Finaliza un nuevo ciclo del cultivo alcanzando una producción de 36 millones de toneladas, la más baja de las últimas nueve campañas. Excesos hídricos al inicio de la ventana de siembra y durante la recolección de cuadros en los núcleos sojeros del país, junto con una prolongada sequía estival que afectó la mayor parte del área agrícola nacional, generaron importantes mermas de rinde y la pérdida de 1,2 millones de hectáreas sembradas.
Salvo en el norte del país, en donde la recarga de humedad de los cuadros se dio casi al cierre de la ventana de siembra, el resto de la región agrícola comenzó la campaña con buena humedad, incluso registrando excesos hídricos y falta de piso en diferentes sectores del centro y sur del área agrícola. Debido a estos factores se registraron retrasos puntuales en la incorporación de lotes, incrementando la superficie sembrada en fechas tardías que posteriormente se iba a ver fuertemente golpeada por la sequía estival.
Desde mediados de diciembre 2017 comenzaron a interrumpirse las lluvias y hacia principios de enero 2018 ya se relevaban focos de déficit hídrico en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. La sequía se prolongó hasta mediados de marzo, comprometiendo la condición del cultivo durante sus etapas reproductivas críticas, generando importantes pérdidas de área y rendimiento. El rinde promedio nacional de 21,4 qq/Ha refleja una caída de 10,5 qq/Ha en comparación al ciclo previo (-32,9 %) y también se ubica en 8,2 qq/Ha por debajo al promedio de las últimas cinco campañas (- 27,6 %). Estas pérdidas de rinde se replicaron a nivel regional a lo largo de toda el área agrícola. Posteriormente, los excesos hídricos de abril y mayo agravaron las perdidas y afectaron también la calidad del poroto durante la ventana de cosecha.
Fuente: SMN
