Para la elaboración de este informe se recorrieron 8 lotes con pasturas en implantación en 4 establecimientos del partido de General La Madrid con el objetivo de analizar la eficiencia en la siembra de las mismas en la campaña 2018.
Del total de lotes, 5 corresponden a ambientes de loma y los 3 restantes a ambientes de bajo, la mayoría sembradas en directa. Todos los lotes relevados fueron sembrados en fechas más tardías de la óptima debido a complicaciones por falta primero y exceso luego de humedad en el período de preparación del suelo. En todos los casos se sembró sin las ruedas tapadoras, una práctica que ya se ha difundido y adoptado en la zona.
Metodología
Para los cálculos se utilizó el PG (poder germinativo), P (pureza) y P1000 (peso de mil semillas) y los kilos efectivamente sembrados en cada uno de los lotes. Se hicieron en cada lote y al azar, 8 muestreos dobles de 1m de largo sobre la línea de siembra, es decir 16 muestras por lote. Allí se contaron plantas por separado de c/u de las especies sembradas (gramíneas con más de 3 hojas y leguminosas con al menos 1 hoja trifoliada expandida). Se observó también profundidad de siembra, homogeneidad del surco, desarrollo de las plantas, sanidad de las mismas, homogeneidad del lote y presencia de malezas. En el caso de lotes con alta infestación de raigrás anual y/o guachos del cultivo de invierno antecesor, se hizo un relevamiento de densidad de plantas.
Resultados
A continuación, se muestran los datos obtenidos para pasturas de loma en la tabla 1
Los logros en las lomas fueron regulares (de 40 a 50%) en Campo 2 y Campo 3 d en directa, y buenos (de 51 a 60%) en Campo 1, Campo 4 y Campo 3 c en convencional. En todos los casos la profundidad de siembra fue adecuada (menor a 1,5 cm), destacándose la calidad del trabajo tanto en Campo 1 como en Campo 3 c en convencional. En el gráfico 1, puede verse que en los 2 casos en que los logros fueron regulares, las pasturas arrancan su vida productiva con un stand de plantas menor al deseado/óptimo (entre 250 y 300 plantas/m2). Si bien en campo 3, se obtuvieron más plantas bajo siembra convencional que en directa, las diferencias fueron estadísticamente no significativas (p=0,068). Un aspecto importante a considerar a futuro es el cultivo antecesor y el manejo del rastrojo que se haga del mismo, ya que los peores logros se presentaron sobre rastrojos de trigo y cebada.
Los datos relevados y analizados de las pasturas de bajo se muestran a continuación en la Tabla 2.
En los bajos se lograron menor proporción de plantas que en las lomas y en ninguno de los casos evaluados alcanzaron el 40%. En Campo 2 y Campo 3 c en convencional fueron regulares, mientras que en Campo 3 d en directa fue regular a malo. Para el caso de Campo 2 se observó una excelente implantación tanto de gramíneas como de leguminosas en aquellos ambientes de bajo dulce próximos al canal y “del otro lado del canal”. Asimismo, en Campo 2, no se pudieron diferenciar las plantas de agropiro y de festuca, por lo que se contaron, informaron y analizaron en forma conjunta. También en estos ambientes la profundidad de siembra fue adecuada (menor a 1,5 cm), destacándose en Campo 3 c en convencional. En el gráfico 2, puede verse que en los 2 casos en que los logros fueron mayores, las pasturas alcanzaron un stand adecuado (entre 275 y 350 plantas/m2). En Campo 3 hubo diferencias significativas en plantas logradas a favor de la siembra convencional (p<0,05).
Fuente: INTA