La inserción de Argentina en el mundo se debatió en el Coloquio de IDEA

La discusión sobre la inserción de la Argentina en el mundo dominó la segunda jornada del Coloquio de IDEA (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina) que se desarrolla en la ciudad de Mar del Plata, con la presencia de unos 1.000 empresarios.

El tema quedó planteado al exponerse que la Argentina, según el tamaño de su PBI, ocupa el puesto 26 en la economía mundial, pero su desempeño es bastante peor en cuanto a su participación en el comercio mundial: está en la posición 44 en el ranking mundial de exportadores, al tiempo que las ventas externas cayeron 6% entre 2011 y 2021, mientras que la cantidad de empresas que exportan se redujo entre 10% y 20%, en el mismo lapso.

Mariano Bosch, director de IDEA, y CEO y cofundador de la empresa agroindustrial Adecoagro, explicó que “los que nos pusimos a trabajar en este tema, hace ya varios meses y con varios especialistas, tampoco sabíamos cómo estábamos como país”, tras lo cual comenzó una exposición de la situación argentina al respecto, con un duro diagnóstico, y también las propuestas que la entidad propone para revertir este escenario.

Precariedad y desestímulo. El economista y profesor emérito de la Universidad de San Andrés (Udesa), Roberto Bouzas, quien trabajó junto a IDEA en esta temática explicó: “La Argentina tiene una inserción disfuncional en la economía internacional para el crecimiento. La relación entre las exportaciones y el PBI es baja, las exportaciones per cápita también, la estructura de las ventas está concentrada en pocos bienes de bajo valor agregado, el índice de complejidad económica ha caído y la participación en flujos de inversión extranjera directa también es reducida. Todo ese desempeño tan precario se dio en un contexto de una política comercial caracterizada por una alta protección arancelaria, intervenciones poco transparentes y un sistema de incentivos y precios relativos que desestimulan el vínculo de la Argentina con el mundo”.

También señaló la disfuncionalidad que existe en el plano financiero, con períodos de auge y otros de fuerte restricción en el acceso al financiamiento internacional, así como los programas recurrentes con el FMI.

Todos pierden. El economista sostuvo que estas 2 dimensiones interactúan entre sí generando los resultados que están a la vista. “Es indispensable modificar esta situación. Esta dinámica no produce un juego de suma cero, sino negativa donde todos pierden en relación a su escenario potencial. Los planes hacia 2030 prevén que las exportaciones crezcan 8% por año cuando ya vimos lo que pasó. Acá tiene que haber un cambio”, sentenció Bouzas.

Por su parte, Tomás Allende, socio del estudio Beccar Varela, expuso las propuestas pensadas por IDEA. Pero previamente Bosch aclaró un dato no menor: “Las propuestas tuvimos que hacerlas asumiendo que se normaliza el mercado cambiario. Si no, no podíamos”, admitió.

Allende apuntó a la política arancelaria y planteó la necesidad de “flexibilizar o reducir el Arancel Externo Comun (AEC)”, que en la Argentina está muy por encima que otros países, aunque reconoció que tal flexibilización no puede hacerse de un día para el otro “porque hay gente atrás”. Pero sí enfatizó en que debería comenzar a trabajarse en aquellos productos que tengan mayor valor agregado y generación de empleo.

Además, mencionó la necesidad de avanzar hacia una normalización normativa y disminuir paulatinamente las restricciones paraarancelarias. “Sabemos que es un tema difícil y que ahora se han incrementado -con el nuevo sistema SIRA de importaciones-, pero deberíamos ver en qué casos, eventualmente, puede modificarse esa licencia por un arancel. Eso da mayor previsibilidad”, dijo Allende.

Por otra parte, respecto de los derechos de exportación, el expositor planteó que el debate no debería darse en torno a retenciones sí o retenciones no, ya que actualmente no es posible eliminarlos de una vez. “Tal vez podemos tomar medidas paliativas, modificar hoy los derechos en aquellos bienes y servicios que implican valor agregado, empleo y desarrollo, pero en general pensarlo como un objetivo de largo plazo”, remarcó Allende.

Cuidar las inversiones. En tanto, la gerenta general de Unilever para Argentina, Uruguay y Paraguay, Laura Barnator, comentó que el stock de la inversión extranjera directa (IED) en la Argentina es, en promedio, un tercio del que hay en la región. “Hay que traer inversiones, pero también cuidarlas. Cuando uno invierte, también genera reinversión. Las inversiones extranjeras tampoco funcionan solas. No existe una disyuntiva entre la IED y la inversión local”, afirmó la representante de esa compañía fabricante de productos de consumo masivo, con un alto contenido exportador.

Para iniciar un cambio, Bouza remarcó que, sin normalizar la situación macroeconómica, que llevará tiempo, no hay inserción internacional virtuosa posible, y que no sólo se requiere de una buena política, sino que es clave cómo se instrumenta.

