Oportunidades para el aceite de soja argentino: firme consumo doméstico mundial de aceites vegetales apuntala los precios

La producción mundial de aceites vegetales se espera que aumente un 0,5% en la campaña 2019/20, bastante menor al consumo (2,1%). Frente a suministros acotados, Argentina juega un rol importante con precios de exportación que ya han tenido repercusiones.

 

Posicionamiento de Argentina en el mercado mundial de aceites vegetales y grasas

Argentina se ubica como uno de los principales productores y exportadores de aceites vegetales a nivel mundial. En las previsiones de 2019/20, Oil World proyecta que nuestro país obtenga una producción cercana a los 12 millones de toneladas de aceites vegetales y grasas, ubicándolo con el 4,4% de la participación en el 5to puesto entre los mayores productores mundiales de estos subproductos. Por delante se encuentran Indonesia y China con una participación del 20,9% y 10,9%, respectivamente, en el total producido; seguidos por Malasia y Estados Unidos con un valor cercano al 9% y Brasil con una proporción del 5%, similar a la de Argentina.

Es menester recalcar que argentina detenta una competitividad particular en este mercado,  por dos elementos claves. Primero, por el amplio desarrollo y capacidad de procesamiento de la industria de crushing de semillas oleaginosas que tiene el país, especialmente de poroto de soja, que le permite obtener el aceite de soja con altos niveles de eficiencia. Segundo, por el importante saldo exportable de aceites que presenta nuestro país en comparación con otras economías competidoras. En este sentido, a nivel de exportaciones su importancia es aún mayor, posicionándose 3ro en el ranking de los exportadores más importantes.

Según las previsiones actuales para la campaña 2019/20, Indonesia se posiciona junto a Malasia como los mayores exportadores de aceites vegetales y grasas a nivel mundial. Aquí, es importante resaltar que dentro de este mercado, ambos países se destacan por ser los mayores proveedores de aceite de palma, por lo cual sus exportaciones se encuentran muy concentradas en este producto. Por lo tanto, si bien Argentina se ubica en el tercer puesto, es el principal exportador mundial de aceite de soja abasteciendo principalmente a la India, Bangladesh, Perú y Egipto.

Perspectivas para el mercado mundial de aceites vegetales y grasas

Según las últimas estimaciones de Oil World, la producción mundial de aceites vegetales se incrementará un 0,5% en el ciclo 2019/20 alcanzando las 237,06 Mt. Asimismo, si consideramos el desempeño de dichos productos en las campañas anteriores, año tras año su producción viene incrementándose de forma sostenida. Es así que, desde el ciclo 2016/17 hasta las últimas proyecciones se detenta un incremento en los volúmenes producidos del 7,8% para el conjunto de aceites y grasas a nivel mundial. A nivel desagregado, hay subproductos vegetales (como el aceite de palma, soja y colza) que presentan una mayor importancia relativa, logrando representar en su conjunto, cerca del 75% del total producido y comercializado actualmente.

En el primer puesto del ranking del Cuadro N° 1, se ubica el aceite de palma, con una producción total proyectada de 76,26 Mt para la campaña 2019/20, reflejando una caída que se espera del 0,6% respecto al ciclo anterior. No obstante, si se compara con la campaña 2016/17, la producción se ubicaba en los 67,32 Mt. De esta forma, ha logrado avanzar en el período considerado, un 13,3% siendo ostensiblemente más alto que los 7,8% logrados por el total de aceites y grasas.

Por detrás le sigue el aceite de soja, con una producción esperada de 57,62 Mt para la campaña actual y un incremento del 2% respecto al ciclo anterior. Luego, a lo largo del período considerado, si bien el tonelaje ha avanzado desde las 53,94 Mt de 2016/17, en términos porcentuales – un 6,8% – ha sido menor al total de aceites y grasas (7,8%).

El aceite de colza, por su parte, muestra una pequeña merma en comparación con el ciclo previo (1%) y se mantiene relativamente estable respecto a la campaña 2016/17. Cuarto en el ranking aparece el aceite de girasol, que ostenta el mayor incremento en producción respecto al año anterior (4,9%). El aceite de palmiste, si bien tuvo un aumento no muy significativo para el ciclo 2019/20 (0,7%), al compararlo con la campaña 2016/17 ha sido el que mejor desempeño tuvo (16%), en sintonía con el aceite de palma.

Con menor importancia relativa, el aceite de algodón presenta un aumento en la producción del 1,1%, el aceite de maíz un 0,2% y el resto de aceites vegetales y grasas una merma del 0,9% para el presente período.

Es menester mencionar que, entre los principales aceites (palma, soja, girasol, colza, almendra de palma y maíz), el ostensible incremento en su demanda de consumo mundial es consecuencia de un uso cada vez más generalizado en las diversas cadenas alimentarias y ahora, fundamentalmente, en la producción de biocombustibles. De esta forma, según datos de Oil World, el dinamismo del consumo doméstico mundial de estos aceites vegetales, en términos porcentuales, ha sido mayor que su producción mundial en las últimas dos campañas.

