En los últimos días, en diversos medios se publicó que fondos internacionales habrían iniciado en Nueva York, Estados Unidos, una demanda contra la cooperativa láctea SanCor por una deuda, en créditos, que superaría los US$61,5 M. No obstante, en la empresa, según dijeron al diario La Nación, no tienen hasta el momento notificación formal alguna sobre esa demanda judicial. La deuda existe, no fue adquirida con quien habría realizado la demanda y sería por “menos de la mitad” del valor que trascendió a la prensa.
Según cita el mismo medio, SanCor tenía una deuda tomada con el fondo IIG TOF B.V., de Curazao, un estado autónomo que forma parte de las llamadas “Antillas holandesas” en el caribe y que integra el Reino de los Países Bajos. La deuda con el fondo venció el 31 de octubre de 2019, no fue reembolsada y se generaron intereses millonarios. Según distintas versiones, entre otros fondos, el grupo internacional STFF se habría quedado con los derechos del crédito otorgado -tras una quiebra del emisor- e iniciado acciones legales que en la cooperativa láctea dicen que “no está documentada” ni notificada.
Salvando las distancias con la demanda iniciada en los EE. UU. por la expropiación de YPF, donde la justicia de Nueva York determinó que el Estado argentino deberá pagar US$16.000 M a los fondos Eton Park -accionista al momento de la medida del gobierno de Cristina Kirchner en 2012- y Burford -compró derechos para el juicio-, el proceso iniciado en ese país que afectaría a la cooperativa láctea es un espejo de una complicación judicial.
Sin avales. Según trascendió, hace un tiempo, acreedores del fondo STFF habrían intentado negociar con SanCor la transferencia de dinero, señalando que eran ellos ahora los acreedores de la firma santafesina. Habría habido reuniones en el país entre representantes de ambas partes, pero en cada uno de esos encuentros se les solicitó un aval jurídico y financiero de dichas acreencias, documentación que aún no fue presentada.
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Una fuente cercada al “núcleo” que toma las decisiones en SanCor le admitió a a la nación que “aclaramos ante esa gente que nuestra empresa no deja de reconocer la deuda, pero con el fondo quebrado, con lo cual será necesario un tiempo prudencial para que la cuestión sea resuelta en el ámbito de actuación de dicho fondo de inversión”, precisó.
Y agregó: “La voluntad de pago está, pero la deuda debe acreditarse. No podemos pagarle a cualquier que diga que fue inversor de este fondo”, recalcó la fuente.
En recuperación. En tanto, la láctea santafesina sigue intentando recuperar el lugar de liderazgo que supo tener décadas atrás. Hubo varios intentos por recomponer su capital y con ello mejorar la producción y recuperar mercados internos y externos perdidos. Tiene una capacidad de procesamiento de 1,5 M/l diarios, pero está procesando unos 650.000 l/día.
El último intento de salvataje remite a un grupo de empresarios que pretenden conseguir US$60 millones en el mercado para recuperar el volumen de producción. Crearon la figura de un fideicomiso y hasta hace poco se aguardaban los Valores Representativos de Deuda (VDR) con la Comisión Nacional de Valores (CNV).
En octubre de 2021, el abogado Leandro Salvatierra; el experto en lechería Jorge Estévez; el industrial José Urtubey; Marcelo Figueiras, de Laboratorio Richmond, y el empresario de medios Gustavo Scaglione, se asociaron a fin de buscar una alternativa para SanCor. De ahí surgió la opción del fideicomiso que presentaron a la misma cooperativa y que ahora espera su autorización para operar. La iniciativa tuvo el apoyo de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra), que entendía que así se iban a evitar despidos de personal.
