Al reclamo sectorial del campo, en Plaza de Mayo, se sumó buena parte la sociedad urbana, cansada de la decadencia argentina

Con un mensaje que excedió largamente lo gremial agropecuario y apuntó a la dirigencia política oficialista y opositora, unas 100.000 personas, según sus organizadores, llegaron a Plaza de Mayo, desde distintos puntos del país, para participar de la protesta que productores autoconvocados, sin la adhesión de la Mesa de Enlace, organizaron este sábado 23 de abril.

Tractores, algunos muy antiguos preparados para la ocasión, unos pocos más actuales, muchas camionetas y automóviles recorrieron la avenida del Libertador desde las inmediaciones del Estadio de River, en Núñez, pasando por la Av. 9 de Julio, para rodear el obelisco y entrar luego por la avenida Diagonal Norte a la Plaza de Mayo, donde quedaron estacionados, a pocos metros de la Casa de Gobierno, alrededor de unos 20 tractores que participaron de la caravana.

En todo el recorrido hubo vecinos con banderas y en la plaza se vendían gorras y banderas a $500 cada una. También hubo improvisadas parrillas con choripanes, hamburguesas y gaseosas, igual que en cualquier acto político partidario.

En la plaza, muy cerca del mástil se improvisó un escenario, ubicado de espaldas a la Casa Rosada, con un tractor y 2 pequeños acoplados rurales, en los que se presentaron distintas producciones agropecuarias con sus diferentes productos y un cartel que decía “el 70% de esto se lo quedan los políticos”, en referencia a la presión impositiva que sufre el campo.


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Sin firma

Allí, luego de entonarse el himno nacional, se leyó una proclama que no tuvo la firma de ninguna entidad, lo que marca claramente que las bases descolocaron a las 4 gremiales empresarias del agro, que integran la Mesa de Enlace. Y al mismo tiempo que, pese a que unas 200 sociedades rurales locales de todo el país adhirieron a la marcha, hay una dispersión geográfica e institucional tal que, ante los reclamos crecientes que llegan desde el agro, hay una crisis de representatividad gremial agropecuaria nacional notable. Muy similar a la que se da en el ámbito político partidario.

En forma directa la proclama comenzó diciendo que “no hemos venido hasta acá para pedir que nos den una mano sino para que nos saquen las dos de encima” y que “no estamos dispuestos a seguir financiando la soga con la que nos ahorcan”.

“Somos de los pocos y raros países con desdoblamiento cambiario y retenciones. Padecemos además 170 impuestos que agobian a todas las actividades productivas y terminan sumándose a los precios que paga el consumidor”, agregó el documento.

Para continuar diciendo, sin medias tintas, a la dirigencia política: “Anímense a pensar un país con menos impuestos. Gasten menos. Arréglense con lo que tienen o dedíquense a otra cosa”.

Seguidamente el locutor leyó: “La receta del socialismo (y su muleto el estatismo) la conocemos y es siempre la misma: envilecer la moneda con emisión, ahogar a las actividades productivas con impuestos y empobrecer a todos para ofrecerse como solucionadores de los mismos problemas que han creado”. Y un poco más adelante completó la idea diciendo que “los regímenes estatistas propician desatinos económicos que perjudican a todos, pero mucho más a los necesitados y vulnerables”.

El documento aclaró: “No somos ciegos, las necesidades existen. Pero las necesidades son infinitas y los recursos son limitados. No se puede seguir cargando al burro que mueve la noria y menos comérselo. Para repartir riqueza primero hay que crearla y la mejor manera de distribuirla es el trabajo libre donde los beneficios vuelven a la sociedad sin necesidad de intervención estatal, que además de cara es violenta y distorsiva”.


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Los disparates y sus responsables

Posteriormente, en lo que linealmente podría leerse como un “mea culpa”, pero que también, hilando más fino, como un tiro por elevación a las 4 gremiales empresarias de la Mesa de Enlace, la proclama continuó expresando: “Somos responsables de haber tolerado estos disparates”.

Y amplió esa asignación de responsabilidades: “Son responsables también muchos de nuestros gobernadores y legisladores. Han resignado la autonomía federal por una indigna alianza de vasallaje feudal en la que aceptan el saqueo de las actividades productivas de sus comprovincianos a cambio de ser tratados como mendigos de lujo por el Poder Central y eventualmente ser nuevamente ungidos”.

Dicho esto, y finalizando ya la lectura, el texto de la proclama culminó con la palabra “basta” enunciada 8 veces. Más que de redundancia en el vocabulario, se trató de una expresión del hartazgo que embarga, no solo a los productores agropecuarios que llegaron a Buenos Aires, sino también a buena parte de la sociedad urbana, mucha de la cual se acercó a acompañar la protesta campera, respecto de varios problemas que aquejan a la Argentina actual, en toda su geografía.

“Basta de mentiras. Basta de fronteras que son un colador. Basta de entregar nuestro mar austral a la depredación. Basta de soltar presos y perseguir policías. Basta de someter a alumnos y maestros a la dictadura de ideólogos y burócratas. Basta de vándalos y usurpadores. Basta de opresión impositiva. Basta de sarasa”, concluyó la proclama.

Todo es política

Más allá de que oficialmente la marcha había nacido desde los productores autoconvocados, nucleados -al menos una parte de ellos- en la denominada Asociación Argentina de Productores Agropecuarios (AAPA), de reciente formación, con sede en Marcos Juárez, Córdoba, el locutor que leyó la proclama agradeció la tarea de organización de la movilización a un ignoto Grupo Independencia.

Pero lo cierto es que, al menos en Plaza de Mayo, copó la parada el espacio Campo + Ciudad. La agrupación tenía mucha presencia con carteles colgados alrededor de la Pirámide de Mayo, cuya tipografía coincidía con los ubicados en el improvisado escenario, cercano al mástil. También había miembros de la organización con credenciales identificatorias, quienes además repartían ejemplares de la Constitución Nacional, de los cuales, según informaron, se habían impreso 10.000.

Sobre Campo + Ciudad, vale recordar que este espacio se formó luego de las elecciones presidenciales de 2019, en las postrimerías del gobierno de Mauricio Macri, antes que le entregara el mando a Alberto Fernández. En el ambiente agropecuario, se sabe que esta agrupación tiene fuertes vínculos con el PRO. ¿Habrá alguna relación entre la ostensible presencia de esta agrupación en la organización de la marcha y la no adhesión de las entidades de la Mesa de Enlace?

A propósito del PRO, integrante de la coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC), estuvo en Plaza de Mayo, por momentos trepado a un tractor, el diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires, Waldo Wolf. También, su colega de la Coalición Cívica (CC), Paula Olivetto, y entre los libertarios, el diputado José Luis Espert, de Avanza Libertad, por la Provincia de Buenos Aires.

Por Gastón Guido

Especial para Ruralnet

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