¿Bajarán los precios de la hacienda en el segundo semestre?

Los engordes en feedlot registran hoy el nivel de encierra más alto de los últimos nueve años.

Oferta muy alta, propia de una fase de liquidación moderada, con una participación de las hembras en la faena (47 por ciento), ya por encima de los niveles de equilibrio. Un mercado sobreabastecido de los tres tipos de carnes (vacuno, pollo, cerdo), con un consumo de 120 kilos per capita en forma conjunta que resulta récord a nivel mundial.

De no mediar eventos que traben la comercialización del ganado (lluvias, paros, feriados largos), debería comenzar a sentirse la mayor oferta de ganado proveniente de los feedlots, que registran hoy el nivel de encierre más alto de los últimos nueve años.

La exportación ya representa cerca del 15 por ciento de la demanda, pero busca un tipo de hacienda (vaca conserva, novillo pesado) que tiene una conexión débil con el consumo interno, que sigue representando el 85 por ciento de la demanda.

La devaluación y la inflación han afectado a los consumidores, pero también a los productores y a los feedloteros, sintiéndose en todo el mercado de la carne los efectos de una tasa de interés muy alta en términos reales. En este contexto de oferta creciente, caída de los ingresos reales y poco peso aún de la exportación, es que estamos entrando a la segunda parte del año.

Tendencia

¿Qué podemos esperar el segundo semestre en materia de oferta y de precios? En 2016, la faena del período agosto-diciembre se incrementó un 5,6 por ciento con respecto a los cinco meses anteriores (marzo-julio), y los precios corrientes del novillo en Liniers pasaron de 28,5 pesos por kilo en julio a 25,3 en diciembre.

El año pasado, entre los mismos períodos, la faena creció un 6,2 por ciento y los precios corrientes del novillo pasaron de 32,6 pesos por kilo en julio a 29,5 en diciembre. En términos reales, de los últimos siete años, en cinco ocasiones el precio de diciembre resultó más bajo que en julio; la última vez que el segundo semestre del año –de mayor oferta estacional– terminó con un mejor precio en términos reales que cuando lo comenzó fue en 2015, cuando las perspectivas del inminente cambio de gobierno indujeron una fuerte restricción en la oferta de ganado en noviembre-diciembre.

Pensando en los primeros meses del año que viene, debe decirse que de los 14 últimos años, en 12 ocasiones el precio real de marzo fue superior al de diciembre previo. En el período 2006-2018, el precio real promedio de marzo resultó un ocho por ciento más alto que en el de diciembre previo.

Interés

Paul Dykstra, del Certified Angus Beef de Estados Unidos, destaca en un reciente artículo que el precio de la carne vacuna en relación a la de cerdo o pollo, no deja de crecer, lo que reflejaría el interés creciente de los consumidores por este producto. “La carne de cerdo o pollo, que tienen un precio cada vez más bajo en relación a la carne vacuna, compiten con esta, pero sólo con la carne picada o con los cortes de baja calificación”, menciona.

En el 2000, la carne vacuna en promedio valía en Estados Unidos un siete por ciento más que la de cerdo y un 78 por ciento más que la de pollo. En 2017, la carne vacuna al mostrador cotizó un 51 por ciento más que la de cerdo, y un 206 por ciento más que la de pollo.

Fuente: La Voz | Por Ignacio Iriarte