En un país por definición tropical y acostumbrado a temperaturas estivales como Brasil, el frío llegó de abruptamente y los productores ganaderos del Estado de Mato Grosso padecieron las consecuencias con la muerte de miles de animales.
Según reportaron las autoridades sanitarias brasileñas, unas 3.000 vacas murieron de hipotermia ante el repentino cambio de temperatura, hecho que dejó “desprotegidos” a los animales.
“Las vacas se adaptan mejor al clima cálido, el descenso repentino de la temperatura dejó a los animales más expuestos”, explicó el director-presidente de la Agencia Estatal de Defensa Sanitaria Animal y Vegetal, Daniel Ingold, al sitio gl.globo.com. “En el campo abierto hace mucho frío. Los animales tienen pocos refugios y como resultado terminan muriendo”, precisó.
Sin embargo, en el sector agropecuario brasileño entienden que el número de ganado muerto podría ser aún mayor, dado que no todos los productores ganaderos alertaron sobre eventuales situaciones similares.
La zona más afectada es el Pantanal. Allí la exposición al frío se siente más, dado que es un terreno inundable y con escasez de refugios naturales. Ciudades como Nhecolândia, Corumbá, Río Verde y Aquidauana tuvieron los principales casos de muertes de bovinos.
En Bolivia. En tanto, en una latitud similar, pero en territorio de Bolivia, los productores locales también reportaron casos similares. En el departamento de Beni, hubo reporte de la muerte de 50 animales, entre vacas y caballos. Se trata de las provincias de Cercado y Marbán.
El diario boliviano El Deber informó que “muchos productores de la cuenca lechera han recurrido a métodos tradicionales, como combatir el frío con fogatas para tratar de atenuar las bajas temperaturas y así salvar a sus animales”.
Las autoridades sanitarias locales recomendaron “no sacar a los terneros a pastar al campo para evitar que el ‘surazo’ (por el viento sur) y la humedad les provoquen hipotermia”.
