Tras 94 días sin verse (la última vez había sido el 1° de marzo, al inaugurarse el período ordinario de sesiones, en el Congreso), el presidente Alberto Fernández y su vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner, volvieron a compartir un escenario. Fue en Tecnópolis, durante el acto de celebración de los 100 años de YPF, fundada un 3 de junio de 1922.
La nota saliente fue el discurso de CFK, en el que le planteó taxativamente al Presidente: “Te dije que vos tenías la lapicera, yo lo que te pido es que la uses. La uses con los que tienen que darle cosas al país”, remarcó mirando a Alberto Fernández, quien asintió en silencio y tampoco le contestó durante su discurso de cierre del acto.
El reto de la vicepresidente al primer mandatario fue al promediar su alocución, ante los más de 1.000 asistentes al predio de Tecnópolis, y una señal política, a la vez que una respuesta a los cuestionamientos de los analistas y parte de la prensa, sobre quién manda en el país. La vicepresidente tampoco ahorró críticas al proceso de privatización de la petrolera, en la década de 1990, así como al endeudamiento del país y la falta de inversión en la compañía petrolera, durante la gestión del macrismo.
Tras un breve discurso de Pablo González, el presidente de la empresa de mayoría estatal, ex vicegobernador de Santa Cruz y hombre de La Cámpora, que controla la gestión de la compañía, quien consideró a YPF como un “bien estratégico nacional”, comenzó el discurso de la vicepresidente.
Cristina Fernández de Kirchner se refirió a la participación de las provincias en el capital accionario de la petrolera durante el proceso de privatizaciones y a la búsqueda de llegar al 5%, que impulsó Néstor Kirchner, a fines de los años 90, lo que permitió ciertos grados de libertad a los estados provinciales con yacimientos de petróleo.
Desendeudamiento. En un discurso, de fuerte tono político, CFK presentó un video en el que el ex ministro de Economía del macrismo, Nicolás Dujovne, se refería al “bajísimo” nivel de deuda que tenía el país”, de los más bajos del mundo, y las ventajas que eso suponía para el país, porque al gobierno de “estrafalarios” anterior (en referencia al segundo gobierno de la actual vicepresidente) nadie le quería prestar.
En relación con la deuda externa, Cristina recordó que Perón pagó el “último cachito de deuda que quedaba” y habló del salto vertiginoso del endeudamiento en la época del gobierno militar, que llegó a u$s 45.000 M en esos años.
Además, señaló que en los 12 años y medio de su gestión el kirchnerismo hizo “crecer 78% los salarios”, pero en los 4 años siguiente cayeron 20%. En ese contexto los salarios llegaron al 51% de la torta, mientras que la “remuneración del capital llegó al 49%” durante su gobierno, destacó.
“Nuestro espacio político en esos 12 años y medio había encontrado la forma de desendeudar”, señaló Cristina Fernández. En relación al corralito le explicó a los “millenials” que los bancos se quedaron con la plata de la gente y “se pudrió todo”. Nosotros “recuperamos YPF y le pagamos el primer corralito a la Alianza”, dijo en relación al Boden 12, emitido tras la crisis de 2001.
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Soberanía hidrocarburífera. CFK habló también de la etapa en la que se expropió la porción mayoritaria de YPF, en manos de la española Repsol, para recuperar la soberanía hidrocarburífera del país. “Las decisiones que responden a las decisiones de las mayorías encuentran escollos”, aseguró.
“He cumplido con el deber de devolverles a los argentinos YPF, Vaca Muerta, y todo el inmenso potencial”, enfatizó la vicepresidenta. En cuanto a Y-Tec (una de las compañías que controla YPF) recordó que es la principal empresa de tecnología del sector en alianza con el Conicet.
Sobre las próximas obras del gasoducto para transportar el gas que se extraiga de Vaca Muerta fue lapidaria al referirse a la falta de dólares. El reclamo se dio en medio de los cuestionamientos a Tenaris, la empresa del grupo Techint encargada de proveer los caños para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
“Tenemos también que comenzar a exigir porque quien provee los caños -una gran empresa nacional que la mayor parte de su capital lo hizo en Argentina- pedirle que la chapa laminada que hacen en Brasil la traigan acá, que la hagan acá. No podemos seguir dándoles 200 millones de dólares para que se paguen ustedes mismos en la empresa subsidiaria que tienen en Brasil; pongan la línea de producción en Argentina”, exigió.
Y agregó: “Se han ganado fortunas en Argentina, el balance, Alberto, del 2021 triplicó lo del 2020. Y es una industria muy importante, Alberto. Son las chapas de la industria automotriz, de la construcción, de artefactos eléctricos, etc. Hay que sentarse, no como amigos, como pidiéndole que devuelvan algo de lo mucho. No estamos pidiendo ni que regalen, ni que pierdan plata. Nadie le pide a nadie regalos porque si yo fuera empresaria tampoco lo haría”, enfatizó CFK mirándolo al Presidente.
