La devastadora sequía en una región
La sequía que azota la región de Caleu Caleu, en la provincia de La Pampa, ha causado estragos en la industria ganadera. Más de 5000 vacas han muerto y alrededor de 40 productores se han visto obligados a abandonar la actividad. Desde 2023, los ganaderos han tenido que vender su ganado debido a la falta de agua que ha afectado la zona. En algunos lugares del país, la sequía parece ser cosa del pasado, pero en regiones como el sur pampeano, sigue presente y con fuerza. En el último año, se han registrado más de 5000 muertes de vacunos y se han vendido más de 100 000 animales debido a la escasez de agua.
Origen y consecuencias de la sequía
Según Antonia Ochandorena, presidenta de la Asociación Rural del Sur Pampeano, todo comenzó en 2022, cuando se esperaba que las lluvias de primavera ayudaran a la recuperación de los pastos. Sin embargo, las precipitaciones solo alcanzaron los 150 mm en el primer trimestre de 2023 y otros 150 mm en diciembre pasado, lo cual no fue suficiente para la recuperación de los perfiles hídricos. En total, solo se acumularon 300 mm de lluvia, muy por debajo del régimen normal de 650 o 700 mm al año en la región. Esta falta de pasturas ha llevado a la necesidad de suplementar la alimentación del ganado, lo cual ha resultado en la venta o muerte de los animales.
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Impacto en la región de Caleu Caleu y otros lugares
La sequía ha afectado principalmente al departamento de Caleu Caleu, pero también ha alcanzado a localidades como La Adela y Lihuel Calel, en Cuchillo Co. En Río Colorado, Río Negro, se ha observado un escenario similar. Según los datos recopilados por la entidad ruralista y las autoridades sanitarias, se han registrado 5392 muertes de animales debido a la sequía y se han vendido otros 100 000 para faena o para ser trasladados a campos de otras zonas. Este relevamiento se realizó en marzo, durante el proceso de vacunación contra la aftosa y la brucelosis. La situación es tan grave que se estima que alrededor del 40% del ganado ha sido vacunado hasta ahora. Se espera tener un panorama más preciso una vez que finalice el proceso de vacunación en mayo.
El impacto en los productores
La sequía ha llevado a la desaparición de cerca de 40 productores agropecuarios en la región. Muchos de ellos tenían pequeñas cantidades de animales, alquilaban campos y dependían de la venta de su ganado para pagar el alquiler. La falta de pasto y la necesidad de suplementar la alimentación han hecho que muchos de ellos se vean obligados a vender sus animales y abandonar la actividad. La incertidumbre sobre el futuro de la sequía y la falta de pronósticos favorables de lluvia han generado preocupación entre los productores.
Esta no es la primera vez que la región sufre una sequía de estas características. Entre 2008 y 2009, también se vivió una situación similar. Durante años, las condiciones climáticas habían sido favorables, pero ahora la falta de lluvia ha dejado al ganado sin suficiente pasto y ha llevado a su muerte progresiva.
Respuesta de las autoridades
Ante la gravedad de la situación, la ministra de producción de La Pampa, Fernanda González, ha enviado camiones con alimento para el ganado, tanto para el rodeo general como para los terneros. Sin embargo, esta ayuda no ha sido suficiente para cubrir todas las necesidades de los productores. La provincia ha declarado la emergencia agropecuaria para los meses de enero, febrero y marzo, pero aún espera la homologación a nivel nacional. La incertidumbre sobre el futuro de la sequía y la falta de lluvias pronosticadas generan preocupación sobre cómo se resolverá esta situación.
En conclusión, la sequía en la provincia de La Pampa ha tenido un impacto devastador en la industria ganadera. La falta de lluvia ha llevado a la muerte de miles de vacas y ha obligado a muchos productores a abandonar la actividad. La falta de pasto y la necesidad de suplementar la alimentación han llevado a la venta masiva de animales. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, la situación sigue siendo grave y no se vislumbran pronósticos favorables de lluvia a corto plazo. Los productores aguardan con incertidumbre el futuro de la sequía y cómo podrán recuperarse de esta crisis.