Revolución en los cañaverales: aplicar nitrógeno según el ambiente aumenta 37% el rendimiento
Un estudio realizado por el INTA Famaillá (Tucumán), junto con Geoagro, COU S.A. y el Grupo CREA Cañaverales, reveló que la aplicación de dosis variables de nitrógeno en los cañaverales puede transformar el manejo del cultivo: los resultados preliminares mostraron incrementos de hasta el 36,8% en los rendimientos y una mejora significativa en la eficiencia del uso de fertilizantes.
La investigación se centró en adaptar las dosis de fertilización a las diferencias ambientales dentro de un mismo lote. El equipo del Grupo de Recursos Naturales del INTA identificó tres tipos de ambientes productivos y evaluó cómo respondía la caña de azúcar a distintas cantidades de nitrógeno aplicadas de manera diferenciada. El objetivo: mejorar productividad, reducir costos y optimizar la rentabilidad.
Según explicó Roberto Sopena, especialista del INTA Famaillá, “dos años de estudio confirmaron que la fertilización con dosis variables es una herramienta eficaz para incrementar la productividad en cañaverales con ambientes de distinta calidad”.
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Primer año: respuestas moderadas, pero claras
En la primera campaña, se aplicaron cinco dosis distintas de urea.
En ambientes de media y alta calidad, las dosis más elevadas generaron un 10,2% más de rendimiento que la dosis estándar utilizada por la empresa productora.
Las dosis más bajas redujeron la producción apenas un 3,5%, lo que sugiere margen para optimizar la inversión.
En los ambientes de baja calidad, las mayores dosis no lograron mejoras significativas, lo que apunta a limitantes estructurales del suelo —como pH elevado— más allá del nitrógeno.
Segunda campaña: resultados más contundentes
Para 2024–2025, las dosis se ajustaron según los aprendizajes del primer año, manteniendo la urea como fuente de nitrógeno.
En ambientes de media calidad, las dosis altas superaron en 23% a las más bajas.
En ambientes de alta calidad, la respuesta fue contundente: hasta 36,8% más producción con los niveles superiores de fertilización.
Para Sopena, el cambio de enfoque es clave: “No se trata de usar menos fertilizante, sino de usarlo mejor. Asignar más en los sectores donde la planta lo aprovecha y reducirlo en las zonas donde no hay respuesta”.
Del estudio también participaron los especialistas del INTA Gustavo Martos, Héctor Sánchez y Leandro Bustos.
Fuente: INTA Informa






































