Cómo se llegó al consenso interno en JxC para fijar una postura unificada frente al acuerdo con el FMI

Como no fue fácil para la variopinta composición del Frente de Todos (FdT) digerir el proyecto de ley para acordar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el Poder Ejecutivo envío al Congreso y que finalmente anoche fue aprobado por la Cámara de Diputados, no menos difícil fue para Juntos por el Cambio (JxC) acordar una postura opositora común. Es que dentro de esa coalición los halcones, las palomas y los egos de unos y otros juegan su propio partido, con miras a 2023, más allá de las declaraciones más o menos políticamente correctas que cada una de sus figuras tuvo, para fijar posición en torno a la reestructuración de la deuda externa argentina.

Paralelamente al debate en la Comisión de Presupuesto y Hacienda que duró toda la semana, se dieron frenéticas negociaciones entre las distintas figuras del Pro, la Coalición Cívica (CC) y la Unión Cívica Radical (UCR), al tiempo que el ex presidente Mauricio Macri jugó también sus cartas.

A comienzos de semana, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y la presidente del Pro, Patricia Bullrich le comunicaron al titular de la CC y diputado nacional, Juan Manuel López, y al dirigente de ese espacio, Maximiliano Ferraro, que el Pro se iba a abstener en la votación, posición a la que quisieron arrastrar a la CC.

La negativa de la CC, que no quería especular con el quórum y avalar el endeudamiento, pero no el plan económico que figuraba como anexo del original proyecto de ley de 3 artículos, que aprobaría el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, derivó en una estrategia conjunta, que destrabaría el trámite legislativo y permitiría preservar la unidad de la coalición. Así los jefes del Pro descartaron la abstención y acordaron que solo votarían a favor de un proyecto que contuviera solo la refinanciación, pero no el programa económico.

Así, después de una tensa pulseada entre el Pro, que tenía una postura más intransigente para negociar con la Casa Rosada, y sus socios de la UCR y la CC, más proclives a facilitar la aprobación del convenio por la deuda, se gestó un operativo en JxC para convencer al titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, de que la “única forma de sacar la ley” y salvar el acuerdo con el FMI era que el Gobierno cediera y cambiara el proyecto.

Independientemente de que el Pro celebró haber “torcido el brazo” del Gobierno al obligarlo a modificar el proyecto original, lo cierto es que la negociación interna de JxC para fijar una postura común frente al acuerdo con el FMI, aún genera pases de facturas y tensiones en el espacio.


Lee también

Hay un gran malestar en el Pro con la actitud del presidente de la UCR y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien volvió a desafiar al macrismo. Y al mismo tiempo, resquemor en el radicalismo y satisfacción en la CC, que se jacta de haber anticipado la fórmula legislativa que permitió evitar el default. “Logramos mostrarnos unidos para afuera, pero adentro no sé qué pasa”, deslizó uno de los referentes de JxC.

Mario Negri, jefe del bloque de la UCR; Juan Manuel López, su homólogo en la CC, y Luciano Laspina, del PRO, fueron quienes persuadieron a Massa y le trasladaron una alternativa para destrabar el trámite legislativo: le dijeron que la oposición se comprometía a respaldar al oficialismo, acorralado por la falta de votos ante la rebelión de Máximo Kirchner, si el texto de la iniciativa solo contenía un artículo que avalara la refinanciación de la deuda acordada por el Poder Ejecutivo con el Fondo.

Concretamente le pedían que suprimiera el artículo 2°, vinculado con los anexos que detallan las medidas económicas a adoptar, para cumplir con el plan pactado con el FMI y los fundamentos de la ley, que contenían una batería de críticas a Macri, por el préstamo que contrajo, en 2018, por 44.500 millones de dólares.

Llegaron a decirle a Massa que “podría sacar la ley con 200 votos”, cuando el presidente de la Cámara baja estaba muy inquieto por evitar una ola de abstención de propios y extraños en la votación de Diputados. En JxC suponen que el titular del Frente Renovador y una de las 3 patas que sustentan la gobernabilidad por parte del FdT se vio forzado a convencer a Alberto Fernández de que desautorizara a Martín Guzmán, no solo porque comprendía que no era razonable exigirle a la oposición que apoyara el programa económico, sino también porque necesitaba evitar un nuevo revés, tras el fracaso que para el oficialismo significó la votación del presupuesto 2022, que no se aprobó.