En el Cuadro N° 1, se puede observar que para la campaña actual se prevé un aumento del consumo mundial del conjunto de aceites vegetales y grasas de 4,96 Mt (2,1%) a diferencia del incremento de 1,1 Mt (0,5%) en la producción. Si se analiza lo sucedido en los ciclos anteriores, en la campaña 2017/18 el incremento en la producción logró superar los aumentos sucedidos por el lado del consumo. No obstante, en las últimas dos campañas subsiguientes, el crecimiento del total producido de aceites y grasas se ha ralentizado en mayor medida de lo sucedido en el consumo, afectando a los stocks finales disponibles.

Por lo tanto, si centramos la mirada en los valores proyectados para los stocks finales mundiales de la campaña 2019/20, los mismos sufrirán una caída del 10,6% para el conjunto de aceites y grasas. Considerando los productos más importantes según totales producidos, el aceite de palma se destaca ampliamente, reflejando una caída en sus stocks del 19,7% como consecuencia de los mayores niveles de consumo de este producto y los insuficientes valores producidos. A su vez, el aceite de soja y de colza, otros de los aceites más importantes, también reflejan una caída en sus stocks, estimadas en el 4,7% y 8,1%. Por otro lado, si se analiza la descomposición porcentual de la caída en los stocks finales estimados, como es esperable debido a su importancia relativa, estos tres subproductos (aceite de palma, soja y colza) son los que más presionan a la baja los stocks finales mundiales.

Impacto en los precios internacionales

Indudablemente, las perspectivas actuales sobre la oferta y demanda de aceites vegetales a nivel mundial, tiene un impacto en el ámbito de las cotizaciones. Como se mencionó anteriormente, el aceite de palma se destaca por el gran desbalance que se ha proyectado para la campaña 2019/20, debido a una desaceleración en la producción, un mayor uso interno por parte de los principales productores (para uso industrial principalmente) y una demanda externa que se mantiene firme con suministros sustitutos que también se encuentran limitados.

En el Gráfico N° 3 se muestra la evolución del precio de exportación de los dos principales aceites vegetales en sus principales mercados. El aceite de palma, ha visto incrementados sus precios de exportación en valores cercanos al 50% en el último año, tras un importante rally alcista desde octubre de 2019. En consecuencia, se ha presentado una situación particular en el mercado de aceites vegetales, ya que el spread entre dicho aceite y el aceite de soja, disminuyó enormemente.

Es esperable pensar que las cotizaciones actuales del aceite de palma repercutan en cierta medida en el consumo futuro de dicho aceite buscando algún tipo de sustituto. El mercado europeo, ya ha comenzado a declinar su demanda para uso energético debido a que ha dejado de ser competitivo respecto a los combustibles fósiles. Por otro lado, la demanda se mantiene sólida en el mercado asiático. China,  tiene necesidades de abastecerse de dicho aceite para compensar la caída en la producción de grasa animal. Luego, India y demás países de la región, también presentan una demanda que no merma por motivos alimenticios. Asimismo, es importante mencionar que, una parte de esta demanda está cambiando a favor del aceite de girasol y soja, pero los suministros son limitados.

Por su parte, el aceite de soja se ha visto impulsado por lo sucedido en el mercado de aceites vegetales y en particular, por la fortaleza del aceite de palma que casi lo ha igualado en sus cotizaciones. En el caso del precio FOB argentino al igual que en Brasil y EE.UU., el aceite de soja obtuvo incrementos cercanos al 15% desde octubre de 2019, a pesar de las mermas registradas en las últimas semanas. Si bien el aceite de palma ha contribuido en buena parte de lo sucedido en este producto, las disponibilidades de aceite de soja para exportación son limitadas. La fuerte demanda interna por parte de Brasil y Estados Unidos para su uso en combustibles, ha restringido la disponibilidad de exportaciones.

En este contexto, Argentina tiene un gran potencial para poder satisfacer la demanda externa de su principal aceite exportado. Por un lado, China ha disminuido enormemente su procesamiento de soja para crushing, debido a una insuficiente demanda de harina. Esto es principalmente por los efectos que ha tenido la fiebre porcina africana y sus consecuencias en menores cerdos para alimentar. En este sentido, es probable que China, nuestro principal importador de “porotos de soja”, disminuya, en alguna medida, sus necesidades de soja sin industrializar para abastecerse internamente. Asimismo, si consideramos que argentina tiene una gran capacidad de procesamiento de porotos de soja, dicho país juega un rol importante en el abastecimiento externo en un marco de producción de aceites vegetales insuficientes, una demanda que no cede principalmente por medidas gubernamentales que exigen mayores porcentajes de corte de biocombustibles para las naftas y precios del aceite de palma muy elevados en comparación al año anterior.

Fuente: Julio Calzada – Bruno Ferrari BCR

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