Entre varios dirigentes del agro hay más dudas que apoyos a la dolarización que propone Milei

Referentes de la actividad agropecuaria advirtieron que la dolarización propuesta por el candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, de ser aplicada, debería tomarse junto a otras medidas, previas y complementarias, como la baja de la presión impositiva, la unificación del tipo de cambio y el logro de una estabilidad económica, y no debe aplicarse en forma aislada.

Fuentes gremiales empresarias del agro consultadas por el diario La Nación señalaron que “para que esto ocurra, la productividad del país deberá nivelarse con la de Estados Unidos, integrando los precios de la economía con el mundo y sumarle medidas complementarias, para alcanzar un Banco Central verdaderamente independiente”.

Al respecto, el consultor en agronegocios Ernesto Ambrosetti sostuvo que la posibilidad de dolarizar la economía requiere de pasos previos indispensables, donde además de la estabilización de la economía, deberá haber un relevante ajuste del gasto público, para llegar al equilibrio fiscal y a recomponer las reservas.


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Competitividad. “Los insumos estratégicos del agro, la maquinaria y la tecnología de alta precisión son en dólares y los precios de las ‘commodities’ también son en dólares. Es decir que el sector es el más acostumbrado a trabajar con el dólar, a pesar de que recibe pesos. Lo relevante no es la dolarización en sí misma, sino que mejore la competitividad, reduciéndose la presión impositiva y el elevado costo argentino”, explicó.

En tanto, para Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), antes de hablar de las “bondades” de la dolarización, hay temas centrales que atender. “Con la carga tributaria y las retenciones que existen, siendo o no dolarizada la economía, la relación insumo-producto es muy difícil y siempre perjudicial. Aún más, de mantenerse esta carga tributaria, la dolarización complicaría bastante más la situación”, le dijo al diario La Nación.

Sobre la dolarización en sí, el titular de Carbap dijo que se deben tener en cuenta los procesos internacionales que son muy cambiantes. “Si hubiera un periodo de tasas de interés bajas y de crecimiento de los precios agrícolas, indudablemente la Argentina dolarizada tendría una competitividad alta y una importante rentabilidad. Pero si se produce un ciclo, donde se fortalece el tipo de cambio o la tasa de interés crece mucho y los precios internacionales no acompañan, empezamos a tener problemas de endeudamiento en el sector, porque las tasas son en dólares y más altas”, describió.

Y agregó: “Un dólar fuerte nos quita competitividad y nos complica. No es tan simple la situación: al no manejar la moneda, quedaríamos muy expuestos a los ciclos internacionales. En la región, existen tipos de cambios flexibles que trabajan y se adecuan mejor a los shocks externos y la problemática del fortalecimiento del dólar”.

En la misma línea, Gabriel De Raedemaeker, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), remarcó que, como medida aislada, no soluciona nada, sino que debe ser tomada como parte de una serie de reformas. “Si no se caería muy rápido en una pérdida de competitividad, producto del aumento de costos en dólares”, advirtió.

“Deja vu”. Recordando la Convertibilidad de la década de 1990, el dirigente cordobés, señaló que primero se debería eliminar la distorsión que genera la multiplicidad de tipos de cambio, para ir al dólar como moneda de transacción, pero alertó que eso llevaría a quedar “encorsetados” en una posible pérdida de competitividad por la caída de precios internacionales o solo por el aumento de costos propios de la actividad agropecuaria.

“Es una medida correctiva que solucionaría muchas cosas, en tanto y en cuanto se acaben todas las distorsiones que impactan sobre el sector. No debe ser analizada de manera aislada sino en el marco de un programa económico”, enfatizó Raedemaeker.

Por su parte, Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), pidió que “sea una sola paridad con el dólar y sea competitivos no solo para el sector agropecuario si no para todos los sectores. Pero no soy economista y no sé cómo se haría la dolarización y de hecho entre ese mismo equipo económico hay cuatro modelos diferentes. No sé si el efecto es el mismo que buscar una unificación cambiaria y en cuánto tiempo se podría poner en práctica cualquier modelo que impulsan los distintos candidatos”, señaló expresando sus dudas sobre el tema.

Plan integral. Paralelamente, Javier Rotondo, titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), que reúne a las sociedades rurales de Córdoba, San Luis, La Rioja y Catamarca, sostuvo que se necesita un plan integral ya que la dolarización “per se” retrotrae a la época de Carlos Menem, en donde estaban anclados en un tipo de cambio que los sumió en muchos problemas.

El dirigente aseguró que “la artificialidad de los tipos de cambio y las retenciones es algo que nos pega en la médula. Hay pasos y escalones previos para dar hacia un plan integral de dolarización, si no solo es un eslogan que podría tornarse peligroso”,

Por su parte, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), coincidió que el problema de dolarizar está en la competitividad con el resto de los países exportadores: “El país tendría que lograr, entonces, trabajar en productividad para ser competitivo con Brasil y otros países exportadores. Pero hasta ahora en la Argentina jamás se logró trabajar en productividad”, advirtió el representante de las agroexportadoras.

Sin objeciones. Mientras tanto, Alberto del Solar Dorrego, productor y candidato a intendente de Rojas de LLA, sostuvo que la dolarización “sería una manera de sincerar y nivelar el gran desajuste que hay entre precios de compra y de venta”.

“Lo que vendemos vale la mitad y lo que compramos tiene precio lleno. Dejo a las retenciones de lado en este tema, no va en este análisis. Por otra parte, también se debe comparar la distorsión por el tipo de cambio con los insumos importados. Mi conclusión es que sería la solución para poder seguir en lo nuestro e invertir, cosa imposible hoy en día”, sostuvo.

Finalmente, Beltrán Benedit, productor con campos cercanos a la ciudad de Paraná (ER) y también perteneciente a LLA, sostuvo: “El impacto será positivo. ¿Cuál cree usted que sería la respuesta de un productor si le preguntamos si quiere cobrar cada tonelada de soja producida a razón de US$500 billete, como en el Uruguay? En mi opinión, de aprobación. El campo ya tiene dolarizada partes de su actividad productiva, solo que el Estado se la pesifica y se queda con mucho en el camino, generando asimetrías entre los ingresos y costos”, sostuvo.

Y agregó: “Los granos tienen su cotización en dólares, los insumos estratégicos también, igual que un tractor, un equipo de riego, al igual que la ganadería de exportación, la lana, y muchas de las producciones regionales. El campo tiene una productividad relativa capaz de competir mano a mano con el resto del mundo. Por eso se sentirá cómodo con una economía dolarizada, porque se reducen los costos de transacción, todo es más transparente, menos intermediarios, más estable, más programable y permitirá también el acceso al crédito a tasas internacionales y realizar negocios con un mayor horizonte de maduración”, manifestó.

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