Cosecha de soja ¿Todavía se miden las pérdidas tirando los aros?

Como parte de las actividades desarrolladas en el INTA PARANÁ, se realizó el monitoreo y evaluación de las pérdidas en la cosecha de soja, empleando la metodología tradicional de los cuatro aros tirados al paso de la cosechadora. En la nota, te explicamos por qué recomendamos esta técnica, como complemento a la lectura y análisis de los sensores.

¿Todavía se miden las pérdidas tirando los aros? Es una pregunta común cuando se ve la tarea de los técnicos tirando los aros cerca de la cosechadora.

La respuesta parecería ser obvia en el caso de máquinas cosechadoras modernas altamente tecnificadas que se auto guían y necesitan del operario solamente para doblar en las cabeceras y descargar el grano, máquinas que miden el rendimiento y la humedad del grano metro a metro en el lote, que autoajustan sus regulaciones para trabajar con las menores pérdidas posibles, que pueden estar conectadas transmitiendo datos a una oficina en cualquier lugar del mundo para que el contratista dueño pueda ver y registrar las velocidades de trabajo, en qué lote está parada y por qué, cuál es el rinde y las toneladas de grano cosechadas, además de poder programar el mantenimiento y evitar las roturas.

Tan elevado nivel de tecnificación, que puede aumentar notablemente la operatividad y eficiencia de trabajo de la cosechadora, requiere de un maquinista capacitado para tomar las decisiones adecuadas según los datos que le muestran los tantos sensores en la cabina a lo largo del día de cosecha.

Ahora bien… ¿los sensores de la cosechadora miden todo?

Claramente se puede decir que no. Durante la cosecha de soja, básicamente puede haber pérdidas de cola de la máquina y del cabezal.

Estadísticamente, las pérdidas de cabezal -aunque habitualmente no se tengan en cuenta, son, en promedio, el 70 % del total, y solamente el 30 % restante es de cola de la cosechadora.

Numerosos trabajos así lo demuestran. Recientemente Santiago Tourn del INTA Balcarce-FCA confirma estos datos a través de una tesis publicada en diciembre de 2019, evaluando las pérdidas en 96 cosechadoras en condiciones reales de trabajo. Ocurre que el movimiento de golpe de los elementos de la plataforma, principalmente el molinete y la barra de corte, le transfieren a la planta seca de soja al momento del corte, hace que las vainas y/o ramitas con vainas se caigan fácilmente al suelo por delante del cabezal. Estos son kg que se pierden y que deberían estar en la tolva.

La cosechadora puede tener sensores que, si están bien calibrados, miden las pérdidas por cola, pero no tiene sensores que registren las pérdidas del cabezal, y recordemos que, son las pérdidas más importantes en magnitud de kg/ha.

Entonces,  si queremos conocer las pérdidas totales de cosecha de soja, no es posible guiarnos únicamente por los sensores y debemos tirar los aros para obtener valores confiables. Y posteriormente, realizar las regulaciones en la cosechadora si las pérdidas son mayores a la tolerancia.

Los datos del trabajo realizado en el INTA Paraná

En el INTA PARANÁ, con la cosechadora Don Roque 125, la cosecha se realizó a una velocidad de 3 km/ha dado el rendimiento de 3800 kg/ha y la presencia de manchones con plantas verdes que complicaban a la cosechadora.

Tirando los aros en el ancho de corte de la plataforma. 

Se juntan los granos y vainas encontrados dentro de cada aro. Esta metodología permite medir las pérdidas totales de la cosechadora.

Al intentar aumentar la operatividad de la cosechadora, se evaluaron las pérdidas totales a 4 km/h y 6 km/h siendo de 78 kg/ha y de 145 kg/ha a la menor y mayor velocidad de avance, respectivamente.

Los granos recolectados en los cuatro aros se colocan en el vasito medidor de pérdidas o también se pueden contar teniendo en cuenta que 60 granos de soja son 100 kg/ha de pérdidas.

Al precio de pizarra Rosario menos 9 %, son $ 986 de pérdidas por cada ha cosechada que quedan en el rastrojo solamente a la menor velocidad. Esto muestra lo rentable que puede ser dedicarle tiempo y tirar los aros durante la jornada de cosecha, incluso contratando a una persona si fuera necesario.

A la mayor velocidad fue notable el aumento de pérdidas del cabezal evidenciando la caída de ramitas con vainas adheridas.

Finalmente para cosechar por debajo de la tolerancia de pérdidas de 75 kg/ha se decidió continuar el trabajo a una velocidad cercana a 3 km/h, teniendo en cuenta que para cada lote y momento del día se deben tirar los aros para complementar la información que muestran los sensores de pérdidas de la cosechadora.

 

Fuente: INTA por Rubén Darío Roskopf, Ricardo José Melchiori

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