Más volumen, mejor calidad y menor contaminación en la agricultura

La intensificación de la agricultura en los últimos 30 años en Argentina llevó a que zonas tradicionalmente ganaderas de invernada como el Oeste de la Pcia de Buenos Aires, se transformaran en agrícolas con algún complemento ganadero. Esta intensificación ocurrió al mismo tiempo que el cambio en los sistemas de labranza, caracterizados en esa época como mínima labranza, pasaran mayoritariamente a Siembra Directa y a la vez se generalizara el uso de fertilizantes fosforados y nitrogenados.

Datos que surgen de la evolución de rendimientos de los cultivos de los últimos años de un campo de un Socio Protector de la FPC en Trenque Lauquen muestran claramente su tendencia de crecimiento, la mejora en la eficiencia del uso del agua y la reducción en el uso de combustibles fósiles por el cambio realizado en labranzas a Siembra Directa.

Los rendimientos de trigo promedio de los primeros y últimos tres años de la serie 93/94-21/22 pasaron de 2361 a 4596 Kg/ha (un incremento de un 95%) y mientras en el inicio del ciclo analizado se necesitaron 181 mm de agua de lluvia en el ciclo del cultivo, para producir una tonelada de trigo, el promedio de los últimos tres años fue de 86 mm por tonelada ) un 52,5% menos de agua en el ciclo.


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Para el caso del Maíz en el trienio inicial analizado 85/87 el rendimiento medio fue de 4190 Kg/Ha y se necesitaron para producir una tonelada de Maíz 276 mm de agua de lluvia en el ciclo del cultivo, mientras que en el último trienio 19/21 el rendimiento fue de 8265 kg/ha y fueron necesarios solo 81mm de agua de lluvia en el ciclo para producir una tonelada de grano, casi un 70% menos.

En el cultivo de Soja el promedio de rendimiento 1998/2000 fue de 2579 Kg/Ha y el logrado en 2019/2021 fue de 3389 Kg/Ha y en cuanto a la eficiencia de uso del agua los valores son 196 mm de lluvia en el ciclo del cultivo por tonelada producida mientras que en 98/2000 fueron necesarios 347 mm de lluvia en el ciclo por tonelada de soja producida.

A la mejora en los rendimientos y en la eficiencia del uso del agua de lluvia obtenidos se suma el impacto en reducción del uso de combustibles producto del cambio del sistema de labranzas a Siembra Directa. Esto impacta en forma lineal en la reducción de las emisiones de CO2 producidas por la utilización de Gas Oil. La reducción obtenida es del 35% si la consideramos por hectárea sembrada y del 52% referida a la tonelada producida.

En cuanto al tema erosión eólica, el cambio del sistema de labranzas y el manejo permanente de cobertura de rastrojo sobre el suelo, llevó a la inexistencia actual de procesos de erosión. El seguimiento de los valores de Materia Orgánica del suelo en promedio de 5 lotes en el inicio (1996-2005) fue de 1,66% y el promedio de esos 5 lotes entre 2011-2020 fue de 1,69%.

Para el caso del fósforo en idénticos lotes y período de tiempo, la evolución fue de una caída de 16,4 ppm a 10,5 ppm por lo que claramente se ve que las dosis utilizadas de este nutriente no alcanzan a reponer lo extraído y exportado por la secuencia de cultivos realizada.

Sin dudas muchas tecnologías que se han sumado en los últimos años son las responsables de estos cambios productivos y seguramente en adelante sigamos asistiendo a un crecimiento donde por un lado estarán los rendimientos y las eficiencias de producción y por otro las mejoras en la calidad de lo producido.

Ecosistemas que considerábamos frágiles en los 90¨como el del Oeste de la Pcia de Bs As y Este de La Pampa, hoy nos muestran niveles de productividad y eficiencia impensados y con indicadores favorables o de neutralidad en cuanto a su Sustentabilidad ambiental, considerando al balance de Carbono y la eficiencia en el uso del Agua y el control de la Erosión.

Fuente: Fundación Producir Conservando por Ing. Gustavo Oliverio

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