El paro general en protesta contra las políticas del presidente Mauricio Macri paralizó el lunes Argentina, afectando actividades clave como la bancaria y la exportación de granos.
La Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central sindical del país, lanzó la huelga de 24 horas junto con otros importantes gremios para quejarse por el ajuste de la economía que está realizando el Gobierno de Macri y reclamar alzas salariales en línea con la elevada inflación esperada para este año.
“Lo que necesitamos los argentinos es poder tener poder adquisitivo para consumir, porque ya estamos dejando de consumir cuestiones elementales. Tenemos una cantidad de gente que no come, que está con problemas para alimentarse”, dijo a periodistas Pablo Micheli, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina, que adhirió a la huelga.
Una silenciosa Buenos Aires, que habitualmente tiene las calles copadas por embotellamientos, registraba un tránsito ligero el lunes, ya que no había transporte público.
En el área de Rosario, donde se encuentra el mayor polo agroexportador de Argentina, los embarques de granos y subproductos quedaron paralizados por la protesta de obreros del gremio aceitero, de los recibidores de granos, los empleados de aduana y los trabajadores marítimos.
“No se puede exportar nada. Lamentablemente va a estar parado todo el día”, dijo Guillermo Wade, gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM).
Los mercados financieros registraban escasas operaciones porque los trabajadores bancarios se plegaron al paro.
Docentes y empleados públicos también se sumaron a una huelga, lanzada en momentos en que comienza a aquietarse una crisis financiera que sacudió a los mercados del país y que derivó en una abrupta devaluación del peso.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, manifestó su descontento con la huelga a través de un mensaje en su cuenta de Twitter: “El paro de hoy le va a costar a los argentinos casi 29.000 millones de pesos (1.075 millones de dólares). La única manera de sacar adelante nuestro país es trabajando”.
La caída de la moneda argentina alimentó una ya elevada inflación, que podría cerrar el año alrededor del 30 por ciento.
Fuente: Reuters