Enfrentando el desafío de la chicharrita del maíz
El coordinador del proyecto plagas de CREA, Lucas Cazado, ha expuesto los pasos que se están tomando para controlar el avance de la chicharrita del maíz. Lamentablemente, hasta el momento se estima que se han perdido al menos 6,9 millones de toneladas de la cosecha de maíz en Argentina 2023/24 debido a los daños causados por el insecto vector del achaparramiento del maíz, conocido como dalbulus maidis y que transmite el spiroplasma kunkelii. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas estimaciones pueden cambiar una vez finalizada la cosecha de maíz tardío, por lo que es necesario esperar para conocer el verdadero impacto del problema, tal como advirtió Lucas Cazado durante su charla en la sede porteña de CREA.
La “chicharrita del maíz” (dalbulus maidis) no es un insecto fácil de controlar mediante aplicaciones de productos químicos de síntesis debido a ciertas particularidades de la plaga. Por ejemplo, los adultos pueden vivir hasta 45 a 70 días y, aunque se alimentan exclusivamente de maíz, pueden refugiarse en otras plantas durante el invierno y permanecer sin alimentarse durante varias semanas. Las hembras de la chicharrita del maíz depositan sus huevos en el envés de las hojas, lo que produce daños y estrés en la planta. Aunque se pueda intentar controlar la población de adultos, existe un gran número de ninfas en las hojas que pueden reemplazar a los adultos eliminados, lo que dificulta aún más el control de la plaga.
Además, los adultos tienen la capacidad de protegerse en el cogollo de la planta de maíz y pueden volar hasta 500 kilómetros ayudados por corrientes de aire. Esto significa que un insecto que se está desarrollando en Tucumán puede llegar a Córdoba en tan solo un par de días. Es importante destacar que la chicharrita del maíz se siente atraída por el color amarillo, por lo que las plantas enfermas con spiroplasma son las que tienen mayor posibilidad de ser atacadas por este insecto, lo que agrava aún más el problema. Incluso si los insectos no están infectados por la enfermedad, el hecho de que se alimenten de la savia de la planta puede reducir el rendimiento potencial del maíz en un 15% a 20% en ataques importantes. Otro aspecto a tener en cuenta es que los adultos infectados tienen una mayor longevidad y tolerancia a las condiciones ambientales adversas.
Esto significa que, al portar la bacteria infectiva (spiroplasma kunkelii), adquieren una ventaja competitiva significativa. Ante esta situación, es fundamental implementar estrategias de control integrado de plagas que incluyan diferentes métodos de control, como el uso de insecticidas selectivos, la rotación de cultivos, la eliminación de malezas hospederas y el monitoreo constante de las poblaciones de chicharritas del maíz. Además, es esencial promover la investigación y el desarrollo de nuevas técnicas de control que sean más efectivas y respetuosas con el medio ambiente.
Esto puede incluir el uso de agentes de control biológico, como parasitoides y depredadores naturales de la chicharrita del maíz, así como el desarrollo de variedades de maíz resistentes al spiroplasma kunkelii. En resumen, el control de la chicharrita del maíz y la bacteria spiroplasma kunkelii representa un desafío importante para la industria del maíz en Argentina. Sin embargo, mediante la implementación de estrategias de control integrado de plagas y la promoción de la investigación en este campo, es posible reducir los daños causados por esta plaga y proteger la producción de maíz en el país.
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Identificación de la enfermedad
En lo que respecta a la identificación de la enfermedad, se ha adoptado el protocolo propuesto por la investigadora María de la Paz Giménez Pecci del Instituto de Patología Vegetal Ing. Agr. Sergio Fernando Nome (IPAVE-INTA). Es importante tener en cuenta que la sintomatología puede ser diferente entre un híbrido y otro, lo que dificulta su identificación. Además, se alerta sobre el problema que representa la plaga Helicoverpa zea, que ha logrado quebrar la resistencia de algunos híbridos. Por lo tanto, es necesario tener cuidado al pensar que los materiales tropicales tienen una mayor resistencia a spiroplasma, ya que esto no siempre es cierto.
Prácticas de manejo
En cuanto a las prácticas de manejo, el objetivo central para este año debe ser mantener la población de la plaga en el nivel más bajo posible durante el período invernal. De lo contrario, se podrían registrar problemas similares en la próxima campaña. Es importante tener en cuenta que aunque al insecto no le gusta el frío, no desaparecerá con las bajas temperaturas. Cuando las poblaciones de una plaga crecen de manera exponencial, siguen su curso durante dos o tres campañas hasta que llegan a un techo y luego comienzan a descender. Por lo tanto, no se deben relajar las medidas en el ciclo 2024/25.
Una de las prioridades es mantener los campos libres de maíces guachos, ya que estas plantas actúan como reservorios de la plaga y también proveen alimento al insecto durante el invierno. Además, mantener cultivos de maíz en diferentes fechas de siembra intercaladas a lo largo del año favorece la propagación de la plaga. En este sentido, se ha realizado un convenio con la Estación Experimental Obispo Colombres (EEAOC) para estudiar el problema y evaluar diferentes alternativas para mitigarlo. Se ha detectado que algunos híbridos muestran un deterioro en la calidad fisiológica de la semilla ante determinadas dosis de imidacloprid, por lo que es necesario tener cuidado con el tratamiento de semillas para no generar problemas adicionales.
Red de trampas y plataforma digital
El proyecto Plagas de CREA, junto con otras instituciones, está trabajando en la creación de una red de trampas del insecto para determinar semanalmente la dinámica poblacional de la plaga en Argentina. Esta información estará disponible a través de una plataforma digital de uso público. Actualmente se están evaluando los materiales a utilizar en la red de trampas y las metodologías para el diseño del protocolo. Una vez que esta información esté disponible y se acerque la época de siembra de maíz tardío en diciembre, se podrá tomar una decisión informada sobre el nivel de riesgo asumido.
Fuente: CREA