Alertan que existe hasta un 80% de probabilidad que siga La Niña

A pocos meses del inicio de un periodo clave para la campaña agrícola 22/22 y ya finalizada la siembra de los cultivos de cosecha fina (trigo y cebada, principalmente), la probabilidad que continúe el fenómeno La Niña, que implica lluvias por debajo de lo normal, es de, aproximadamente, entre un 70% a un 80%.

Así lo informó el Instituto de Clima y Agua del INTA, al describir “un panorama crítico en cuanto a la disponibilidad hídrica, particularmente en regiones del oeste y norte de la región triguera”.

En este contexto, el Instituto explicó cómo continuarán las condiciones climáticas durante los próximos meses, para estimar cómo transitarán los momentos críticos el trigo y la cebada en pleno desarrollo y para evaluar cómo podría iniciarse de la próxima campaña de maíz y soja.

Perspectivas. Natalia Gattinoni, meteoróloga del Instituto de Clima y Agua del INTA, explicó que “cuando hablamos sobre las perspectivas climáticas, el primer fenómeno al cual hacemos referencia es El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, su sigla en inglés) forzante climático-atmosférico que tiene principal influencia sobre la variabilidad de las precipitaciones y temperaturas en el sur de Sudamérica, dos variables claves en la siembra y desarrollo de los cultivos”, explicó

Al respecto, indicó que “desde fines del invierno del 2020 se han instalado condiciones frías en el Océano Pacífico Ecuatorial, asociadas a la fase La Niña del fenómeno. Esta situación se vio acompañada por un periodo de debilitamiento y una transición a una corta fase neutral hacia mitad del 2021 para volver a intensificarse durante finales del invierno pasado, prolongándose hasta la actualidad, también con periodos de menor intensidad, pero siempre manteniendo las aguas frías en esta región del océano”.

Para la meteoróloga, “en todos estos meses, la atmósfera no ha dejado de responder a este enfriamiento y esto lo vemos reflejado en los patrones de los vientos ecuatoriales y la nubosidad donde, además, en las últimas semanas las aguas se han vuelto más frías”.

Según la última información disponible de modelos internacionales, tanto dinámicos como estadísticos, que simulan cómo evolucionarán las temperaturas de la región Niño 3.4 del océano, “se está transitando a una primavera y un fin de año con condiciones frías del Océano Pacífico ecuatorial, con intensidad entre débil a moderada”.

Menores lluvias. Para Gattinoti “es más probable que durante la primavera e inicio del verano, la ocurrencia de lluvias inferiores a las normales se dé sobre el este y norte argentino, acompañado de temperaturas medias entre normales a más frías”. Aunque advirtió que “no es solo este fenómeno el que se debe prestar atención en esta época del año”.

Y agregó: “El dipolo del Océano Indico, un forzante similar al ENSO pero de escala subestacional, varía entre meses a diferencia del ENSO y puede ser negativo o positivo. Este fenómeno actualmente está en valores negativos que persisten desde mediados de junio y, los modelos prevén que se mantenga en esos valores probablemente hasta noviembre próximo.

La especialista explicó que “un dipolo negativo está relacionado con la probabilidad de que las lluvias sobre el este del país se encuentren por debajo de los valores normales para la primavera. De esta manera, la presencia de un dipolo negativo dentro de un contexto La Niña, representa un panorama complejo”.


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Alta probabilidad. Según la experta, “la probabilidad de ocurrencia de La Niña es de un 70 a un 80 %, aproximadamente, el doble de la probabilidad calculada, según los datos históricos o sea la climatología”.

En tanto, el INTA informó que, a nivel nacional, la última actualización del 29 de julio pasado, del pronóstico trimestral por consenso elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y otras instituciones nacionales, prevé para el trimestre agosto-octubre lluvias con mayor probabilidad de encontrarse en el rango normal sobre el centro y norte argentino, lluvias con altas chances de ser deficitarias sobre Entre Ríos, Buenos Aires, La Pampa, Mendoza y oeste de Patagonia.

Según el informe del Instituto de Clima y Agua, en agosto, las lluvias más importantes se registraron en Misiones, Corrientes y Entre Ríos, con acumulados mayores a los 50 milímetros. Y también en el noroeste de la Patagonia, acompañados, en algunos casos, de nevadas intensas.

Región Pampeana. Mientras tanto, en la región pampeana, las lluvias fueron más escasas o acordes al mes, con algunas áreas puntuales en Buenos Aires que registraron más de 20 mm. Las precipitaciones en Córdoba se encontraron dentro de los valores normales y trajeron un alivio temporario en las condiciones hídricas de los suelos, tras más de 80 días sin lluvias.

En el norte de Santa Fe, también hubo lluvias algo superiores a las normales.

Respecto de las condiciones hídricas de los suelos, las estimaciones del Instituto muestran un contenido hídrico hasta un metro de profundidad en disminución sobre gran parte de la región pampeana, exceptuando áreas del centro y sudeste de Buenos Aires que, al recibir precipitaciones en este último periodo, experimentaron un aumento en el agua en el suelo beneficiando el desarrollo de los trigos en dicha región.

En las estimaciones realizadas por el modelo BHOA (SMN-Fauba) “se observa al día 22/8, condiciones adecuadas en la capa arable sobre centro y sudeste de la provincia de Buenos Aires y condiciones regulares con un porcentaje de agua disponible inferior al 30% del máximo disponible, según los suelos, sobre el resto de la región pampeana, norte argentino (exceptuando Misiones) y Cuyo”, concluyó el informe.

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