La tercera productora de limones del país levanta parte de sus montes frutales por falta de rentabilidad

Se trata de Argenti Lemon, que decidió levantar el 15% de sus plantaciones por la crisis de sobreproducción global agravada por factores vinculadas con el costo argentino e invitó a otras empresas colegas a imitarla.

La empresa es una compañía familiar que exporta productos a más de 30 países de todo el mundo y que decidió levantar parte de las plantaciones de limones ante la falta de mercado y precio competitivo para la fruta.

“Argenti Lemon reemplaza el 15% de su superficie productiva. Es necesario que sean más los que accionen en ese sentido”, indicó la empresa en una publicación en la red social laboral LinkedIn. El mensaje, según extendieron en los hashtags del posteo, se debe a la sobreproducción de la fruta, por lo que llamaron a las otras empresas del sector a buscar soluciones similares a nivel global, para contener el impacto y recuperar mercados.

Sobreproducción. A través de un video de menos de un minuto, la empresa explica el problema que enfrentan y cómo intentarán solucionarlo mediante la diversificación de la producción. “Hay una sobreproducción de limones, Argenti Lemon está tomando algunas decisiones, estamos reemplazando el 15% de la superficie productiva. Las plantas de limones están siendo reemplazadas por otros cultivos. El volumen y la calidad de nuestros productos está garantizada”, dice el video.

Consultada por el diario La Nación, fuentes de la empresa dijeron que no realizarán declaraciones a medios y que cualquier comunicación sería a través de las instituciones que la representan, como la Federación Argentina del Citrus y la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino.

Argenti Lemon es la tercera empresa más importante de producción de limones en el país tras San Miguel Global y Citrusvil. Y como explican en su página web, cuenta con más de 3.800 ha propias, tienen una capacidad de empaque de 45.000 t anuales, y una capacidad de procesamiento de 210.000 t. Entre los productos de la compañía están la fruta fresca, la cáscara deshidratada, el aceite esencial y el jugo concentrado.

Plantas nuevas. Por su parte, José Carbonell, presidente de la Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), explicó que “hay muchos productores que están arrancando las plantas, no solo Argenti Lemon, la mayoría están priorizando las plantas nuevas, que generan más cantidad y arrancan, las antiguas. Es un hecho de la gran mayoría, porque el mantenimiento es muy caro, y están tratando de conservar los lotes que rinden más y de mejor calidad”, aclaró.


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Carbonell explicó que desde hace 4 años el sector citrícola registra problemas ante la cantidad de producción mundial y la falta de competitividad. “En Sudáfrica (competidor de la Argentina, donde una empresa como San Miguel Global tiene operaciones de limón), se encuentra en situaciones parecidas, pero acá hay que sumarle el doble dólar, el flete marítimo, la falta de soluciones logísticas y los costos internos para producir”, dijo.

El dirigente citrícola también manifestó que en estos últimos 10 o 15 años se incorporaron más empresas y productores a la actividad. En 2000, el mundo producía 3,7 M de toneladas de limones, mientras que el año pasado se produjeron 8,5 M de toneladas.

“Ahora, no solo hay más productores, sino más hectáreas implantadas porque hay productores que han crecido. En un año de producción normal acorde, Argentina produce arriba de 1.850.000 toneladas. Hay sobre stock de productos fabriles que van a impactar en el futuro en las empresas y que va a terminar viéndose en la molienda”, explicó.

Diversificación. Las alternativas que están tomando los productores de limón para ocupar esas ha implantadas son, en algunos casos, caña de azúcar y granos. Según el relieve de la finca, se vuelcan a cultivos extensivos y otro tipo de frutas.

“En los últimos cuatro años se empezaron a ver las pérdidas, y este año apenas se pudo pagar la cosecha; quedó una importante cantidad de fruta sin cosechar, por descarte y lo que el productor no tiene es la capacidad [económica] de levantarla y se abandona, pero la fruta podrida es una gran productora de enfermedades. Hay situaciones muy críticas, con un aumento marcado en los costos de los fletes y otros que han variado por la brecha cambiaria”, relató Carbonell.

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