Llegó la hora de llevar al mundo calidad y sustentabilidad, made in Argentina

En su paso por el 30º Congreso de Aapresid, el especialista Gustavo Idigoras habló sobre las oportunidades y desafíos para posicionar al Agro argentino en el podio internacional, con la sustentabilidad como bandera.

En el marco del Congreso, Gustavo Idigoras, actual Presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la Argentina y del Centro de exportadores de cereales, y ex agregado agrícola de Argentina ante la UE, dialogó con Aapresid sobre las oportunidades y desafíos para posicionar al Agro argentino en el mundo actual. Innovación y alianzas para la producción agropecuaria sustentable, protagonistas del Agro que se viene.

¿Cuáles son las oportunidades del sector agroindustrial argentino para posicionarse ante el contexto global actual, marcado por la guerra en Europa?

 El contexto internacional es muy propicio para la Argentina ya que, lamentablemente, el conflicto bélico ha sacado de circulación y competencia a dos grandes potencias agrícolas: Ucrania y Rusia. Países que juntos representan el 80% del comercio de aceite de girasol, 20% de maíz y más del 38% del trigo.

¿Qué medidas y estrategias debemos adoptar en el corto plazo para poder capturar estas oportunidades?

Este contexto genera muchas oportunidades para la comercialización de los productos antes mencionados. Para eso, Argentina debería adoptar una estrategia agresiva de exportaciones. Brasil es un claro ejemplo de este tipo de tácticas, donde el gobierno ha fomentado viajes de los exportadores del agro a regiones como el norte de África y Medio Oriente para buscar fuentes de nuevos mercados y desarrollo de inversiones. Ese es un camino que Argentina nunca ha desarrollado aún.


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Ante este contexto global: ¿cómo crees que van a evolucionar los requerimientos en cuanto a sustentabilidad y trazabilidad de las materias primas de parte de los países compradores?

Hay que cambiar la visión sobre el paradigma productivo. Hoy en día, al paradigma de mayor rendimiento y tecnología se le suma una nueva variable: la sustentabilidad. Así, la rentabilidad debe ser medida no solamente por la capacidad de producir y comercializar alimentos de calidad y a buen precio, sino de brindar garantías de sustentabilidad. Si esas garantías no se disponen, el producto difícilmente será aceptado en los mercados.

A nivel de la producción primaria: ¿cuáles son las principales limitantes para incorporarse a iniciativas que garanticen trazabilidad y producción sustentable?

Al tratarse de commodities, que representan aproximadamente 120/130 millones de tn por año entre maíz, (50), soja (44), y trigo (20), el inconveniente está en la dificultad de segregar e identificar esta producción y brindar una calidad diferenciada. Entonces, la clave reside en trabajar en sistemas colectivos que brinden sustentabilidad de origen.

Por eso, por ejemplo para el caso particular de los exportadores de soja y de sus productos derivados estamos promoviendo una iniciativa llamada Grupo Sectorial Visión Gran Chaco (ViSec). Se trata de una plataforma nacional de toda la cadena de valor, incluyendo productores, traders y certificadoras, para adaptarse a las demandas globales de los sistemas de producción agropecuaria y certificar a la soja argentina libre de deforestación.

A nivel de las cadenas de valor, como en el caso de la aceitera que tiene tanta inserción internacional, ¿cómo se puede  traccionar esta incorporación?

En cuanto a cadenas de valor, nuestro país -primer exportador mundial de harina y aceite de soja y segundo de biodiesel, llegando a más de 100 mercados-, debe integrar a los productores para llegar al mundo con un producto libre de deforestación y que sea Carbono neutro. La base de sustentación son las buenas prácticas agrícolas, certificadas por instituciones como Aapresid. Esa es una condición sine qua non para llegar al máximo nivel de sustentabilidad.

Fuente: Aapresid

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