El ministro de Economía, Sergio Massa, entiende que las posibilidades de que ingresen dólares a la Argentina no son justamente las mejores para este año. No obstante, cree que si hay una chance de que eso suceda, será a través del aporte del agro. Por eso, analiza cómo se puede motorizar la liquidación de las exportaciones agropecuarias, que sufre las consecuencias una sequía histórica que ya genera pérdidas del orden de los u$s20.000 M.
En este contexto y en medio de las tratativas que lleva adelante en los EE. UU. para evaluar la última revisión del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y las últimas medidas del Gobierno, está proponiendo una medida cuyo objetivo central es incentivar a la actividad agropecuaria a que apure las exportaciones, y que fijará un tipo de cambio diferencial para los distintos rubros que la componen.
Aunque no hay nada cerrado al respecto, fuentes citadas por el diario El Cronista estiman que ese dólar que se ofrecería podría rondar los $300 y que se abriría una ventana de un lapso determinado para que los productores accedan a ese beneficio, tal como sucedió en las dos ediciones del llamado “dólar soja”, en septiembre y diciembre de 2022.
Si esta medida avanza en su implementación, quedarían fuera de competencia el “dólar soja 3” y el “dólar Malbec”, 2 ideas que circularon, y que incluso, como en el caso de la dirigida a la industria vitivinícola había sido insinuada por el propio Massa.
Insuficiente. La necesidad de sumar dólares lo más rápido posible está vinculada con el cumplimiento de las metas con el FMI, pero también con que déficit de divisas cada vez más alto para para responder a los pedidos de importaciones. Al respecto, las estimaciones oficiales proyectan que, hasta agosto o septiembre, podrían faltan unos u$s10.000 M.
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Si finalmente se instrumenta este nuevo tipo de cambio para el agro, el Gobierno estima sumar al menos unos u$s4000 M, un monto que no llega a cubrir el “rojo” previsto, pero que al menos permitiría achicarlo. De ese importe, un 50% provendría de las exportaciones de soja.
La opción de aplicar este desdoblamiento cambiario -denominación que no gusta puertas adentro del Gobierno- avanza en Economía, según afirma El Cronista, pero sus detalles se conocerán una vez que el ministro Massa regrese de su viaje a los EE. UU.
Además de ajustar los detalles técnicos de la decisión, no se conoce cómo tomará la iniciativa el ala kirchnerista del Frente de Todos (FdT) que integra el Gobierno. Si bien este sector de la coalición nunca vio con buenos ojos cualquier medida que pueda interpretarse como un favor hacia el campo, en este caso entiende que, en un año electoral, y con la economía en estado delicado, estos esfuerzos podrían justificarse.
Sin cambios. Donde el Gobierno sigue firme en su postura es en el tema derechos de exportación (retenciones). Su baja o la anulación son puntos que se discuten desde hace tiempo, pero Economía considera que, si se acepta este pedido del agro, podría resentirse la recaudación fiscal. Al respecto, los productores desmienten esto, y explican que, sin retenciones, las posibilidades de exportaciones serían mayores.
En este sentido el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahilo, manifestó a El Cronista que la posibilidad de que se modifiquen las retenciones “no tiene lugar ni por un período determinado ni mucho menos de forma permanente”.