Por su parte, el senador Martín Lousteau, referente del espacio Evolución Radical, dentro de la UCR, intervino en el tramo final de las tratativas para articular posiciones y discutir los detalles técnicos del texto del proyecto.

Lo hizo a través de sus emisarios, los diputados Rodrigo de Loredo y Alejandro Cacace, quienes rechazaron de inmediato la idea del “desdoblamiento” de la ley, una vía alternativa que había acordado Morales con Massa cuando se estancaron las conversaciones.

Finalmente, la jugada legislativa se terminó de consensuar el miércoles en el despacho de Negri. Por allí pasaron Massa, referentes de JxC y del FdT. Todos ellos discutieron puntos y comas de la redacción del texto del proyecto de ley. La versión final la acordaron, en la oficina de Massa, los diputados del Pro, Cristian Ritondo, Luciano Laspina, Gerardo Milman y Silvia Lospennato. Y por el FdT, Germán Martínez y Paula Penacca, integrante de La Cámpora.

Un papel clave en la negociación interna del Pro la tuvo el diputado Laspina, quien fue el interlocutor entre Macri y los legisladores de su espacio en el interbloque de JxC en Diputados. El ex presidente jugó fuerte para marcar la postura de Pro y estuvo atento a las discusiones en el Congreso. El economista santafesino le detalló al expresidente la estrategia acordada con la UCR, la CC y Evolución Radical, entre otros: apoyar un solo artículo para autorizar la refinanciación, tomar distancia del programa “desastroso” del ministro de Economía, Martín Guzmán y suprimir los fundamentos, que incluían “agravios” a la gestión de Cambiemos.

Macri dio el visto bueno y pidió “romper el discurso” del kirchnerismo sobre que el macrismo dejó una “deuda impagable” y motorizó una “fuga de capitales”. El diputado Hernán Lombardi, uno de los laderos de Macri en la Cámara baja, fue el encargado de convencer a los “halcones” del Pro, que dudaban de acompañar la salida pactada con la CC, la UCR y Massa, al tiempo que Rodríguez Larreta, Bullrich y la diputada María Eugenia Vidal también dieron su consentimiento a la jugada.

Posteriormente, en una cumbre del bloque del Pro que se realizó por Zoom, Macri arengó a los suyos opinando que “esto hay que votarlo. Es lo mejor que podemos conseguir”. En coincidencia con la visión de Rodríguez Larreta y Bullrich, el expresidente consideró que JxC había logrado todos los objetivos, casi sin ceder frente a la Casa Rosada: evitar el default, eliminar los fundamentos y despegarse del plan de Guzmán.

En esa misma cumbre virtual del Pro, Macri, Larreta y Bullrich manifestaron su malestar con Morales, sobre todo por su exposición en el debate en comisión, el pasado miércoles. Ese día el gobernador jujeño había abogado por “sacar la ley” para evitar el default responsabilizando al Pro: “Esta deuda la tomamos nosotros y me hago cargo. Algunos halcones me pegan por esto, pero es la realidad”, enfatizó.

“Lo de Morales es patético. Mientras él regalaba los votos por la televisión, nosotros nos pusimos firmes para negociar con el Gobierno, no para empujar al default”, afirmaron desde el bloque del Pro en Diputados. Allí sospechan de la relación entre el jujeño y Massa y de su interés por preservar el vínculo con Alberto Fernández. “Hay que ver cómo están los desembolsos de ATN (aportes del tesoro nacional) a Jujuy”, deslizaron desde el Pro.

En tanto, en el entorno de Morales se quejan por la susceptibilidad de los macristas. “A Gerardo le gusta provocar a los halcones”, bromean. En la cúpula de la UCR entienden que los popes de Pro no entienden de política y “jugaron al filo”, con la economía al borde del abismo. “Ellos querían que saltara todo por los aires. Ahora se dieron cuenta que la situación era compleja”, dicen cerca del primer mandatario jujeño. A los radicales les molestó que sus socios hayan dicho que estaban “regalados” en la negociación con el oficialismo.

Finalmente, en la CC creen que la postura que compartieron con Morales fue clave para plantarse frente al Pro, que abogaba por abstenerse o rechazar el proyecto, y evitar el default. “Costó”, reconocen en la fuerza fundada por Elisa Carrió, quien celebró que su partido haya privilegiado “los intereses de la Argentina por sobre intereses especulativos y personales”.

 

 

MÁS INFO PARA TU CAMPO ENTRÁ AQUÍ