Debate. Tras este panel expositivo, comenzó el debate sobre la inserción internacional de la Argentina. De él participaron el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren; el ex ministro de Producción y Trabajo durante el gobierno de Mauricio Macri, Dante Sica; el director de IDEA y socio de Sinteplast, Claudio Rodríguez, y la presidenta de la Cámara del Maní y directora de la empresa Prodeman, Ivana Cavigliasso.


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También participó también el director de IDEA y presidente de Accenture, Sergio Kaufman, quien comenzó la discusión mostrando que “existe una altísima correlación entre la inserción internacional y el crecimiento económico”. Esto de vivir con lo nuestro… miren lo que pasó. Faltó una política de Estado en torno a insertarnos en el mundo. No vamos a mejorar nuestro perfil de pobreza cerrando la economía. No hay un modelo en el mundo para copiar en esto”, consideró.

De Mendiguren vs. Sica. El debate se centró sobre el proteccionismo y cómo mejorar la inserción del país en el mundo al mismo tiempo que se protegen muchos sectores industriales, que protagonizaron centralmente De Mendiguren y Sica, con sus exposiciones y una discusión entre ellos.

“Coincido con los diagnósticos, pero como industrial, si me quiero insertar en el mundo, tengo que generar una marco que me lo permita. Si tengo una alta tasa de interés y atraso cambiario, es imposible. Siempre convertíamos a la Argentina en un país carísimo para exportar y baratísimo para importar. Vamos a insertarnos, pero en estas condiciones no se puede”, señaló De Mendiguren, quien se preguntó: “¿con qué modelo te querés insertar? ¿Vendiendo poroto de soja o biocombustible? ¿Con la economía del conocimiento o queremos seguir con la economía primarizada?”.

“Herir la inteligencia”. Por su parte, Sica explicó que el modelo que debería tener la Argentina para poder crecer y ser sostenible es insertarse mucho más fuerte en el mundo. Tras escuchar los números que De Mendiguren dio sobre el crecimiento industrial, las exportaciones y el empleo, apenas recuperó el micrófono, el economista le respondió al funcionario: “Vasco (como le dicen a De Mendiguren), pensar que todo este sistema de cepo y retenciones es un modelo de economía abierta es herir la inteligencia de todos los que estamos acá”. Tras esas palabras, llegaron los primeros aplausos del auditorio.

Igualmente, el funcionario insistió en que la Argentina tiene que crecer, pero con otra matriz. “Es la única salida, y estoy seguro de que vamos camino a eso. Si Europa no te compra los fideos porque los quieren hacer ellos, busquemos otros mercados”, planteó. “Es crucial salir al mundo porque si nos encerramos, es un proceso destructivo”, dijo Rodríguez, al tiempo que Kaufman agregó que “hay que avanzar hacia una protección inteligente”.

Despachos vs. mercado. Respecto de las trabas y la burocracia que existen desde hace décadas para poder exportar, Sica remarcó que ambas están armadas sobre el concepto de una economía cerrada. “Tenemos estructuras totalmente defensivas, tenemos que desmalezar esa estructura, porque somos una economía cerrada en base a lo que ha sido”, sostuvo el director de la consultora Abeceb. Tras reconocerle a De Mendiguren que “los empresarios son héroes” por hacer negocios en medio de los permanentes vaivenes económicos del país, Sica también cuestionó el rol de muchos que “prefieren negociar rentabilidad en los despachos oficiales (antes) que en los mercados”.

Y al actual secretario de Desarrollo Productivo Sica le planteó: “Vasco, vos estuviste en la UIA, la conocés bien y hasta fuiste su presidente. Nunca pudieron tener una posición concreta respecto de cómo tenía que ser el modelo de inserción en el mundo porque tienen agendas que terminan neutralizándose entre los dos”, siguió el ex ministro de Juntos por el Cambio. “Tenemos que tener una mirada muy fuerte porque hay que romper eso de la economía cerrada, que no lo hacés en una sola gestión. Y hay que hacerlo desde los gobiernos y desde las cámaras empresarias”, agregó.

Acuerdo más amplio. Pero el debate siguió: “Lalo -como le dicen a Sica-, vos sabés lo que cuesta gestionar. De hecho, dijeron que iban a subir las tarifas y no pudieron, sacaron el cepo y lo tuvieron que volver a poner, y dijeron que iban a bajar la inflación y terminamos con 54%. No es tan fácil. De lo s errores también se aprende. Esto requiere de un acuerdo más amplio. Hoy la Argentina tiene todas las posibilidades de dar el salto y nos está pasando el tren”, contratacó De Mendiguren.

El crecimiento alcanzado en el sector de la economía del conocimiento, con exportaciones que aumentaron de USD 6.400 M a USD 7.200 M y esperan que lleguen a UDS 10.000 M en 2023, no sólo fue mencionado por Kaufman como un ejemplo de lo que hay que hacer en otros sectores, sino que también fue usado por Sica, a modo de chicana, para remarcarle a De Mendiguren lo que sí habían hecho durante su gestión. “Vasco, acordate que la Ley del Conocimiento la hicimos nosotros”. “Y te felicito”, le respondió De Mendiguren.

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