80,9 kilos a S193,26 el kilo, con un salario mínimo de $15.625. Mientras en septiembre pasado con un salario mínimo de $29.160, la cantidad de kilos comprados bajó a 48,27. Este cálculo fue realizado antes de que el Gobierno dispusiera el aumento de salario por tramos a $33.000.
Mientras los ganaderos reciben un 50% menos por kilo de novillo producido a consecuencia de las restricciones a las exportaciones, las retenciones y la brecha cambiaria comparado con otros países de la región; la población, a causa de inflación, tiene más dificultades para comprar carne.
Según el informe de Roulet, el desacople de los precios internos con los internacionales no es el causante de la caída en el consumo por habitante. El impuesto inflacionario es el responsable del derrumbe del poder adquisitivo de la gente.
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De acuerdo con datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA) el consumo aparente de carne vacuna, considerando el promedio de los últimos doce meses fue de 47,3% kg/año y sufrió una contracción interanual del 5,6% o 2,81 kg/hab/año menos.
En 2019, sin restricciones a las exportaciones y con menor presión impositiva, el consumo por habitante era de 51,6 kilos.
Roulet manifiesta que la intervención del Gobierno en el mercado cárnico no tuvo en cuenta que la alta inflación determina la caída del poder adquisitivo de la gente y menor acceso a la carne. En tanto, los productores, por la falta de rentabilidad, tratan de reconvertir su negocio bajando gastos e inversiones, con la consecuente caída de la productividad.
En comparación con sus pares de la región, los ganaderos argentinos reciben menor valor por el novillo teniendo en cuenta el dólar billete. Luego de las restricciones impuestas por el Gobierno, los productores consiguen un 50% menos y son los que sufren el gran desacople.