La importancia de las rotaciones intensivas y la fertilización en la calidad y rendimiento de la soja

La importancia de las rotaciones intensivas para el rendimiento y la proteína en la soja

En los últimos 20 años, el monocultivo de soja ha dominado el paisaje argentino, entregando altos márgenes económicos pero reduciendo los nutrientes del suelo y la proteína en los granos. Sin embargo, un estudio realizado por la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) ha demostrado que las rotaciones de cultivos más intensivas y diversas pueden conservar más carbono y aumentar el rendimiento de los cultivos de soja en hasta 700 kg por hectárea.

Según José Andrade, docente de la Cátedra de Cerealicultura de la FAUBA, el monocultivo de soja ha provocado una pérdida de carbono en los suelos y en la calidad de las semillas. Por esta razón, se llevó a cabo un estudio en la zona agrícola núcleo para evaluar si la intensificación y diversificación de especies cultivadas podrían mantener los balances de carbono y mejorar el rendimiento y la calidad de los granos.

Rotaciones más intensivas y diversas para mejorar el rendimiento

En el estudio realizado en lotes de la zona norte de Buenos Aires, se compararon las pérdidas de carbono en el suelo después de 5 años de monocultivo de soja con dos rotaciones diferentes. La primera rotación fue la típica, que consiste en trigo-soja/maíz/soja, y la segunda rotación fue más intensiva, incluyendo trigo-soja/arveja de campo-maíz/soja. En ambas rotaciones, se encontró que no solo se evitaban las pérdidas de carbono, sino que también se obtenían rendimientos mayores en comparación con el monocultivo. Estos rendimientos fueron hasta un 20% más altos, lo que equivale a 700 kg por hectárea.


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El papel de la fertilización en la calidad de los granos de soja

Además de las rotaciones intensivas, el estudio también evaluó el impacto de diferentes dosis de fertilizante en el rendimiento y la calidad de los granos. Se compararon dosis variables, incluyendo una dosis regular para la zona y una dosis alta. La dosis alta implicó un mayor aporte de nitrógeno, fósforo y azufre en todos los cultivos, excepto en la soja de doble cultivo.

Los resultados mostraron que altas dosis de fertilizante, combinadas con la intensificación y la rotación de cultivos, aumentaron la concentración de proteína en las semillas de soja en más de 300 kg por hectárea. Esto demuestra que una fertilización y nutrición adecuada complementa la mejor condición hídrica y permite un aumento en la calidad y el valor de los granos.

La importancia de pensar a largo plazo

El estudio concluye que es difícil revertir la degradación una vez que está instalada, por lo que es necesario pensar a largo plazo para tomar mejores decisiones. Tener más cultivos por año aporta ventajas a corto plazo, como la mejora de la materia orgánica en el suelo y una mejor utilización del agua. Además, produce más biomasa y granos, lo que se traduce en un mejor margen económico.

En resumen, las rotaciones intensivas y diversas, combinadas con una adecuada fertilización y nutrición, pueden mejorar el rendimiento y la calidad de los cultivos de soja. Estas prácticas permiten conservar más carbono en el suelo, aumentar la concentración de proteína en las semillas y obtener mejores márgenes económicos. Es importante tener en cuenta que cada acción tiene consecuencias, por lo que es fundamental pensar a largo plazo y tomar decisiones basadas en la sostenibilidad y el cuidado del suelo.

Fuente: FAUBA

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