Deporte nacional. Y agregó: “Alberto, hay un deporte nacional por apoderarse de las reservas que hay en el Banco Central bajo distintos mecanismos, sobre todo cuando tenemos una brecha como la que tenemos. Yo te dije, la otra vez cuando hice un documento, que vos tenías la lapicera. Yo lo que te pido es que la uses, la uses con los que tienen que darle cosas al país. Que no significa pelearse, significa que es necesario. Y que la sociedad sepa el esfuerzo que tenemos que hacer”.
CFK también repasó la gestión económica de su Gobierno: “Es cierto que no pudimos solucionar el problema de la inflación ni de la economía bimonetaria, pero lo cierto es que entre el 2014, que hubo una devaluación en enero y llegamos a un 38% de inflación, al año siguiente en 2015, Alberto, llegamos al 26,9. No son números del INDEC, son los del Instituto de la Ciudad de Buenos Aires. O sea, esa reducción de 11 puntos está medida por el ingeniero Macri en la Ciudad”, recordó.
Luego la vicepresidente mandó un mensaje confrontativo, en medio de las tensiones internas: “El que quiera gobernar Argentina sin trabajos ni conflictos yo le recomiendo que se postule para la presidencia de Suiza. Pero acá en Argentina, salvo en los cementerios -y más o menos, pero respetemos a los muertos- hay tensiones y conflictos”, sostuvo.
Cinco veces. Finalmente, tal como indica el protocolo, pero con una alocución más corta que la de CFK, cerró el acto el presidente Alberto Fernández. Al menos cinco veces se refirió a los dichos de Cristina y le dio la razón. “Como bien dijo Cristina, gobernar es administrar la realidad, y en la realidad acá y en cualquier lugar del mundo hay tensiones y conflictos”, fue uno de sus dichos para congraciarse con CFK.
En otro orden, el primer mandatario focalizó su discurso en el hecho histórico del centenario de la compañía y lo que significa la empresa petrolera estatal como instrumento de desarrollo, en un mundo que necesita cada vez más energía. Y comentó que, en una reciente visita a Vaca Muerta, pudo ver en el campo, el valor que tiene disponer energía propia.
“Nos pone muy felices lograr los resultados de YPF y celebro que en esta etapa empiece a pensar en las energías renovables, el litio a través de Y-Tec, y me alegro de que estén con el hidrógeno verde”, indicó el mandatario. “(Olaf) Scholz y (Emmanuel) Macron (premier y presidente, respectivamente, de Alemania y Francia) sólo me hablaron en Europa de hidrógeno verde para que les vendamos a ellos”, enfatizó.
“Que YPF esté en manos del Estado no es garantía de nada”, y se refirió que puede quedar en manos de los que llaman “estrafalarios” a los que no se quieren endeudar, en referencia a dichos del exministro de Economía del gobierno de Macri, Nicolás Dujovne.
Respecto de las oportunidades que ofrece la energía, Alberto Fernández recordó que alguien le dijo en su última gira por Europa que “Argentina tiene una gran oportunidad con la guerra en Ucrania”, a lo que contestó que “nadie se beneficia con una guerra”.
Infraestructura necesaria. No obstante, volvió a referirse a dichos de CFK: “Como bien dice Cristina eso va a ocurrir, pero tenemos que estar preparados para cuando esa oportunidad ocurra poder ser los proveedores de quienes lo demanden. Y tenemos que ir construyendo la infraestructura necesaria para que eso ocurra. Estamos hablando de un gasoducto que llegue hasta el Atlántico para poder convertir el gas natural en licuado y poder exportar”
Pero no fue el último guiño para CFK: “Tiene razón Cristina. En la charla que tuve el otro día con el presidente de Techint, le planteé mi preocupación por que ellos hagan su aporte en ese proyecto. Soy de los que cree que ganar dinero no es una indecencia; es ganarla invirtiendo y arriesgando. Lo que es indecente es que la ganancia quede en manos de pocos y la pobreza se distribuya en millones”.
Y señaló que para que YPF siga desarrollándose es necesario que “no se adueñen de la Argentina los que manejan la Argentina como una estancia propia”. Al respecto, volvió a referirse a la guerra en Europa y mencionó a CFK, al considerar que “no puede ser que en el siglo XXI el trigo se haya convertido en un arma letal, es profundamente indecente. Seguiré reclamándole al mundo, aunque sea beneficioso para la Argentina, seguiré pidiendo que la guerra termine. Y seguiré pidiéndole a todos mis compañeros y compañeras que me ayuden para hacer la Argentina justa, libre y soberana con la que soñó Perón, Evita, Néstor y Cristina y con la que sueño yo”.
