Luego de que el Gobierno oficializara una suba a la alícuota de los derechos de exportación -retenciones- a través de un sorpresivo decreto publicado en el Boletín Oficial a la madrugada del sábado, uno de los principales responsables de la medida justificó la decisión: se trata de Julián Domínguez, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
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En conferencia de prensa, el funcionario explicó que la suba del 2% en las retenciones a la exportación de aceite de soja y la harina -del 31 al 33%- y del 1% al biodiesel, que cierra en un 30%, tiene el objetivo de “cuidar a los consumidores y que no se perjudique a los productores argentinos”.
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En línea con esto, describió a los sectores productivos del país como “la gallina de los huevos de oro” por su capacidad de inyectar dinero en las arcas del Estado a través de la exportación y recordó que esta medida, a la que se suma la creación del Fondo de Estabilización del Trigo, es temporal: el decreto que la regula establece que vence el 31 de diciembre del 2022.
Al detallar el impacto de la medida en el sector sojero, Domínguez especificó que la suba de las alícuotas afectarán principalmente a “11 empresas exportadoras del subproducto de la soja”, representando ocho de estas el 95% del total de las exportaciones.
Por otro lado, el ministro de Agricultura remarcó que esta decisión no afectará “ni al productor de trigo, de maíz, de girasol, ni de soja”, por lo que solo se verá afectada la industria de los subproductos del aceite de soja.
“La economía de los más de 100.000 agricultores que los producen no se verá afectada. Las alícuotas por retenciones de exportación de todos los granos se mantienen en los valores actuales“, agregó Domínguez.
Es por esto que el funcionario del presidente Alberto Fernández hizo énfasis sobre el hecho de que el Gobierno no apunta a aumentar los derechos de exportación a la materia prima, sino principalmente a sus derivados.
En este punto, aseguró que las retenciones al maíz, trigo, soja y aceite de girasol no sufrirán modificaciones, una de las principales preocupaciones de los productores que se levantaron este sábado con la noticia del aumento. Así lo justificó: “Cada vez que se afectaron las retenciones la Argentina cayó en su intención de siembre. Queremos que el productor siembre”
Luego, Domínguez recalcó la definición del Gobierno de “abrir los registros de exportación de cosecha 2022/23” por unas 8 millones de toneladas de trigo, la cuales se suma a otras 2 millones ya autorizadas.
Desde Agricultura definieron esto con la guerra entre Rusia y Ucrania y su impacto en la provisión de commodities a nivel internacional en mente: teniendo en cuenta que ambas naciones en conflicto son grandes vendedores de materia prima alimentaria al mundo –un 28% del comercio mundial-, la guerra está causando estragos en las cadenas de suministro, una oportunidad que la Argentina espera aprovechar incrementando sus exportaciones para suplir la demanda internacional.
Según indicó el mismo ministro, el objetivo es “captar los precios internacionales de esta coyuntura histórica”. En línea con esto, concluyó revelando las ambiciones del Gobierno: “Pretendemos dar previsibilidad a los productores para la próxima siembra de trigo y lograr un nuevo récord de producción. Aspiramos a que la cosecha 2022/23 sea un nuevo récord de producción en la Argentina”.
Fuente: El Cronista Comercial
