El viceministro de Economía explicó los pasos para bajar la inflación del casi 100% al 60%, en un año, y le respondió así a la vicepresidente, Cristina Kirchner, quien cuestionó la falta de respuesta del Ministerio de Economía a la suba de precios.
“El exceso de demanda agregada que provoca el déficit fiscal seguirá impulsando una alta inflación. Actuando sobre la inercia, y sobre márgenes (bajando brecha cambiaria, acuerdos y otras acciones), podremos bajar el IPC del 90% al 60%. Sólo un primer paso”, diagnosticó Rubinstein en la presentación del presupuesto 2023 en la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, conceptos que luego posteó en la red social Twitter.
El economista dijo que hasta que no se logre la unificación cambiaria “habrá cierto desorden y márgenes empresariales más altos que los normales”. Y advirtió que “unificar el mercado de cambios, sin un robusto superávit fiscal primario y casi sin reservas, luce demasiado riesgoso”. El norte debería ser ese, en un plazo aproximado de 3 años, aclaró.

Pobreza e indigencia. Previamente a los dichos de Rubinstein, la vicepresidente volvió a opinar sobre la economía, tras el dato del Indec que relevó en el primer semestre de 2022, en los 39 más grandes conglomerados urbanos del país, una pobreza de 36,5% y una indigencia de 8,8%, porcentaje que subió por el impacto de los precios de alimentos.
CFK había criticado los márgenes de rentabilidad de las empresas alimentarias, poco antes que el ministro de Economía, Sergio Massa anunciara un bono de la Anses para sectores vulnerables, a entregar con parte de la recaudación del “dólar soja”, reclamando “un instrumento que refuerce la seguridad alimentaria en materia de indigencia”.
El ministerio de Economía ha trabajado duro en todas las áreas de su competencia, pero es necesaria una política de intervención más precisa y efectiva en el sector y, al mismo tiempo, diseñar un instrumento que refuerce la seguridad alimentaria en materia de indigencia.
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) September 28, 2022
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Desorden. Rubinstein justificó la reacción de las empresas frente a los desbalances de la macro. Y aludió a la responsabilidad del Gobierno que integra Cristina, aunque sin nombrarla. “La culpa del desorden cambiario, las altísimas brechas, la obligación a financiarse a 180 días para importar, cupos, etc., etc., no la tienen las empresas. Aunque haya abusos normativos y corrupción. Es nuestra responsabilidad (gobierno) que todo esto mejore. En eso estamos”, publicó en Twitter el viceministro de Economía.
Igualmente, consideró que “atacando inercia inflacionaria y procurando una razonable caída de márgenes empresariales, se podrá lograr que la inflación real se acerque a la “teórica” (impulso monetario de origen fiscal)”
Al respecto, Rubinstein señaló que “lo antes que podamos deberíamos volver a la macro del 2003-2005: superávit primario del 3% del PIB. Por ende, superávit externo (cuenta corriente del 2% PIB). Dólar único. Inflación del 5% anual (sin controles de precios). Tasa Lebac (Leliq) 6% anual. u$s 40.000 millones de Reservas Netas”, detalló en redes sociales.