Hacia un otoño con lluvias normales

Tal como anticipamos en el informe anterior, la segunda quincena de marzo llegó acompañada por un cambio en la circulación que provocó un marcado descenso de las temperaturas y el desarrollo de precipitaciones con mayor cobertura hacia el centro de la zona núcleo.

El desplazamiento del centro de alta presión hacia el Atlántico habilitó el ingreso de los sistemas frontales al centro de la región pampeana aportando aire frío que puso fin a la prolongada ola de calor, provocando un marcado descenso térmico.

Temperaturas más acordes con la época del año y la mezcla de masas de aire favorecieron la transformación de la humedad atmosférica en nubes con mejor potencial pluvial. El resultado de este nuevo escenario fueron temperaturas más otoñales, mayor nubosidad y la presencia de lluvias y tormentas que, aun de forma intermitente y dispar, cubrieron de manera bastante generosa la mayor parte de la región pampeana.

Los acumulados de los últimos siete días, en general, promediaron los 40 a 60 milímetros, con registros puntuales que superaron los 100 milímetros. La única excepción fue una estrecha franja horizontal que comprende al extremo norte de La Pampa y de Buenos Aires, donde los totales semanales no lograron superar los 10 milímetros, insuficientes para provocar algún cambio en las persistentes condiciones de sequía.


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La distribución de las lluvias en la tercera semana del mes se nota claramente en la disponibilidad de humedad del suelo. Prácticamente todos los sectores productivos de la región pampeana han logrado cierto grado de recuperación en sus perfiles aunque, dentro de este contexto, el sudeste de Buenos Aires  es el más beneficiado ya que estas precipitaciones se suman a los recurrentes aportes de agua que recibió la zona desde que comenzó el año.

Contrariamente, la franja norte de la misma provincia sigue siendo la más castigada por una ausencia de lluvias que se sigue prolongando, aun cuando las condiciones de circulación se han vuelto mucho más favorables.

Concluye un verano que fue mucho más hostil de lo esperado, que superó todos los récords adversos posibles, hiriendo de muerte a una castigada cosecha gruesa que sufrió todos condicionantes negativos posibles, prolongadas olas de calor, heladas tempranas y sequía extrema.

La transición estacional está proponiendo un cambio pluvial positivo pero recuperar tres años de continuo déficit va a requerir tiempo y un excelente funcionamiento de los sistemas precipitantes.

Los pronósticos indican que los próximos días mantendrán condiciones de inestabilidad, lluvias y tormentas similares a las presentes desde el cambio de quincena. Los volúmenes de agua previstos por los modelos numéricos se proyectan como generosos y bastante generalizados.

Todo indica que ingresamos al cambio de estación con un escenario de mejor comportamiento de las lluvias. No se puede garantizar que, en un corto plazo, se logren los elevados valores que requieren los perfiles para compensar tres años Niña, pero los condicionantes de escala regional han cambiado positivamente favoreciendo el tránsito hacia un otoño con lluvias normales.

Fuente: BCR

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